Ante la actitud dubitativa de la EU, USA PRESIONA
La falta de unidad política, la EU duda.
Berlín frena el clamor de Londres y Varsovia para castigar a Putin
Londres anuncia una nueva lista de sancionados rusos “en los próximos días”
Lucía Abellán. 28/04/2014
Europa lleva meses sobreestimando el poder de su palabra. Los diplomáticos comunitarios diseñaron una estrategia de amenaza creciente que debía acabar disuadiendo al presidente ruso, Vladímir Putin, de intervenir en Ucrania. Lastibias sanciones adoptadas hasta el momento no han arredrado a Putin, pero la Unión Europea se resiste a elevar la presión, a pesar de que tiene todo listo para hacerlo. Las dudas de Alemania, a la que secundan otros países, frenan el paso a la ofensiva diplomática que reclama Polonia.
“Tenemos que ser capaces de responder de una manera que a veces es difícil para nosotros”, sugieren fuentes diplomáticas polacas, que encabezan el grupo de los países del Este partidarios de castigar ya duramente Rusia. Los tres bálticos, con minorías rusófonas y fuerte dependencia energética de Moscú, como en Ucrania, se suman a este grupo de la llamada línea dura. Hungría, Rumanía y Bulgaria, que también experimentaron el yugo de Rusia, muestran una actitud más pragmática: abogan por el castigo, pero piden amparo a Bruselas ante un hipotético desabastecimiento energético o cualquier otra medida de venganza que adopte Moscú.
Por motivos diferentes —principalmente el alineamiento con Estados Unidos—, estos países han encontrado un aliado de excepción: Reino Unido. “Seguiremos adelante con sanciones adicionales, los costes para Rusia aumentarán”, advirtió ayer el ministro británico de Exteriores, William Hague, aunque matizó que de momento la única novedad consiste en decretar “una expansión en los próximos días de las sanciones existentes, medidas contra personas o entidades en Rusia”. Bruselas se prepara para anunciar, en coordinación con Washington, la lista de nuevos nombres que se añadirán a los 33 rusos y ucranios que ya tienen prohibida la entrada y congelados sus activos en países comunitarios por instigar el conflicto de Crimea.
El grupo de furibundos defensores del cerco a Putin lo completa Suecia, cuyo ministro de Exteriores, Carl Bildt, destaca por su retórica beligerante en las reuniones con sus colegas europeos, explican fuentes diplomáticas.
Aunque el diagnóstico de la situación se asemeja cada vez más entre los dos bandos, los partidarios del diálogo, encabezados por Alemania, sostienen que penalizar más a Rusia acaba siendo contraproducente. Porque de momento la canciller alemana, Angela Merkel, y otros líderes europeos tienen línea directa con Putin, una baza que temen perder si se ensañan con las sanciones. En el caso de Berlín, pesan también mucho los poderosos lazos energéticos y económicos en general con Moscú. Sin esa dependencia del gas, Italia y España mantienen una postura similar a la alemana.
Francia, que comenzó apoyando la vertiente moderada, evoluciona hacia una mayor firmeza con Putin, sin llegar al extremo polaco. En ese terreno de nadie se sitúan también Bélgica y Holanda. El resto de países podrían fácilmente adherirse a un grupo u otro en función de cómo evolucionen los acontecimientos. Y estos apuntan a un principio de guerra civil en Ucrania. “Los países comunitarios no tienen una percepción común de la amenaza que impone Rusia. Estamos observando una debilidad increíble de la UE. Lo que está haciendo Rusia es cambiar las fronteras del continente”, alerta Judy Dempsey, experta de la casa de análisis Carnegie Europe.
El motivo más claro por el que Bruselas puede acabar avanzando hacia sanciones de más largo alcance (veto a las exportaciones rusas, embargo de armas, ostracismo diplomático...) es la influencia estadounidense, que está presionando fuertemente en esa dirección, admite un alto cargo de la diplomacia comunitaria. De momento, la Comisión Europea tiene preparados varios análisis económicos de lo que le costaría a la UE —y a cada uno de sus Estados— cerrar la puerta a Rusia. Solo falta la voluntad política para pasar a esa tercera fase de sanciones.
