El endeudamiento creciente que estamos sufriendo, consecuencia de la política descarriada del Ejecutivo y consentido por todo el Gobierno (Recuérdese que gobierna el Ejecutivo y el Legislativo - partido del Ejecutivo y Partidos en Oposición a ser Ejecutivo), nos está llevando a un empobrecimiento creciente que supera nuestra propia vida y que,como consecuencia, hace ruina la vida de nuestros hijos.
Tendremos que pagar unos intereses por un capital del cual no estamos, desde hace tiempo, que no tenemos invertido.
Es curioso apreciar como la actitud idiota, o de interesarse por lo propio, de la sociedad española, con abandono, o desinterés por lo público, ha sido inverso al aumento en el tiempo de no ocupación. Lo esperado es que conforme aumenta el tiempo de no ocupación idiota aumenté el tiempo de ocupación político.
Históricamente apreciamos que conforme se reduce el número de idiotas como consecuencia de la discapacidad producida por la edad, o jubilación, aumenta el número de políticos.
Conforme aumenta la cantidad de vida, o se baja la edad de jubilación, más dedicación de los jubilados a su familia,la y a la Sociedad, o "altruismo", o dedicación desinteresada a los demás.
La actitud conservadora ha sido la de tomar como plusvalía esta inversión de capital no interesado. Una desus actuaciones es la de eliminar la llamada "ayuda a la dependencia".
Nos están concediendo unas hipotecas sobrevaloradas que no nos va a ser posible pagar. Es, claro que no hemos aprendido a reconocer la estafa inmobiliaria de la que tanto nos quejamos. Ahora "saca" hipotecas a nuestro nombré el Ejecutivo y jaleamos el que lo hagan: hemos saneado nuestra economía, ya tenemos nuevamente dinero, sin darnos cuenta que lo tenemos bajo hipoteca de nuestra vida y la de nuestros hijos.
Deuda sin crecimiento
El monto de lo que deben las Administraciones seguirá detrayendo muchos recursos públicos
EL PAÍS 17 MAR 2014
Las Administraciones públicas españolas debían 960.640 millones de euros al final de 2013, el equivalente al 93,9% del PIB. En el pasado año se han añadido a ese saldo 76.000 millones. Esa proporción contrasta con la que representaba la deuda pública sobre el tamaño de la economía española al término de la fase expansiva y el inicio de la crisis: 36% del PIB al final de 2007.
Ha sido la recaudación de las CC AA la que más ha sufrido durante la crisis, dada su estrecha vinculación a los ingresos verdaderamente excepcionales derivados de la expansión del sector de la construcción residencial y de la actividad inmobiliaria. Además, en el aumento registrado por el endeudamiento de las CC AA está incluido el apoyo que la Administración central ha suministrado a aquellas con más dificultades para financiarse en condiciones de mercado. Han sido 61.500 millones de euros los que se han transmitido a través del fondo de liquidez autonómica (39.000 millones) y del plan de pago a proveedores (22.500 millones).Del análisis de la composición de ese saldo vivo de deuda destaca el crecimiento de las comunidades autónomas. Las Administraciones locales y la Seguridad Social, por su parte, han reducido su deuda total, aunque se mantienen en términos de PIB al mismo nivel de 2012. En realidad, por primera vez, los 207.000 millones de euros de deuda de las autonomías superan el 20% del PIB español. También son estas Administraciones las que generan más inquietud a inversores internacionales; de ahí la necesidad de apoyo excepcional por parte de la Administración central.
No es un cuadro que vaya a mejorar de forma significativa de la noche a la mañana. Todas las Administraciones son extremadamente dependientes del crecimiento económico. Y con la información hoy disponible, los próximos años no van a ser muy expansivos. La mayor disciplina en la contención de gastos públicos o el mantenimiento de cargas impositivas relativamente elevadas no garantiza la expansión económica. Afortunadamente, el acceso del Tesoro español a los mercados financieros se encuentra en el mejor momento desde el agravamiento de la crisis, pero, dados esos montantes de deuda, la propia carga de intereses seguirá detrayendo una cuantía significativa de recursos públicos. La deuda pública conjunta volverá a aumentar, aun cuando no se registren males peores en la escena financiera nacional e internacional en los próximos meses.
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