Podemos atisbar el corazón de un soldado de la legión romana. Mientras Virgilio muere en Bríndisi, el poeta Antonio Colinas hacía escribir al moribundo legionario romano de su poema: «No quiero que me entierren bajo un cielo de lodo, /que estas sierras tan hoscas calcinen mi memoria. / Oh dioses, cómo odio la guerra mientras siento / gotear en la nieve mi sangre enamorada». Ahora, unsuceso real, acontecido hace más de 1.800 años a un soldado romano, viene a ilustrar los sentimientos de aquellos reclutas que combatían a miles de kilómetros de su tierra natal con sus propias palabras.
El soldado que protagonizó este suceso era de origen egipcio y se llamaba Aurelio Polión. Servía en Europa en la legión romana en los albores del sigloo III y conocemos su historia porque escribió a casa, desesperado, y esa carta que fue hallada hecha trizas en una excavación cerca del Nilo acaba de ser descifrada por un estudioso,Grant Adamson. En la misiva Polión se muestra muy preocupado -yprobablemente está herido- porque no tiene noticias de su familia en Egipto desde hace bastante tiempo. Ha escrito seis cartas antes y no ha recibido respuesta. Ansía volver a su patria. Envía esta no ya por el correo militar romano, si no que se la confía a un ex militar, Acutius León, y en el reverso escribe instrucciones de entrega.
Emociones de un soldado
La carta, escrita en griego, que apareció en un templo de época romana junto al Nilo en 1899, muestra de forma muy gráfica lasemociones del legionario romano como una carta hoy mostraría a cualquier soldado de nuestro tiempo desplazado en cualquier país extraño para combatir, como un ser humano en medio de un mundo en guerra, cuyas preocupaciones no se limitan a su situación personal sino que también se centran en sus seres queridos.
Polion escribe a su hermano, su hermana y a su madre, una panadera. Si lo hace en griego es, probablemente, porque ellos no sabrían mucho latín y porque escribir en egipcio sería menos práctico o seguro. Lo que sus palabras revelan es que está desesperado por volver a abrazarlos. Redacta en estos términos:
«De Aurelio Polión, soldado de la legio II Adiutrix, para Heron su hermano y Ploutou su hermana y su madre Seinouphis la panadera y señora (?) muchos saludos. Rezo día y noche para que estéis bien de salud y siempre imploro a los dioses por vuestro bienestar. No he dejado de escribiros pero vosotros no me tenéis presente.Yo cumplo con mi parte escribiendo siempre y no dejo de pensar en vosotros y os llevo en mi corazón. Vosotros no me escribís ni me contáis cómo estáis, o qué tal vuestra salud. Mi preocupación es tanta porque aunque no habéis dejado de recibir mis cartas con frecuencia, no me habéis escrito para que yo sepa cómo...»
«Me tratáis como a un extraño»
«... mientras estoy lejos en Pannonia os he mandado [cartas] pero me tratáis como a un extraño. Yo me fui ... y estáis contentos... Os he mandado seis cartas. En el momento en que me tengáis (?) pensamiento, obtendré permiso del consular [el comandante] y podré volver con vosotros para que sepáis que soy vuestro hermano. Porque yo no pedí (?) nada vuestro para el ejército, pero yo os culpo porque aunque yo os he escrito ninguno de vosotros (?)... tiene consideración. Mirad, vuestro (?) vecino ... Soy vuestro hermano. Escribidme también. Cualquiera de vosotros... mandadme su... a mí.Saludad a mi padre Aphrodisios y a Atesio, mi tío... su hija... y su marido Orsinouphis y los hijos de la hermana de su madre, Xenophon y Ouenophis alias Portas»
Imagen del investigador Grant Adamson
Polión, destinado a la provincia de Pannonia Inferior, en Aquincun (Hoy Budapest)debió de ser trasladado, ya que su unidad estuvo activa entre su cuartel general y Bizancio. El investigador Adamson afirma en la página web del Rice Institute, en una información deDavid Ruth que «Polión estaba alfabetizado, sabía escribir y eso resultaba raro en aquel entonces, pero su ortografía y su gramática griega eran irregulares, lo que hizo su transcripción mucho más difícil», ya que el papiro tiene muchas partes perdidas. Seguramente sería políglota, capaz de hablar en egipcio y griego con su familia antes de alistarse y después de dominar el latin para cumplir su trabajo en la legión romana.
Grant Adamson la descifró en el verano de 2011 y no ha sido hasta ahora cuando ha terminado de editar y publicar su trabajo. El investigador es un graduado del Rice Religious Studies. La carta estaba catalogada brevemente pero sin estudiar a fondo. Se encuentra en la Universidad de California, en la Berkley’s Bancroft Library.
«Fue uno de los muchos documentos que los responsables de la expedición de 1899 Grenfell y Hunt, excavaron», recuerda Adamson. «Pero su mal estado de conservación impidió que desde hace cien años nadie le dedicase un estudio como este», añade. Muchas de las partes perdidas hacen trozos del texto ininteligible y nunca podrán recuperarse.
La datación ha sido establecida gracias al tipo de letra y algunos rasgos específicos. «La datación de los antiguos papiros es especialmente difícil salvo que la fecha esté mencionada en el texto, aunque se puede realizar una aproximación por el estilo de letra». Pero el investigador añade que otra pista es el mismo nombre de Aurelio, que el soldado podría haber adoptado en 212 como parte de una natulalización general de nuevos ciudadanos romanos. Además, la referencia al consular, al comandante de su unidad, es otra pista, porque sugiere una fecha posterior a 214, cuando la provincia de Pannonia Inferior empezó a estar bajo gobierno consular.
Papiros, momias y cocodrilos
ABC
El papiro con la carta de Aurelio Polonio es uno de los más de 30.000 descubierto en la ciudad egipcia de Tebtunis al suroeste de El Cairo, durante la expedición arqueológica de 1899-1900 que dirigieron dos británicos: Bernard Grenfell y Arthur Hunt. Habían recibido el primer permiso de excavación para la ciudad y allí apareció ese gran número de papiros. La excavación comenzó el 3 de diciembre 1899, y en pocas semanas ya habían hallado cientos de papiros en la antigua ciudad y en el complejo principal del templo. En enero de 1900, se encontraron otras dos colecciones en la necrópolis de la ciudad. Una de ellas la formaba medio centenar de momias humanas enterradas en un cartoné que se realizaba con papiros reciclados. La otra era más sorprendente: más de 1.000 cocodrilos momificados, de los que una treintena estaban envueltos en el mismo material.
No hay comentarios:
Publicar un comentario