Buscar en este blog

17 abr 2014

Soy "rico", no he de ser criticado, sino alabado.




La libertad de expresión, la libertad de credo y el no estar sometidos a las necesidades y al miedo dan igual. Lo que los multimillonarios estadounidenses están pidiendo, como un derecho de nacimiento (y lo digo casi literalmente), es algo mucho más importante: el no estar sometidos a la crítica.   
Algunos hombres heroicos y oprimidos como Tom Perkins y ahora Charles Koch, defendiéndose desesperadamente en The Wall Street Journal, han estado diciendo las cosas como son: todo aquel que diga algo negativo de ellos es como los nazis, o quizás Stalin. 
Stalin
Vale, para ser justos, Koch no dijo explícitamente que sus detractores sean como Hitler o Stalin. Esto es lo que escribió en una reciente columna de opinión en The Wall Street Journal: “En vez de fomentar el debate libre y abierto, los colectivistas se esfuerzan por desacreditar e intimidar a sus adversarios. Se dedican a destruir reputaciones. (Yo debería saberlo porque soy blanco de sus ataques casi a diario.) Esta es la estrategia que Arthur Schopenhauer describió en el siglo XIX, que, como bien es sabido, Saul Alinsky defendió en el siglo XX y que tantos déspotas han llevado a la práctica infamemente. Estas tácticas son la antítesis de lo que se requiere para tener una sociedad libre, y una señal reveladora de que los colectivistas no tienen buenas respuestas”.

Francisco Franco
Por eso, como señalaba Jonathan Chait de la revistaNew York, Koch podría estar refiriéndose a otros déspotas. ¿A lo mejor Francisco Franco? Y sí, la destrucción de reputaciones es característica del colectivismo. Jamás de los jamases verán aThe Wall Street Journal haciendo eso; y los liberales, desde luego, nunca sufren ataques personales por parte de los conservadores. Pero esperen.
Se supone que el no estar sometido a la crítica no es un derecho universal. Es para los creadores de empleo. Podrían llamarlo el droigt du seigneur (derecho de pernada). En cualquier caso, lo que es interesante es lo susceptibles que son estas personas.  
Los llorones se lo llevan todo
Sin duda, hay épocas en las que nuestra sociedad del ganador se lleva todo también parece una sociedad del llorón se lleva todo; es realmente sorprendente lo rápido que los multimillonarios se describen a sí mismos como víctimas porque algunas personas dicen cosas desagradables sobre ellos.  
Un aspecto destacable de este lloriqueo es que las cosas desagradables no son realmente tan desagradables. Cuando alguien dice que los hermanos Koch están usando su riqueza para promover un programa político que les hará todavía más ricos, esa persona está haciendo una afirmación fundada, no está destruyendo la reputación de nadie; no es lo mismo que, pongamos por caso, insinuar que Hillary Clinton es una asesina. Sin embargo, los Koch y los Perkins actúan como si fuese un ataque totalmente vil contra su libertad.  
El otro aspecto destacado es el inmediato aumento de sentimientos heridos, de tal manera que la Ley de Godwin entra rápidamente en juego. Verán, los liberales critican a los hermanos Koch, y eso les hace ser como Hitler y Stalin, que asesinaron a sus rivales.  
Hilter
Pero esperen, hay más. Lo que he estado escuchando por parte de los defensores de los Koch es que la gente como yo no tiene derecho a ridiculizar a los multimillonarios. Verán, a veces digo cosas sarcásticas sobre los argumentos de personas que no están de acuerdo conmigo, e incluso cuestiono sus motivos cuando dicen cosas que considero que son claramente erróneas. Y eso es como comparar a dichas personas con Hitler.   
El caso es que no creo que simulen o finjan estas reacciones quejicas solo con fines estratégicos. Creo que son reales. Los multimillonarios se sienten realmente vulnerables a pesar de su riqueza y de su poder, o quizás por ello. Y los aparatchiks que trabajan para el 0,01% se sienten muy inseguros, cultural e intelectualmente, por eso la burla duele mucho.
Es un poco triste, la verdad, pero también da bastante miedo: cuando la gente que tiene egos frágiles tiene un gran poder, pueden suceder cosas muy malas.
Traducción de News Clips.
© 2014 The New York Times,   

No hay comentarios:

Publicar un comentario