La Vía Láctea se formó «desde dentro hacia fuera, según el Instituto Leibniz de Astrofísica, la forma de espiral se debe a la colisión con otras galaxias más pequeñas.
Un equipo de científicos del Instituto Leibniz de Astrofísica dirigido por Ivan Minchev ha encontrado una manera de reconstruir la historia evolutiva de la Vía Láctea con todo detalle. Para realizar su investigación, tuvieron en cuenta un conjunto de datos de las estrellas cercanas al Sol, como su composición química y su movimiento.
Dada la dificultad de determinar de forma directa la edad de las estrellas, en su lugar analizaron su composición química, ya que se detecta un mayor porcentaje de hierro y magnesio en los astros de edad más avanzada.
Se llega a esta conclusion dado que inediatamente después del «Big Bang», el universo consistía casi en su totalidad de hidrógeno y helio, y los niveles de metales se van incrementando con el tiempo. Por lo tanto, las estrellas de mayor edad tienen menos elementos en su composición, pero a lo largo del tiempo van ganando porcentaje de hierro y magnesio.
Además de la composición, también analizaron cómo son los movimientos verticales de las estrellas y en qué medida dependen de su edad.
Para el estudio, publicado en el «Astrophysical Journal Letters», el equipo de Ivan Minchev analizó esta velocidad en relación con su cercanía al Sol, y descubrieron que «cuanto más vieja es una estrella más rápido se mueve hacia arriba y hacia abajo».
Con los resultados obtenidos los científicos realizaron un modelo computarizado de la Vía Láctea, lo que les permitió examinar el origen de estas estrellas lentas y viejas.
Después de estudiar el modelo obtenido con el ordenador han llegado a la conclusión de que la Vía Láctea ha sufrido cientos de colisiones con galaxias más pequeñas a lo largo de su historia.
Estas colisiones no son efectivas en cuando a que puedan afectar a las zonas más cercanas al centro de la galaxia, pero sí que pueden desencadenar la formación de brazos en forma de espiral y como consecuencia mover estrellas del centro de la galaxia hacia las partes exteriores, donde está el Sol.
En sus conclusiones explican que este proceso de «migración radial» es capaz de transportar hacia fuera las estrellas de mayor edad y con una alta proporción de hierro y magnesio, que en su observación darían una baja velocidad en su movimiento ascendente y descendente.
Para los científicos, la mejor explicación a la lenta velocidad de las estrellas más antiguas en cuanto a sus movimientos verticales sería la existencia de las anteriormente citadas colisiones entre galaxias.
Según Ivan Minchev, estos resultados «permitirá trazar la historia de nuestra galaxia con más precisión que nunca antes, ya que observando la composición química de las estrellas que nos rodean y la velocidad de su movimiento podemos deducir las propiedades de las galaxias satélite interactuando con la Vía Láctea durante toda su vida».
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