Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas, México.
El 2 de Octubre de 1968.
Gustavo Díaz Ordaz, Presidente de México, ejercía su trabajo con altivez dada por la ignorancia. Y, la violencia represora del ignorante.
Dirigía un Grupo de Violencia Extrema, denominado Batallón Olimpiada.
La corrupción, la hambruna del pueblo mexicano que trabajaba, para enriquecer a los opresores sociales que Díaz Ordaz representaba. Este Individuo poseía la fuerza de Ejército de México que, como tal, era ciego y servil al Presidente, que no a la República de México.
El Batallón Olimpia y el Ejército de Díaz Ordaz produjeron una descomunal matanza de quienes manifestaban el estado de hambruna del pueblo de México. Quienes se manifestaban pacíficamente estaban coordinados por el llamado Consejo Nacional de Huelga.
Entre los manifestantes estaban los estudiantes de la Uníversidad Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional, al que al estado de hambruna de sus familias se unía la imposibilidad de dar continuidad y comienzo a sus estudios.
Aún hoy persiste la fuerza oligárquica del poder, que no de la autoridad, que representaba Díaz Orgaz. Tal es así que aún no se ha conseguido hacer juicio crítico ni social de tal barbaridad, expresada por cientos de asesinatos. Barbaridad a la que no dieron respuesta las llamadas democracias de Occidente y, menos aún, la España Social y Política de la España apañada por Franco Bahamonde.
Es habitual citar sobre estos hechos al corresponsal de la BBC , Julian Petiffer, que fue testigo de los acontecimientos presenció los hechos, "en una destacable demostración de estupidez, brutalidad, o ambas juntas, el ejército y la policía pasaron fuego de ametralladores por miles de manifestantes pacíficos y gentes que iba de paso por el lugar...". Este periodista da a cifra de no menos de 200 muertos.
Probablemente yo sea de los más jóvenes españoles conocedores de este hecho. Soy la memoria más joven de esta aborrecible acción.
Hoy, en España, estamos llegando al aniversario de Tlatelolco con las condiciones de hambruna, agitación social latente (en ebullición), la negación de la entrada en la Universidad a miles de estudiantes y, un Ejecutivo que se muestra y actúa con prepotencia e ignorancia; ingredientes de aquel suceso.
¡Que la Sociedad de España sea benevolente con sus Oligarquía Gestora!, que no sea justa.
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