Este año que ha sido 2013 lo tengo lleno de notas sobre la autenticidad de declaraciones políticas, religiosas, judiciales y, de todo hijo de vecino y familia que han puesto en duda mi propia existencia o, más bien, de mi ortoepeia. Tengo un serio problema con Protágoras, me pide un dinero que no tengo ni me fían para pagarle el que me hsya dado a conocer el buen uso de las palabras o, almenos, que me acerque a conocer el significado de aquellas utilizadas por los que deseo comunicarme, aunque no sea capaz de saber el motivo que me provoca el hacerlo, o desearlo.
Tengo sobre mi mesa notas en uso para un trabajo sobre axiología en el alto del siglo XX y mi relación "protagórica" con mi abuela Dolores, a la que tengo que pagarle todos sus esfuerzos tras ganar mi "primer caso".
Tomo esta nota que sigue.
"El criterio que utilizamos para ortoepeia"probar la autenticidad de aparentes declaraciones de hecho es el criterio de verificalidad. Decimos que una frase es factual mente significante para toda persona dada , siempre y cuando está persona conozca cómo verificar la proposición que la frase pretende expresar, es decir, si conoce que observaciones le inducirían, bajo ciertas condiciones , a aceptar la proposición como verdadera, o rechazarla como falsa. Por otra parte, si la proposición putativa es de tal carácter que la admisión de su verdad o falsedad está conforme con cualquier admisión relativa a la naturaleza de su experiencia futura, entonces en la medida en que la persona está interesada, la frase es, si no una tautología, si una simple pseudo proposición. La frase que lo expresa puede ser emocionalmente significante para la persona, pero no literalmente significante. En cada caso investigamos qué observaciones nos impulsarían a formular la cuestión, de un modo o de otro; y, si no puede ser descubierta ninguna, debemos concluir que la frase que estudiamos no expresa, hasta donde nosotros estamos interesados, una auténtica cuestión, aunque su apariencia gramatical pueda sugerir que lo hace muy intensamente,".
Lenguaje, verdad y lógica (1936)
Alfred Jules Ayer
Edit Roca, 1971
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