EE UU exhorta a Europa a reaccionar ante Rusia
Obama reclama a los aliados europeos firmeza y unidad ante el desafío ruso en Ucrania. El presidente acusa a Moscú de alentar la desestabilización del país
Yolanda Monge, 27/04/2014
Acusando al Kremlin de no haber movido “un solo dedo” para conseguir que los separatistas prorrusos en Ucrania cumplan con el acuerdo alcanzado en Ginebra para rebajar una tensión que ha situado las relaciones entre Rusia y Occidente en sus niveles más bajos desde el final de la Guerra Fría, Barack Obama estableció ayer que era absolutamente necesario presentar por parte de Estados Unidos y la Unión Europea un mensaje de unidad frente a Moscú de que sus juegos de guerra deben acabar.
Con Washington y Bruselas a punto de imponer nuevas sanciones a Rusia —quizá tan pronto como este lunes— el presidente de Estados Unidos declaró desde Malasia —tercera etapa de su gira asiática— que se estará “en una posición más firme para disuadir a Putin cuando este vea que el mundo está unido y Estados Unidos y Europa están unidos en lugar de que esto es solo un conflicto ruso-estadounidense”.
Para Obama, Moscú no solo se ha quedado impasible ante el acuerdo alcanzado el pasado día 17 en Ginebra, si no que en ocasiones lo ha torpedeado. “Hay pruebas contundentes de que han estado alentando las actividades en el este y el sur de Ucrania”, dijo el presidente. El mandatario aprovechó una nueva ocasión para recordar a su homólogo ruso que se encuentra “aislado” y que la clave del problema está en “respetar la integridad territorial” de Ucrania amenazada por las milicias prorrusas.
La imposición de sanciones a Rusia no es un tema resuelto ni en el que hay consenso entre Washington y Bruselas. De momento, los castigos que se han impuesto y que se prevé extender son contra personas concretas, y en algunos casos bancos que dan refugio a las actividades de estos. Pero no se han dictado sanciones sectoriales, y en opinión de Obama esto solo podrá hacerse si existe “una posición unificada de cómo proceder”.
Las sanciones propuestas por Washington se centrarán principalmente en las exportaciones de alta tecnología y la industria de defensa rusa, así como en personas físicas y jurídicas cercanas al presidente Vladímir Putin, según declaró ayer el consejero adjunto de Seguridad Nacional Tony Blinken. En una entrevista en la cadena CBS, Blinken dijo que las sanciones impuestas a Moscú tras la anexión de Crimea el mes pasado han dañado la economía rusa. “Ya hemos visto un impacto significativo de la presión que hemos ejercido sobre Rusia en las últimas semanas. Sus mercados financieros han perdido un 22% desde el inicio del año y el rublo está en el nivel más bajo que nunca ha tenido”, aseguró.
Hasta el momento, Washington se encuentra en una línea más dura de ataque que Europa, que está en un espacio más ambiguo y tímido, entre otras razones porque sus relaciones comerciales y lazos económicos con Rusia son mucho mayores de lo que lo son con Estados Unidos y porque compra cerca de una cuarta parte de su gas natural a Moscú.
La grave crisis internacional que se vive desde la anexión rusa de la península ucrania de Crimea se ha visto agravada en las últimas horas por la detención de ocho observadores militares europeos por parte de las milicias federalistas y separatistas prorrusas de Slaviansk, que fueron calificadas por Obama como “matones”. Los observadores detenidos actúan bajo los auspicios de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), pero no son miembros de la misma. Las fuerzas prorrusas les acusa de ser espías.
Kiev elevaba el tono de su discurso a finales de la semana pasada y aseguraba que Moscú estaba dando todos los pasos que desembocarían en una “tercera guerra mundial”. Kiev, respaldado por Occidente, acusa al Kremlin de planear la invasión del este de Ucrania y de preparar el terreno para el entrenamiento y el apoyo de separatistas armados que han ocupado alrededor de una docena de edificios públicos en la región.
En una señal de tranquilidad hacia los aliados de la OTAN con fronteras con Rusia, Washington desplegó 150 paracaidistas en Lituania el pasado sábado. Un total de 600 efectivos norteamericanos han llegado a Polonia y varios Estados bálticos que pertenecieron a la extinta Unión Soviética.
“La agresión rusa ha renovado nuestra determinación de reforzar la alianza de la OTAN”, dijo el secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, hace unas semanas cuando se formalizaba el acuerdo de Ginebra, ante el que Washington manifestó escepticismo, luego probado cierto. “Estas medidas no van encaminadas a provocar o amenazar a Rusia, sino a demostrar que la OTAN continúa dedicada a sus tareas de defensa colectiva”, añadió entonces Hagel.
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