La sensibilidad social es la piel de la Educación y,a Cultura de la Educación. Si, con mayúsculas.
No se tiene sensibilidad para con los estudiantes de Guerrero, ni con los hombres de Kobana, ni con los descamisados de Liberia. tampoco se es sensible con los hombrea del TAV en Galicia, ni con los accidentados sanitarios de Madrid, ni con...
Se miente unas pocas veces, se ignora las más de las veces por parte de los jueces como el caso de la resolución judicial del accidente de Ferroviario de Galicia. Con vileza un juez culpa al maquinista, probablemente tal vileza sea su ignorancia y la desverguenza que se confunde con el atrevimiento del reptante.
Hombre, no serás libre sino teniendo como tuétano la Educación. Hombre, serás esclavo mientras sigas en el fango de la ignorancia. Tu condena no es la bota del amo, sino tu cobardía de no saltar la talanquera de la Educación. Hombre, salta el muro y mira por ti mismo.
Cobarde actitud del asfíctico nigrante ser que nombran consejero de sanidad de la comunidad de madrid; si, en minúscula. Cobardes hombrecillos que en silencio unos y, grita tse mezquinos rastreros otros, culpáis del ignorante político a una trabajadora sanitaria accidentada mientras trabajaba. Y, la cobarde actitud de todos los hombrecillos que pululan por este barrio nombrado españa; si, con minusvulas.
Y, si aún hay que aclarar, se ha de decir que si tomara contacto con material infectado es por un mal diseño e implementación del trabajo que realiza. Y, la razón de esta mala planificación - nombrada como protocolo por el ignorante, ya que no puede referirse así al plan de trabajo (ya que no refirieron como tejanos, "hoja de ruta")
En más de una ocasión he anotado que el Estado del Reino de España no es fiable, por lo que hemos de situarnos fuera del mismo, fuera de la talanquera dispuesta par defenderse de las posibles advertencias, que no siquiera críticas de los hombres a los que debe de atender en sus necesidades comunes.
No puedo comprender como se pide la dimisión de la ministra, si a través del consejo, el gobierno es solidario. Lo comprensible, lo racional, es la dimisión del Gobierno, no sólo del Ejecutivo, pues este tiene a los diputados como alcahuete, con un ojo cerrado y el otro abierto por parálisis del III consecuencia de la asfixia iniciada antes de su concepción por la embriaguez crónica de unos genes mal constituidos, no sólo mal formados.
Tengase en cuenta que Ervigio protegió a los Eclesiásticos, a los Nobles y a los Prestamistas, derrotando las leyes que Wamba había dispuesto para que "todo ciudadano fuera igual ante la Ley, para que no hubiera castas"
La Educación te permite servir de la experiencia de nuestros antepasados , de saber vadear el Piloña y encontrar "pialla". Si se hubiera diseñado un plan de asistencia los enfermos con Ébola y se hubieran hecho los ensayos, no estaría nuestra compañera en la situación de riesgo vital en la que se encuentra. Pero, si fuera Pelayo, él se pondría al frente para vadear el río de la muerte del Ébola y, nunca echaría por delante a sus "vasallos", o "trabajadores"
El escudo del concejo asturiano de Piloña representa en campo deazur un caballero armado de punta en blanco seguido de un escudero, ambos a lomos de caballos vadeando el río Piloña y lleva el mote o divisa en oro: " ADELANTE MI ESCUDERO QUE MI CABALLO PIE HALLA".
Representa el vadear el río Piloña por el rey don Pelayo, cuando éste se dirigía hacia la batalla del año 721.
Pelayo, cuando vadeó el río Piloña lo hizo como conde Espatario del Rey Rodrigo, siendo perseguido por el general Muza, tras la muerte en batalla del Rey en el rio oGuadalete. Hechos que ya anoté en otras ocasiones.
Hoy hago esta cita por la proximidad de la fecha de entró nación del rey visigodo de origen en Grecia y Bizancio, así como su relación de parentesco con la que después será madre de Bernardo del Carpio, doña Jimena, Reina consorte del Rey Sancho Díaz, San Díaz, o Nepociano, así nombrado por ser cuñado del Rey Alfonso II el Casto y al que asesinó su cuñado Ramiro, al que bien se le puede apodar "el mentiroso y traidor del Pueblo Visigodo.
Ayotzinapa, la cantera de los profesores rebeldes de México
Los estudiantes de magisterio de Guerrero, como las víctimas de Iguala, tienen una tradición contestataria y de lucha social en un Estado pobre y campesino
El País, Juan Diego Quesada Ayotzinapa 8 Octubre 2014
Nardo Flores, padre de Bernardo, un estudiante desaparecido. / R. VALTIERRA
Los estudiantes que pretenden ingresar en la escuela de magisterio de Ayotzinapa tienen que aprobar un examen y someterse a una evaluación económica familiar. En el expediente de acceso del alumno Bernardo Flores, hijo de un campesino, constaron dos propiedades: una casa de adobe con techo de lámina y una yegua vieja. El chico cumplió el requisito de pobreza y las ganas de ser profesor en una de las comunidades rurales desperdigadas por las montañas lo convirtieron en un alumno ejemplar. El Cochi, como le apodan, está desaparecido junto a otros 42 estudiantes desde que hace 12 días fueran secuestrados por la policía municipal de Iguala, un cuerpo controlado por el crimen organizado mexicano.
