Es determinante conocer tu origen genético y familiar. No sólo lo es para la persona, sino para la Sociedad.
Que una persona no quiera conocer su origen genético y/o familiar, no es obstáculo para un "bien superior" al personal, como lo es el social.
Es moralmente inexcusable la identificación genética y social de cada persona que conforma la Sociedad.
Sociedad no circunscrita geográficamente por cuanto hoy no hay fronteras que permitan tener un "tiempo de respuesta" capaz de eludir una agresión.
Un ejemplo lo tenemos estos días con el Ébola, pero todos los días lo tenemos con enfermedades de transmisión genética y educativa.
Una población, ubicada en un espacio geográfico, no tiene potestad moral para imponer una determinada educación.
Lo que está sucediendo con la discapacitada moralmente jefa del Gobierno de Alemania. Con lo que ha sucedido con el discapacitado moralmente presidente del Gobierno de España, Aznar y Pujol.
Con una identificación familiar y genética, probablemente no hubiera sucedido.
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