Hiperlipidemias e hiperlipoproteinemias.
Variaciones biológicas.
La concentración de Los distintos lípidos plasmáticos varían de forma significativa de unos Individuos Humanos a otros. Desigual modo, también varían considerablemente en el mismo Individuo Humano de una hora a otra del día, de un día a otro, de una estación a otra.
En un mismo Individuo Humano dependen considerablemente los niveles plasmáticos según condiciones no dependientes de él, como puede ser el tiempo de ayuno, la postura y la posición tenida en el momento de la extracción de la muestra, el tiempo invertido en la realización de la misma e, incluso lo accidentada que esta haya sido.
La tempertura, humedad, presión atmosférica, luminosidad son otros tantos factores que hacen variar las concentraciones asmáticas de los lípidos y lípido proteínas.
Los niveles hormonales, la fatiga, el estado emocional, otros factores más.
Determinadas enfermedades, determinados tóxicos, terapéuticos o no, otros factores más.
La edad, el sexo, el trabajo, el tiempo de descanso, el esfuerzo físico con independencia de la fuente de energía. El tiempo de alerta y el esfuerzo de alerta, el tiempo de respuesta y el esfuerzo de esta.
Son tantos los factores que el considerar los niveles de normalidad estadística, hay que acostarlos incluso individualmente, para poder estimar la validez de la desviación de los niveles medidos.
La"ligereza" con la que se habla de valores de hiperlipemia e hiperlipoproteinemia y, la prontitud tomada en la aplicación de medidas correctoras con fármacos y/o productos alimenticios y no alimenticios, sólo nos permite decir que al respecto existe ignorancia, pues en caso contrario, hemos de pensar en considerar tal actitud como tenida con el fin de perjudicar o, cuanto menos, no tener aprecio, por el trabajo que se hace como médico.
En la ausencia de educación médica en Bromatología, climatología y epistemologia, descansa mi parecer, que no opinión, sobre el asunto al que me refiero.
Que el médico no tenga educación en Posturología y Vestido, es, cuanto menos, negligente, tanto por quien faculta como por quien se faculta.
Que no se sepa distinguir entre zapato y balancín, entre elasticidad y resistencia, entre presión y tensión, entre duración y tiempo, entre fractura y elasticidad, entre abierto y cerrado, entre individuo y población, entre población y sociedad, entre bulto y hernia, entre gasto y flujo, entre forma y figura, entre trabajo y función, entre cansancio y fatiga, entre elastancia y elasticidad, entre posibilidad y probabilidad, entre mediana y medianía, entre raro y habitual, entre leve y pequeño, entre grave y grande, entre pesado y ligero. Y, confundir entre distinguir un objeto de otro y conocerlo, entre saber y conocer.
No ha mucho tiempo que un Individuo Humano que por verme y hablar conmigo en los mismos espacios, dijo conocerme y yo dije saber de él. Extrañó ver a quien entendió que el fiel de la balance que relaciona tales conceptos, no coincidía con el punto medio de su recorrido.
La ausencia de reflexión, manifestó que quien observaba tal hecho no era un Individuo Cognoscente, sino, en el mejor de los casos era un Individuo Medidor, o Sapiens.
En los años cincuenta del Siglo XX, los fabricantes de objetos entendieron que el mejor fin de su producción se controlaba (el concepto es se regulaba) mediante el saber de los tiempos entre producción y producción de objetos, por lo que emplearon medidores de tiempo, o cronometrado res. En los años setenta de ese mismo siglo, entendieron que era la calidad del objeto producido el que proporcionaba estabilidad en el éxito de ventas del mismo, así como fidelidad del llamado mercado.
Hemos de producir médicos bajo el concepto de control de calidad y, abandonar la producción de cronometradores.
En Física es el control de flujos lo que nos permite conocer el trabajo y l resistencia a este. No es el control de los gastos. Ahora bien, no es posible controlar los flujos sin controlar los gastos.
Hoy, nuestros tenderos de ultramarinos que controlan lo que ellos llaman el "mercado" diciéndose ecónomos, o administradores, son contables, o cronometradores y, por tal ausencia de capacitación no controlan los flujos, sino los gastos.
De igual modo, los médicos son cronometradores de los "gastos" y no de los "flujos" de, en este caso, las concentraciones plasmáticas de lípidos y de proteínas ligadas a lípidos.
Su actuación consiste en corregir gastos y no flujos.
Son tantos los factores que
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