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30 mar 2015

El esclavismo, la usura y el blanqueo de sangre en Asturias y en España del siglo XIX.

Dedicado este recordatorio a mi sobrino Augusto, en este tiempo dedicado a la historia familiar.





Un asturiano de Avilés ayudó al general Espartero en su hazaña, por lo que fue premiado como capitán general de Cuba.


En los años cuarenta del siglo XIX se dictó una "reforma laboral" parecida a la dictada por este Gobierno del Partido Popular. Tal ley establecía una jornada laboral para los esclavos de la colonia de Cuba de 16 horas para el tiempo de cosecha y de 10 horas para el resto del año. Pen poco tiempo, y por necesidades de mano de obra esclava productiva se impuso una tasa de un peso por cada esclavo dedicado a las labores de casa.
Ese tiempo fue aprovechado por prestamistas para cumplir con el mercado de futuros de Chicago. Así es como estos usureros se apropiaron de haciendas que incluían los esclavos y, los pasaban a USA.
Estos usureros aprovecharon para hacerse con el ferrocarril, único medio para sacar la producción a los puertos. Así es como se hicieron con haciendas y la trata de esclavos, además de con el ferrocarril y el resto de los medios de transporte que utilizaron para extorsionar a los hacendistas hipotecados.

La segunda mitad del siglo XIX se pasó la colonia cubana a manos de prestamistas, o banqueros que, con su fortuna apoyaron a los reyes y regentes a cambio de leyes que les permitieron acrecentar el botín cubano. 

Estos usureros fueron blanqueando su actividad mediante alianzas matrimoniales con la nobleza española.

Es curioso ver como una de estas alianzas se estableció con la familia noble que primero denunció la usura por parte de los judíos de Oviedo, y de la que ya anoté. No es nada curioso si se tiene en cuenta que el comportamiento aparente posible tiene siete estados, como ya nos cuenta La Torá. Siete estados y tres posibles comportamientos, por lo que los tres "números mágicos" salen a relucir: 7, 3 y 21.

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