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24 jul 2013

Mañana cuando el Sol llegue a la Miranda...


Un día de 1960, antes de recibir la noche, el abuelo y mi padre, me tomaron de la año. Subimos a lo mas alto de la casa, los dos a la vez me dijeron:

Lughio, dijo mi padre. Augusto, dijo mi abuelo. Y, los dos a la vez, me dijeron:

Señala con tu mano derecha la Montesona, la montaña con la que sueñas. 
Señala con tu mano izquierda La Miranda, la montaña que deseas.

Así, con tu mirada al frente verás Villardeveyo, el lugar de tus mayores, de nuestros mayores

Allí, en Villardeveyo, el Arcángel San Miguel anunció el nacimiento y la muerte de nuestros mayores.

Hoy, cuando el Sol aparecía, mi padre me dijo:

Augusto, mañana, 25 de Julio, se cumple un año de mi muerte, cuya causa y circunstancias no han sido dadas a conocer al pueblo de Lughonia.

Cuando el sol llegue a la Miranda, el Arcángel San Gabriel, se presentará a ti bajo el Tejo de la Iglesia de Villardeveyo. Te entregará el Mandoble con el que harás Justicia. Tras la entrega, el cielo se oscurecerá y, con ello, comienza el tiempo de hacer justicia al que tu Familia Grande encomienda, sabedora del cumplimiento que de ella harás tu y las hijas que de ti vienen.

Al pronto, el sol, se ocultó, y mi padre con él. Yo, quedé sin oído. Comprendí la soledad y el frío que que me acompañará mientras no cumpla el cometido.

Así lo haré. No tengo duda que así lo haré. Luego, reposaré junto con los míos, a  los que reuniré en un solo lecho.

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