Cuando una madre engendra un hijo para venderlo y, mata una vez que cobra el rescate, lo mata, probablemente es la acción más repugnante un Individuo Humano reptante.
Cuando a Augusto Pérez le contaban la historia de este ser reptante el padre que engendró a su hijo y pagó para evitar su nacimiento y el ocultamiento de tal asesinato, se acordó de otro conocido.
Con el paso de los años, Augusto Pérez me habla de las camisas que tal serpiente ha ido dejando en su reptar por el humus.
Hoy, leyendo el asesinato de las dos mujeres en Bilbao, me vino a la memoria tal historia que, con detalle, y tomando un emético transcribiré las notas que al respecto me ha dejado escritas en su diario mi hermano Augusto Pérez
Pensé en el Génesis donde se refiere a estos hechos.
Dios no es Misericordioso con los reptiles.
El Dios Misericordioso, no existe. Es una figura retórica para los no racionales.
Dios dio al Hombre un lugar donde convivir con los suyos y con todos los seres vivientes y el Medio no viviente.Sin Embargo, Dios les hizo una advertencia: «De todo árbol del huerto podrás comer; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás» (Génesis 2:17)
Al Individuo Humano: "Cuando confundes la Amistad y la Misericordia que se te ofrece, y trates de robarle al Señor que tedió tales gracias sin pedirte nada a cambio, verás a los tuyos padecer el castigo de haberlo hecho y, cuando ellos se confundan con el humus delante de ti, será cuando comiences a cumplir la condena reptando sobre tu humus y el de los demás condenados contigo. Pedirás perdón sin ser oído, pero si oirás, y pasarán ante ti, las voces y gritos de clemencia por el pecado por ti cometido. Tras tu muerte no quedará nadie de los tuyos que puedan recordarte.
El Señor es misericordioso con quien lo ha sido, pero usará la más penosa de las condenas que un Hombre pueda imaginarse. ¡Así será!.
El conde de los demonios con sus veintiséis legionarios, cumplirá el mandato del que siempre será tú Señor y que eternamente tendrá sobre tu cuello la bota asfixiante de tu vida y la de tus descendientes. No tendrás pena, ya que tu condena es eterna. Ni tú ni tus descendientes serán llamados a reencarnarse."
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