Lo que está sucediendo con las Comunidades Autónomas, "los varones", me recuerda al reinado de Basilio II, emperador de Bizancio.
Apreció que los latifundios hacían crecer el poder de los Señores y, con ello, ponían en duda su "poder" que se fragmentaba. Cada vez eran más frecuentes las rebeliones como las de Bardas Focas y Bardas Escleros.
Cuando estos señores negocian la sublevación en el propio palacio con el chambelan Lacapeno, el emperador recluye en monasterio al traidor y, a partir de ese momento, Basilio decide gobernar directamente y no confiar en "primer ministro" alguno.
Y, hemos de tener en cuenta que su hermano, mientras esperaba su oportunidad, "vivía". Basilio entendió que la política, la administración de lo público requería dedicación absoluta y no podía hacerse desde una vida disoluta.
Todo esto ocurría a finales del siglo X, a la vez que Almanzor gobernaba "de hecho" como califa de Córdoba. En ese tiempo tomó por la fuerza la población de Barcelona, matando a sus habitantes sin contemplación alguna -así se dice, aunque no se tengan vídeos. Y, Téngase en cuenta que, como "califa" no pretendía tierras ni tesoros, sino mostrar el valor de matar a todo cristiano, o contrario al que no tiene nombre ni imagen.
La Comunidades Autónomas tiene que tener un Parlamento, o lugar en el cual congregarse, o reunirse para hablar sobre ellas y, con ello, conocerse.
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