El arte de la Poesía
Ezra Pound
La gran literatura es sencillamente idioma cargado de significado hasta el
máximo de sus posibilidades. Tal como en medicina existen el arte de
diagnosticar y el arte de curar, también en las artes, y en las artes
particulares de la poesía ... existe el arte de diagnosticar y el de curar. Uno
persigue el culto de la fealdad y el otro el culto de la belleza.
La mayoría de los llamados poetas mayores han regalado su propio don,
pero el término de “mayor” es más bien un regalo que les hace Cronos a
ellos. Quiero decir que han nacido justamente a su hora y que les fue dado
amontonar y arreglar y armonizar los resultados de los trabajos de muchos
hombres.
En el verso algo le ha sucedido a la inteligencia. En la prosa la inteligencia ha encontrado un objeto para sus observaciones. El hecho poético
preexiste.
Los artistas son las antenas de la raza. ... digamos que los escritores de un
país son los voltímetros y los manómetros de la vida intelectual de la
nación. Son los instrumentos registradores, y si falsifican sus informes no
hay límite al daño que pueden causar. El mal arte es un arte inexacto. Es
arte que rinde informes falsos.
Toda crítica debería ser admitidamente personal. Al final de cuentas el
crítico sólo puede decir “me gusta” o “me conmueve”, o algo por el estilo.
Cuando se nos ha mostrado a sí mismo, podemos comprender lo que quiere
decir. Todo crítico debería dar información acerca de las fuentes y límites
de su conocimiento.
Sugiero mandar al diablo a cuanto crítico emplee términos generales vagos.
No sólo a los que usan términos vagos por ser demasiado ignorantes para
tener algo que decir, sino también a los críticos que emplean términos
vagos para ocultar lo que quieren decir, y a todos los críticos que emplean
los términos tan vagamente que el lector puede creer que está de acuerdo
con ellos o que asiente a sus afirmaciones cuando de hecho no es así.
Haz que un hombre te diga antes que nada y en especial qué escritores
piensa que son buenos escritores; después se pueden escuchar sus
explicaciones.
La única crítica realmente viciada es la crítica académica de los que hacen
la gran renuncia, que se niegan a decir lo que piensan, si es que piensan, y
que citan las opiniones aceptadas... Su traición a la gran obra del pasado es
tan grande como la del falso artista del presente. Si no les importa lo
suficiente la herencia como para tener convicciones personales, no tienen
derecho a escribir.
No hagas caso de la crítica de quienes nunca hayan escrito una obra
notable.
Usar tres páginas para no decir nada no es estilo, en el sentido serio de la
palabra.
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