La pretensión de implantar grupos para-policiales, no uniformados y sometidos a la mano política, me hacen recordar que igual sucedió en los años sesenta y setenta por parte de los políticos fascistas.
El reconocer a un "guerrillero de cristo rey"al entrar en el aula, cuando como delegado de curso trataba de organizar una manifestación de acoso a la policía, me costó tras caer encima de él para sujetarlo, ya que portaba una pistola en su mano izquierda, que otro de igual calaña me pusiera el cañón de una pistola en mi oído. La levantó y disparó rompiendo el cristal de la ventana y yo caer aturdido. Estuve sordo dos días, a resguardo en un piso.
Espero poder anotar sobre los grupos fascistas de aquellos aquellos años, de los cuales aún guardó información que, por precaución, compañeros recababan para poder actuar "en caso de desaparición" de algún compañero combatiente, que así nos decíamos.
La mayor decepción que he tenido es cuando entre en duda de sí los GAL, habían sido creados por un Estado de Esperanza.
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