Este Ejecutivo, este Gobierno, nos ha retirado la Educación para la Ciudadanía. Sin embargo, no me han retirado el deseo de formarme como ciudadano.
Por mi cultura de ser ciudadano del Pueblo de Abraham, entiendo que, según el Génesis (creo recordar, 25 donde se habla de Cain y de Abel), lo peor no es matar, lo peor es ocultar que has matado. Lo peor es mentir, ocultar y avergonzarte de haber cometido el pecado de haber matado a tu hermano, al ciudadano.
Continuando con el relato bíblico, creo recordar que replicó el Señor: ¿qué has hecho?. La sangre de tu hermano enterrado clama por mi. No sólo has matado a un hombre, sino a toda su descendencia.
Y Cain dijo ¿es que acaso soy yo el guardián de mi hermano?.
y Dios le replicó: Si. Eres el guardián de tu hermano. No se puede esperar el milagro de la intervención de Dios.
Por este motivo entiendo que el que se mate Educación para la Ciudadanía y se ponga bajo tierra, hemos de formarnos - abuelos, padres, hijos y vecinos, en Educación para a Ciudadanía.
Recomiendo la lectura en común del libro que desde que se puso tal asignatura en la Educación del Joven yo lo leo con frecuencia. Necesito sentir que firmo parte activa del Pueblo, al que jamás mataré, pero al cual no negaré, enterrándole.
He leído tres en su momento y, de entre ellos, elegí para mi formación continuada como ciudadano, este que anoto.
Educación para la Ciudadanía.
Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho.
Autores: Carlos Fernández Liria, Pedro Fernández Liria y Luis Alegré Zahonero.
Editorial AKAL
2007
ISBN: 978-84- 460-2613-6
Capítulo 5: Capitalismo y Socialismo. El Estado de Derecho y la ilusión de ciudadanía bajo condiciones capitalistas.
1. Experimentos políticos en el siglo XX: más allá del derecho y la ciudadanía.
La mayor parte de nuestros intelectuales pueden llevarse el susto de su vida con lo que se etá a demostrar. En primer lugar, van a descubrir (aunque no lo reconocerán) que el ¡hombre nuevo" que está revolución va a ser capaz de forjar no va a ser otro que el ciudadano que se considera más normal y más corriente. Y, en segundo lugar, van a descubrir que este ciudadano normal y corriente no se parece en nada a aquellos que, existiendo tanto tiempo ya todas sus libertades a las libertades ciegas e ingobernables de la maquinaria del mercado. En los próximos años, puede que asistamos al espectáculo de como comienza para la historia de la humanidad la aventura de la ciudadanía. Porque, en efecto, lo que en Venezuela, Bolivia, Perú o México puede llegar a hacerse visible es el hecho de que eso que eso que hemos tenido bajo condiciones capitalistas de producción en ciertas regiones privilegiadas del planeta no ha sido más que una apariencia de ciudadanía. Y puede que lo primero que vaya a hacerse patente sea la absoluta incompatibilidad -pese a lo que insistentemente que se ha pretendido lo contrario- entre el capitalismo y la democracia. Así pues , puede que, al final, vayamos a tener "educación para la ciudadanía" de sobra, pero no tanto para nuestros escolares como para nuestros más famosos intelectuales, para nuestras autoridades políticas y hasta para nuestros catedráticos de Ética y de Derecho constitucional. Y sus maestros van a ser los desposeídos de este mundo, reclamando, de una vez por todas, una ciudadanía que no sea una completa estafa.
2.
Lo dejo aquí, pues lo anotaría todo y, este no es el caso. Se escucha si se tiene el deseo de escuchar, es fuerza imposible de doblegar.
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