Tras hacer auditorías de los "sistemas judiciales", "procedimientos judiciales" de varios países de Europa y América, se concluye que ninguno tiene una estructura documental racional, o tratada como "BD" que permita tener una información prospectiva y pertinente.
Así, se hace necesaria una "Historia Judicial", o "proceso documental" personalizado, o individualizada por cada "encausado".
La no existencia de una Clasificación Internacional de Causas (CIC) que haga posible la codificación necesaria para un tratamiento racional de la misma la información no hace posible un Sistema Judicial eficaz.
Entiendo que el nivel de "documentación judicial", por compararla con la seguida por la "documentación sanitaria", se encuentra en la década de los años cincuenta del siglo XX.
En el momento actual se encuentra en la confusión que supone el uso de soportes electrónicos y la documentación de los procesos judiciales.
En este caso, se encuentra al mismo nivel que aquel que tiene la documentación sanitaria. El soporte informático y la nula relación entre las partes imposibilita su tratamiento como BD y, por ello, no es eficaz, por cuanto no tiene el fin racional que es el de la rehabilitación social de la persona asistida, sanitariamente y judicialmente.
Conceptualmente, delito equivale a agresión y a enfermedad. Y, condena a tratamiento.
Como en el caso de la condena, es rara aquella que cumple con la pena. En el caso del tratamiento, es raro aquel que cumple con el tiempo de tratamiento.
Comencemos por un primer tiempo de análisis del "proceso judicial", de la "documentación judicial", o de la "Historia Judicial".
La "condena" de un "delincuente" tiene como fin la "integración" en el individuo.
La "condena" de un "individuo" tiene como fin la "integración" en la
persona.
La "condena" de una "persona" tiene como fin la "integración" en la
pandilla ("círculo de amistades")
La "condena" de una "pandilla" tiene como fin la "integración" en la
familia.
La "condena" de una "familia" tiene como fin la "integración" en la
población.
La "condena" de una "población" tiene como fin la "integración" en la sociedad.
La "condena" de una "sociedad" tiene como fin la "integración" en el
medio.
La "condena" en una "cárcel" tiene como fin la "integración" en un
ambulatorio.
La "asistencia" en un "ambulatorio" tiene como fin la "integración" en una
casa.
La "asistencia" en una "casa" tiene como fin la "integración" en una
vivienda.
El "tratamiento" de un "minusválido" tiene como fin la "integración" en el individuo.
El "tratamiento" de un "individuo" tiene como fin la "integración" en la
persona.
El "tratamiento" de una "persona" tiene como fin la "integración" en la
pandilla.
El "tratamiento" de una "pandilla" tiene como fin la "integración" en la
familia.
El "tratamiento" de una "familia" tiene como fin la "integración" en la
población.
El "tratamiento" de una "población" tiene como fin la "integración" en la sociedad.
El "tratamiento" de una "sociedad" tiene como fin la "integración" en el
medio.
La "asistencia" en un "hospital" tiene como fin la "integración" en un
ambulatorio.
La "asistencia" en un "ambulatorio" tiene como fin la "integración" en una
casa.
La "asistencia" en una "casa" tiene como fin la "integración" en una
vivienda.
Cárcel.- Edificio o local acondicionado para encerrar al "condenado a una pena de privación de libertad" o al "presunto culpable de un delito" al que no se le pueda condenar en su vivienda de forma continua o discontinua.
Lo deseable y, por ello es finalidad, es el condenar en la vivienda y no en la cárcel con el fin de evitar el desarraigo ("desintegración", o "desarraigo" social.
Esta finalidad no es racional sin la participación racional de la sociedad y, para ello, la educación es necesaria, pues sólo ella nos hará "libres".
Hospital.- Establecimiento para la estancia y asistencia de personas enfermas o heridas a las que no se les pueda asistir en su vivienda de forma continua o discontinua.
Lo deseable y, por ello es finalidad, es el asistir en la vivienda de forma continua o discontinua con el fin de evitar la des-integración, o desarraigo social.
Esta finalidad no es racional sin la participación racional de la sociedad y, para ello, la educación es necesaria, pues sólo ella nos hará "libres", o capaces de hacer crítica entre la asistencia pretendida y la obtenida
La familia como cillaperlata de la sociedad tiene que educarse para recepcionar, para vivir, a la persona enferma que inició la asistencia médica en aislamiento de ella, en exclusión de ella. Su regreso lo es para continuar la asistencia hasta su final que lo será cuando esté rehabilitada en la familia, en la sociedad de la que nunca debiera haber salido, o hubiera haber sido apartada. Cuando la familia recibe a la persona de regreso del Centro Sanitario, aún es paciente. Con su recepción comienza la técnica terapéutica -o eslabón de la cadena tratamiento más difícil de aplicar, como lo es la de reinserción familiar, o social. Difícil por cuanto es dependiente de la educación social y no personal.
(Nota.- La progresiva desintegración, o arraigo de la familia hace que la pandilla esté tomando su lugar. Si la envidia es el atractor fatal de la familia, mucho más intenso lo es la pandilla, hecho cada más frecuente que actúa intencionada por la envidia con la injuria hacia las células asistenciales médicas y judiciales, hecho que conduce a una, cada ves más intensa y extensa judicialización de la asistencia sanitaria y, a su inversa, una más intensa y extensa "sanitarizacio" de la asistencia judicial. Motivo por el cual ambos procesos han de llevar caminos paralelos, no en un plano, sino en tres, generando un "toroide", pues esta es la estructura física que constituyen.)
