El Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo están corrompidos o, mejor, nacieron degenerados.
El Poder Judicial está corrompido.
Sólo la defenestración violenta de los tres poderes, el cortar las serpientes de la cabeza de la Medusa, o Estado, es el final pronto que le espera al Estado del Reino de España.
Los tres Poderes del Estado tienden a ser disipativos y su actividad se pararía. Si no cesan es por la existencia de fuerzas externas a ellos. Estas fuerzas externas no actuarían si los Poderes del Estado "hubieran comido caliente en su casa". La envidia es genética y, la presencia de este gen en los mismos, les caracteriza por el deseo innato de lo ajeno. Y, como esta fuerza les es innata, la disipación tiene su principal causa en la fricción existente dentro de cada uno de ellos y entre ellos, por su limitado campo de actuación, degenerado por las relaciones entre ellos, o consanguinidad, fácilmente observables al interesarse por sus biografías. El atractor "fatal" es el campo poblacional, no social, en el que reptan.
Ya no nos sorprende. Sino que nos resulta "familiar" el comportamiento disipativo del los poderes?Ejecutivo y Legislativo. ¿Qué sucederá cuando se haga público, o manifiesto el comportamiento corrompido, no corrupto, del Poder Judicial?. La memoria no lleva a que es la violencia de la población y el juicio "sumarísimo" directo y/o a través del Ejército. Sería deseable emular a Portugal y no a España.
He tenido una visión: un día, mientras trabajo escucho Grândola, Vila Morena de José Afonso. Salgo a la calle, llena de compañeros, cantando al unísono. Viviré, aunque sólo el tiempo necesario para vivir un momento así.
Alejandra, no tenías un año cuando nos fuimos a Portugal para impregnarnos toda la familia de Grándola. De norte a sur, mamá, el primo Augusto y nosotros dos olimos, oímos y estrechamos las manos de todos los que pudimos. Laura no había nacido. Ahora, tenemos que recrear aquel momento, todos.
Es posible que sólo sea yo el que escuche a Jose Alfonso. Si sólo soy yo el que la escuché, saldré a la calle para denunciar, no anunciar, a mi mismo, que ha llegado la hora de nacer mi punto crítico inestable movido por el centro director de la onda evolutiva que me ha dado esta vida que se extingue por la fricción de mi columna rota. Siento que progresivamente, sin solución de continuidad, que mi columna vertebral no coordina los diferentes individuos que me constituyen como sincitio. Cada día siento que ocupa más espacio en mi el líquido intersticial, ese medio interno, atractor fatal de mi existencia para los no racionales. Es el atractor feliz que, de color azul con un fondo amarillo, ha conducido mi descarriada vida de materia verde. Cada día me apreció más azul y menos amarillo. Ya no tengo a mi madre que, para animar mi solitario estar me vestía de verde; Augusto, el verde es tu color, recuerda siempre que es el color de la fusión de la materia con la energía, del amarillo de tu madre con el azul de tu padre.
Es posible que sólo sea yo el que escuche a Jose Alfonso. Si sólo soy yo el que la escuché, saldré a la calle para denunciar, no anunciar, a mi mismo, que ha llegado la hora de nacer mi punto crítico inestable movido por el centro director de la onda evolutiva que me ha dado esta vida que se extingue por la fricción de mi columna rota. Siento que progresivamente, sin solución de continuidad, que mi columna vertebral no coordina los diferentes individuos que me constituyen como sincitio. Cada día siento que ocupa más espacio en mi el líquido intersticial, ese medio interno, atractor fatal de mi existencia para los no racionales. Es el atractor feliz que, de color azul con un fondo amarillo, ha conducido mi descarriada vida de materia verde. Cada día me apreció más azul y menos amarillo. Ya no tengo a mi madre que, para animar mi solitario estar me vestía de verde; Augusto, el verde es tu color, recuerda siempre que es el color de la fusión de la materia con la energía, del amarillo de tu madre con el azul de tu padre.
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