Hoy, leyendo los periódicos y escuchando las radios, aprecio que pocas personas han estudiado la CONSTITUCIÓN DE ESPAÑA DE 1978.
Me han llamado amables lectores para hablarme sobre la nota que hice de la España Bastarda.
Recordemos que la Constitución es el conjunto de normas que hemos acordado acatar racionalmente quienes compartimos un espacio vital al que idéntificamos como España. Y que quienes no lo comparten nos reconocen.
La Constitución identifica un modo común de comportamiento que, al no ser revelado por Dios, es racional y sujeto a la interpretación de los hombres.
Nuestra Constitución, a la que deninamos España, es hija de las Comunidades. En ningún momento Las Comunidades han sido hijas de España. En todo momento España ha sido hija de las Comunidades Autónomas, de las Sociedades que las constituyen. Por ese motivo, su condición de Bastarda que orgullosamente manifiesta en el Foro de las Naciones de Europa, de las Naciones Unidas.
No todas las Naciones pueden mostrar su condición de Bastarda.
Desde la voz altanera de Bernardo del Carpio y ante la responsabilidad que tengo de honrar su. Memoria, digo:
España, hija, yo iré de capitán--o moriré en la batalla... Mi cabeza caerá pero mis muñones y mi boca no dejaran caer el pendón que te identifica frente a francos y lombardos. Por muy Grande que le digan al rey Carlos, más grande es Bernardo que Roldán, y hará doblar la rodilla y bajar la cabeza antes que permitir pase Roncesvalles alguno, que para eso están unidos, a su mando, vascones, leoneses y asturianos.
Tiembla Magno rey que ya no se deja oír el cuerno de tu capitán Roldán, que ya huye al ver acercarse a Bernardo por las que son tierras llamadas Bardulias.
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