El impedir que se te hiciera cirugía en tu cerebelo sangrado, me lo has pagado con la injuria. Maldito traidor, siempre al acecho en las rocosos caminos que rodean la bien defendida Zamora.
Ábrele la puerta al traidor
te pido mi Señora,
yo, tú servidor,
al que diste de favor
el defender tu honor.
Urraca de Castilla eres.
De tu sobrina Urraca,
por tí llamada la Asturiana,
vengo.
A Palencia voy
para darle razón
de mi ya larga existencia.
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