Con 50 años de edad, los tres últimos a tratamientos ciegos ambulatorios a los que siguen tres semanas de espera en hospital para ser intervenida quirúrgicamente. Tras ser dada de alta, al día siguiente de regresar a su familia, la empresa (por sus hechos no es empresa sino lugar donde estaba empleada, o usada la persona asistida) en la que trabajaba la despide.
Es racional pensar que la empresa no está educada en en el principio constitucional de la re-inserción social y, por ello, no debiera haber sido autorizada a ejercer el trabajo de "empleadora"; de hecho, a la empresa no se le cualifica y explora con el fin de saber que nivel de salud tiene, tan sólo se le explora para saber si se le detecta, o diagnóstica alguna enfermedad que pudiera ser contagiosa para el conjunto de la población empresarial.
Idénticos casos los tenemos con el alta carcelaria, puesta en libertad, o excarcelación. De hecho, la ausencia de una "Historia Judicial", o "Proceso Judicial" ha hecho posible que el condenado por pertenecer a ETA se le haya dado de alta carcelaria sin ser remitido al Centro Ambulatorio para continuar el tratamiento y, desde este a su Centro de Salud Social y que este fuera quien resolviera el Alta Social, si considerara al condenado curado sin secuelas, o reintegrado a la célula familiar de la cual se le había desarraigado por indicación judicial. La pérdida de control del condenado no reinsertado, o sin haber cumplido el tratamiento, o condena a la que estaba siendo tratado, supone un riesgo de "agresión", o "contagio" a sí mismo, a otras personas, o cosas. Es decir, existe un riesgo real y calculable de "epidemia" o "pandemia".
El saber y el conocimiento que en el área del conocimiento sanitario se tiene sobre estos procesos se ha de utilizar en el área del conocimiento judicial, al igual que en el social.
Es lamentable ver lo que ha sucedido con el proceso asistencial sobre el virus del río Évola y que no se tenga en cuenta para ser aplicado en los procesos judiciales.
Ninguna de las agrupaciones políticas lleva en su "programa" un Sistema de Asistencia Sanitaria, de Asistencia Judicial y de Asistencia Social que tenga como finalidad la rehabilitación, o re-insercción social, no sólo la re-integración, o re-injerto en la población. Ninguna.
Ninguna de las agrupaciones políticas lleva en su "programa" un Sistema de Asistencia Educativa (desde la concepción de una persona hasta el luto de la misma. Por lo menos iniciar la recuperación del "luto", o memoria de la persona fallecida, evitando con ello su des-arraigo social fatal, o definitivo.)
Desde este diario, desde su comienzo y hasta hoy he pretendido rehacer el luto por aquellos que ocuparon las células de las que mi memoria está llena o, más bien, de las que está formada. Yo pretendo ser Cillaperlata sin ser contemplativo de batallas ni de hechos no racionales como las apariciones de seres extra-humanos que mientan con el fin de engañar a quienes estamos dotados de la razón por el esfuerzo de adaptación al medio hostil y de los cuales nos queda el feliz recuerdo del lugar que han dejado en el medio en su lucha por transmitirnos a nosotros el saber de los caminos errados en la adaptación y no en transmitirnos los caminos exitosos en la adaptación y que han hecho posible que caminemos hacia el futuro apoyados en los pasados errados.
Nosotros estamos para saber cuales son los caminos errados y no para saber los correctos. La razón nos lleva a concluir que nuestro fin en el Subciclo Aparente del Hiperciclo del Ser Racional, o Persona es el de buscar los caminos errados, no el de gozar de los caminos ciertos.
Sólo un camino es certero cuando se ha dado con el errado.
¡Adelante mis amigos, mi caballo no hace pié!
Pelayo en Piloña, como creyente que era, arengó a sus soldados diciendo:
¡Adelante mis amigos, mi caballo hace pié!
Pelayo ejercía de "patrón", "comandante", o "rey" para sus "fieles"
Lughio ejerce de "compañero", o acompañante en la pandilla, o sociedad para sus "leales".
Os he sido, soy y seré leal. Nunca he sido, no soy ni seré fiel, dijo Lughio en uno de sus parlamentos.
Mi condición de venir de vosotros y no de haber sido nombrado por vosotros, ha dado, da y dará razón de mi condición de "leal".
Como leal no he ejercido, ejerzo ni ejerceré el poder de mis manos para rechazar a los que tengan la condición de "fiel", dado que son quienes me señalan el camino errado (de la evolución).
Como leal no he ejercido, ejerzo ni ejerceré el poder de mi razón para cambiar el camino errado de los fieles.
Como leal he ejercido, ejerzo y ejerceré el poder de mi razón para multiplicar el esfuerzo de los dotados de la propiedad leal en la búsqueda del camino errado propio y, con ello, contribuir a que los que tengan luto por mi continúen en la búsqueda de sus propios caminos errados. Y, ellos, a su vez, lo hagan con quienes les sean leales manifestando el luto.
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