Con el cuerpo en reposo, mirando a los suyos dentro del ataúd, y dispuesto este ante el altar de la iglesia de Santirso el Real de la ciudad de Oviedo. Siendo acompañado por su esposa consolada, con velo negro caído sobre sus ojos y a su diestra, sus vecinos y amigos, escuchan las palabras que su compañero dice a los apenados presentes.
En recuerdo de mi familiar el Brigadier D. Salvador Escandón y Antayo, al que e le dedicaron estas palabras como comienzo de la despedida que se le hizo. Y, en su momento, publicaré en su totalidad, para reivindicar su vida, dada por Asturias frente acobardes hombres en deshonor. Y, en la oración fúnebre que dijo el R. P.F.M. Rafael Díaz se dijo: "Mejor es morir en la guerra, que ver los males de nuestra gente y de los santos".
Es evidente que no son estas las palabras del tiempo de Augusto Pérez, pero sí lo es su significado. Deseo reivindicar el buen hacer y amor sentido por Asturias por este hombre que siempre deseó ser campesino entre los campesinos que su tierra ha dado.
Es mi deseo que mis hijas comprendan esta nota. Y, sé bien que lo harán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario