Un equipo internacional logra una eficaz derivación de células madre por transferencia nuclear
El País, Javier Sampedro Madrid 28 Abril 2014
Vuelve la clonación terapéutica. La vieja idea de tomar el genoma de una célula de la piel de un paciente, introducirlo en un óvulo y usar el embrión resultante para generar cultivos de células madre no solo sigue viva, sino que goza de mejor salud que nunca. Científicos de Nueva York y Jerusalén acaban de mejorar la técnica hasta el punto de hacer viable su aplicación clínica en el futuro inmediato. Y han conseguido clonar de esta forma células beta pancreáticas –las productoras de insulina— a partir de una paciente de diabetes de 33 años. La ley norteamericana, sin embargo, va muy por detrás de la ciencia en este caso.
La medicina regenerativa ha experimentado una revolución en los últimos años con la invención de un segundo tipo de células madre, las iPS, o células de pluripotencia inducida, que no requieren la construcción de un embrión humano, y que valieron hace dos años el premio Nobel de Medicina a su creador, el japonés Shinya Yamanaka. Pero ni el comité Nobel –que también otorgó el premio a John Gurdon, el clonador del primer animal— ni el resto de los científicos del campo han renunciado en ningún momento a la idea original.
Las células madre específicas son viables para desarrollar terapias celularesDieter Egli, jefe del equipo científico
Tal y como señalan en Nature Dieter Egli, de la Fundación de Células Madre de Nueva York, y sus colegas de laUniversidad de Columbia de la misma ciudad y la Universidad Hebrea de Jerusalén, las células iPS, por mucho que puedan constituir el futuro de la medicina regenerativa, están actualmente plagadas de escollos de cara a su aplicación clínica. “Las células iPS”, escriben, “son a menudo defectuosas en su diferenciación (especialización en tipos celulares útiles para trasplantes), contienen patrones aberrantes de metilación (modificación epigenética), y adquieren mutaciones somáticas”.
Un cuadro desolador en comparación con las células embrionarias clonadas, que estarían muy cerca de la aplicación clínica de no ser por el entorno legal adverso. Entonces, ¿vuelve la clonación terapéutica?
“La respuesta es sí”, dice Egli a EL PAÍS. “La investigación en medicina regenerativa se ha concentrado con fuerza en las células iPS desde el desarrollo de esta técnica en 2007 por el premio Nobel Shinya Yamanaka y su equipo. Sin embargo, nuestro trabajo muestra que las células madre específicas de paciente derivadas por transferencia nuclear (clonación) son una fuente viable para desarrollar terapias celulares”.
Al igual que otros científicos del campo, el jefe del equipo de Nueva York no ve razón para renunciar a una línea de investigación prometedora por el mero hecho de que exista otra. “Todas estas tecnologías, incluidas las células iPS y las células madre embrionarias derivadas por clonación, permanecen relativamente inexploradas, y como no sabemos todavía qué estrategia será la más útil para la medicina, preferimos seguir explorando todas las rutas”.
El entusiasmo sobre la clonación terapéutica está volviendoInsoo Hyun, Universidad Case Western Reserve de Cleveland
Pese a todo ello, Egli no tiene la menor crítica contra la concesión del premio Nobel al descubridor de las células iPS. Más bien todo lo contrario: “El Nobel a Yamanaka ha galvanizado la investigación en células madre y ha atraído una atención, un interés y una motivación sin precedentes hacia el campo al mostrar a los científicos que la tecnología de las células madre tiene un potencial increíble; es verdad que, al mismo tiempo, ha desincentivado a los laboratorios de la investigación en clonación; pero creemos que nuestro éxito en este terreno establecerá un nuevo equilibrio, con ambas líneas progresando en paralelo”.
Otro factor que ha jugado en contra de la clonación humana es el célebre fraude del investigador coreano Hwang Woo-Suk, cuyos ecos siguen sin apagarse más de una década después del escándalo. “Cualquier fraude científico genera desconfianza en un campo de investigación”, reconoce el investigador de Nueva York, “y este sigue siendo un problema tan real hoy como lo fue en la época; pero aquel trabajo concreto de Hwang ya no es un factor significativo”.
Insoo Hyun, profesor de bioética de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, Ohio, dice a EL PAÍS: “El entusiasmo sobre la clonación terapéutica está volviendo, en efecto, con los últimos trabajos publicados; aunque el descubrimiento por Yamanaka de las células iPS ha hecho avanzar el campo de forma considerable, los investigadores están dispuestos a crear muchas líneas celulares específicas de pacientes con técnicas de clonación, aunque solo sea para comparar su calidad con la de las células iPS”.
¿Vuelve la clonación? Tal parece.
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