La escuela de Ayotzinapa se encuentra a un lado de una carretera secundaria, a tres horas de la Ciudad de México. Los estudiantes, provenientes en su mayoría de familias que cultivan maíz y frijol, estudian y duermen en habitaciones compartidas. Las decisiones de régimen interno se toman en asambleas donde se vota a mano alzada y predomina el lenguaje revolucionario. En los murales de los pasillos se reivindica la lucha obrera y campesina. “Cuna de la conciencia social”, reza un cartel en la entrada. La situación de pobreza, violencia y corrupción política del Estado de Guerrero, en el suroeste de México, es el caldo de cultivo ideal para crear generaciones de jóvenes muy ideologizados que rechazan el sistema.
El viernes 26 de septiembre, unos 100 normalistas [estudiantes de magisterio] de primer y segundo año partieron en dos autobuses rumbo a Iguala, a poco más de 100 kilómetros en carretera. Los estudiantes tienen por costumbre apropiarse de autobuses y conductores para que estos los trasladen a su antojo. “Tenemos la potestad de poner esos vehículos al servicio del pueblo”, dice un integrante del comité dirigente de la escuela. Ese día fueron a la estación de Iguala para hacerse con tres autobuses más y en cuanto enfilaron la carretera que debía sacarlos de la ciudad fueron interceptados por la policía municipal. Los estudiantes del camión que iba a la cabeza bajaron para pedirles a los agentes que despejaran el camino y los dejaran ir en paz. “Entre varios intentamos mover el coche de policía que plantaron allí y fue cuando nos chingaron”, relata uno de los estudiantes presentes. Los agentes abrieron fuego en ese momento matando a dos e hiriendo en la cabeza a un tercero. Más de 40 fueron detenidos —como el caso de El Cochi— y otros tantos lograron huir por los cerros. La purga no había hecho más que empezar.
Un chico rapado, señal de que es de primer año, fue testigo del primer balazo a sangre fría de los policías: “Le dispararon a un compañero a muy poca distancia. La bala le entró por la mandíbula. Se le hinchó toda la cara. Estaba irreconocible. Siguieron soltando cartucho y tuvimos que huir como pudimos. Nos rodeaban con camionetas, policías y también vi gente de civil”. Parte de la noche la pasó oculto en la casa de una mujer que le dio cobijo y, al alba, se presentó con otros compañeros en comisaría para reclamar a los que se habían llevado. “Cállate, cabrón. No estés de preguntón”, le soltó un agente cuando insistió. José, como ha pedido que se le llame, fue después al servicio médico forense para reconocer a uno de los fallecidos. El cadáver del alumno estaba sin cara: le habían arrancado la piel con un cúter y le habían sacado los ojos.
El domingo por la tarde, los familiares de los desaparecidos, hombres en alpargatas y mujeres con niños en el regazo, decidieron en una asamblea movilizarse ante “la pasividad de los políticos”. “Tienen que devolverlos vivos”, conviene uno. “La culpa es del gobernador de Guerrero”, añade otro. “Hay que dar un golpe de Estado”, agrega un tercero. Están convencidos de que los 28 cadáveres encontrados en un cerro de Iguala por las autoridades —tras la confesión de un policía— no son los de sus hijos. Unos antropólogos argentinos trabajan en la identificación de los cuerpos junto a los forenses mexicanos.
El historial de lucha de los alumnos de Ayotzinapa es extenso. En diciembre de 2011 fueron asesinados dos alumnos que protestaban en una carretera. Dos inmensos retratos de sus caras —mártires de la lucha social— ocupan una de las fachadas principales de la escuela. Esta escuela ha sido a veces un semillero de guerrilleros, fiel a la tradición regional de levantarse en armas. Unos metros más allá de los retratos, un altar con un Cristo y un San Judas Tadeo vela por los desaparecidos.
El padre de El Cochi, al enterarse de que había desaparecido su hijo, dejó a un lado la azada y viajó desde su comunidad cinco horas hasta llegar a la escuela. En un informe de la fiscalía consta que el carné electoral del estudiante fue encontrado manchado de sangre en el suelo de uno de los autobuses tiroteado. Nadie se lo ha devuelto y nadie parece saber dónde está esa prueba. El agricultor dice tener el presentimiento de que su hijo está vivo. Se lo imagina pasando hambre y miedo en un cuartucho donde los secuestradores lo tienen escondido. Pero vivo al fin y al cabo. Quiere corroborarlo con los demás: “¿Usted también cree que está bien?”

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