La Sociedad de España enmohecida, teme tender la ropa ante el vecino que mira por el balcón, mientras rasca la pierna enyesada, mientras el sopor de este Otoño deja pasar el tranvía de su deseo inconfesable.
Llanto por el amor deseado sin esfuerzo alguno. Amor regalado, amor robado. España, no eres mi amor deseado. Por mi Amor me he esforzado y, en premio su negativa graciosa me ha dado.
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