"Si mientes, no me hables más", nos decían nuestros padres a los tres hermanos. Nunca nos lo decían como conjunto, siempre a cada uno de nosotros.
"Tener presente que pertenecéis a esta Familia".
"Si uno se compromete, cumple. Si uno se compromete la Familia. Y la familia cumple".
El Individuo Humano no tienen"Palabra".La Persona, el Individuo Humano que se Comunica, tiene Palabra, Corán.
La Persona inventó el papel, la escritura y la lectura, para convivir con el Individuo Humano que no se comunica. Y, posteriormente, lo utilizó como medio de comunicación transgeneracional, como herencia de su COMPROMISO.
El invento de la escritura obliga a la genuflexión de aquellos Individuos No Parlantes que se consideran dioses, o cuasi-dioses.
El invento de la escritura hizo necesaria la habilidad en ella. El Individuo Bárcenas ejerció de escriba en el reino del Partido Popular.
Nota.- los escribas se sentaban a la altura reptante ya que cada uno era traído por aquel recibido por el rey, no lo ponía éste. Se sentaba a nivel del suelo porque su tiempo de trabajo era el que duraba la recepción. El rey se sentaba a la altura de sus rodillas y en flexión anterior de su tronco para permitirle los drenajes mientras oía al siempre pedigüeño recibido.
Sigo.
Al presidente del Partido Popular y Presidente del Ejecutivo del Estado del Reino de España, "no le temblará la mano, el pulso rila" para dimitir de sus cargos para que el Presidente del Congreso de los Diputados convoque Elecciones, no el Presidente/Rey del Estado/Reino de España.
Debe, éticamente - no moral- abandonar el Partido ya el Gobierno.
No tiene lógica lo que termino de anotar. Más bien, es absurdo.
O, esta manía - sentido estricto médico- es herencia -obliga, o genética- del Señor Zapatero y elmPartido Socialista, Obrero y Español, ya no marxista ni judeo-masónico, ni tampoco devenido de un contubernio en Alemania -ya no está W. Brandt, sino Weimar, cuando menos.
Claro que ayer el locuaz frontal izado ministro de la justicia, que no de Justicia, que los "socialistas" le habían marcado el camino de los perdones sin justificación. Y yo que pensaba que lo era del Sr. Acebes. Tengo que exrudizarme hurgando en las hemerotecas.
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