La Casa Asturiana del
Campesino tiene balcón abierto o ventanas en todo su frontal. Debajo del balcón está un espacio del mismo ancho que aquel, donde está la puerta de entrada a la vivienda de la familia y, en ocasiones, aquella de
La cuadra.
En este espacio, iluminado por un candil se sitúa un asiento para la moza casadera y aquellos que lo serán de los. Mozos que acuden a cortejarla. Así, una vez por semana acuden los mozos que pretenden a la moza. Y, progresivamente van dejando de acudir aquellos que no encuentran aposento, que la moza retira advirtiendo con ello su rechazo al mozo pretendiente. Así se llega al único pretendiente que admite la moza. Una vez en confianza puede apagar el candil mediante el tiro certero de una manzana.
Cuando los pretendientes acompañan a la moza, el padre o la madre, apoyados sobre el cuarterón de la puerta y armada de carabina, vigilan a los mozos.
Así me lo contó mi abuela Dolores, Mami.
Ella, nacida en casa "pasau el río" (¿recordáis el río que pasó Lughio en busca de mineral de hierro?) el año 1874, casó con 13 años con Bautista, nacido en "casa Alvarin"(¿recordáis La Corona que Lughio avista en El Llano desde Lughonia, sentado sobre la talanquera sur?) el año 1870.
Allí, en la Casa de Alvarin formaron la Familia Alvarin, con siete hijos, cuya primogénita es Aurora y el más joven es Manolo (muerto defendiendo Oviedo de la horda fascista, en El Escamplero).
En Casa Alvarin, mi bisabuelo materno, en Casa Dolores la de Alvarin, en La Corona, allí me nació mi madre y allí me crié como campesino.
De allí salió mi abuela Dolores, junto con mis padres, el año 1967, tras ser expulsados, junto con el resto de los vecinos de Silvota, barrio de la parroquia de Lugo, del concejo de Llanera.
De allí hemos dudo expulsados para construir un"polígono industrial" salido del llamado Tercer Plan de Desarrollo del ministro fascista López Rodó.
Mi abuela, ciega y sorda, murió en el otoño de ese mismo año: "Augusto, hijo, yo no puedo vivir encerrada en un piso". Al pronto vine para asistir su último día, yaciente y en pena, de volver a tomar la mano del abuelo, acompañada de sus hijos.
Mami, descansa en paz donde estés, los tuyos no te dejarán en paz nunca. Siempre te pediremos ayuda, siempre acudimos a ti. Una enorme y extraordinaria Familia que habéis formado desde tan jóvenes.
Mami, dile al abuelo Bautista que, aunque no lo hemos besado en vida, todos sus nietos, bisnietos, todos, le besamos al regreso diario a casa.
Un beso y un abrazo de y con todos. Gracia por la vida que nos habéis dado. Gracias, abuelos.
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