De Oviedo a Quirós por Teverga.

Bellezas de Asturias de Oriente a Occidente

Por Aurelio de Llano Roza de Ampudia

Oviedo, Imprenta "Gütenberg", 1928

Así comienza esta Obra que debiera tenerse en, al menos, todos los colegios y bibliotecas delmReino de Asturias.

"Estamos a 15 de Abril de 1921. Desde el puente de Deva, límite de Asturias con Santander, no me canso de admirar las bellezas del paisaje que engalana la entrada de esta divina región, cuna de la nacionalidad española".

Cuando lo leía, allá al comienzo de mis estudios de bachiller, me imaginaba pertenecer a un Gran Pueblo. Luego, no me lo imaginé nunca más, lo viví y, espero seguir en mi Familia Grande, más allá del tiempo que mis sentidos me lo permitan sentir.

Hoy quiero partir de Oviedo para pasar por Teverga a Valdecarzana, para pasar por Tarna hasta mas allá de nuestras montañas hasta El Caroio y Saldeana, reviviendo el largo dia de Aljubarrota. Y, por Quirós a Lena, para luego ir hasta Aller y, desde Villoria pasar por San Isidro más allá de nuestras Montañas Santas hasta La Vardulia, visitar Saldaña y Cillaperlata. Luego volver a las Primorias hasta, en el tiempo, viajar por la Asturias de Santillana. Visitar Ribadedeva y regresar a Lughonia para recordar como los lughones sentimos la necesidad de asentarnos en Oviedo.

Hoy reproduzco la descripción que sigue. Lo hago en la memoria de hace 34 años cuando ejercí de médico un mes de agosto en Proaza. Las personas, no gentes, que conocí,aún las recuerdo y mantenemos la amistad. Sofía y sus hermanas. Ayer, 13 de agosto, hizo 34 años, cuando a las 14 horas, Jesús Touris, ayudó a Francisca, mi esposa, a parir a Laura, mi hija. Gracias Jesús, gracias de toda la Familia.

Cuando habló de este Valle del Rio Trubia, me acuerdo de Juan, Juanin entre nosotros. Compañero Sanitario del Servicio de Urgencias del Hospital General de Adturias, del cual no tengo noticias desde hace tiempo. 

Quien siempre me mantenía informado de todos los compañeros era Manuel Huergo, ya fallecido, compañero que nos mantenía, presto siempre, el Oxígeno en todo el Hospital General. De igual manera, nos apretaba a toda la Sección Sindical de UGT, para actuar en defensa de los compañeros cuando estos eran maltratados y, también, para animarnos a trabajar por el Hospital General de Asturias.

Me acuerdo de Juanín cuando de madrugada le llama su hermano diciéndole que su madre "le debió dar una trombosis". Él y yo nos fuimos en su Land Rover que dejamos en San Andrés de Trubia, para subir por caminos iluminados por la tormenta hasta la casa de su Madre. De madrugada. Poco pudimos hacer por recuperar la vida de su Madre. Regresamos juntos al Hospital, ya a media mañana, tras llamar para suspender la cirugía que tenía programada.

Dice Aurelio de Llano Roza de mpudia, lo que sigue. Lo anotado para hacer que disfrutéis de este viaje.

  

De Oviedo a Quirós y Teverga

Apenas el viajero camina un kilómetro por la carretera que conduce de Oviedo a Quirós, su vista se espacía ante un panorama vigoroso formado por las montañas del Aramo, Monsacro, Naranco y otras, cerrando todas un valle amplio, multicolor, en el que se levantan, diseminadas en pintoresca situación, numerosas casitas blancas.

Robles, castaños y cerezos proyectan su sombra en el camino. Se respira el aire fresco que sale de la ribera del Nalón, cuyas aguas ruedan ennegrecidas por las impurezas que reciben de los lavaderos de hulla instalados en sus márgenes. Al doblar una curva en la ràpida bajada de la carretera, surge la fábrica nacional de de cañonesde Trubia. Al pasar a su vera se oye el ruido de la multitud de máquinas que forjan aparatos de muerte.

Aparece otro grupo de montañas el río Trubia corre paralelo a la carreterA regando un valle en el que se recogen abundantes cosechas de maíz, patatas y hierba. Luego de atravesar el pueblo de San Andrés, se entra en el desfiladero pintoresco llamado la Peña de la Escalera, por la que pasa el camino trazado a mediotúnel sobre el río rumoroso.

En Tuñón, se alza la iglesia de Santo Adriano, la cual pertenece a un convento de benedictinos, fundado en 831 por Alconso III. Y su esposa Jimena.Conserva restos arquitectónicas pertenecientes a la época de su total reforma en los primeros años del siglo XII.