Buscar en este blog

28 ene 2015

¿Choque de civilizaciones? Y/o ¿alianza de civilizaciones?

Continuando con la interpretación de lo hechos recientes, recomiendo la lectura de la conferencia de Samuel P. Huntington que pueden obtener en .pdf

El problema no es de "libertad de expresión" ni tampoco de "salvajismo". El problema es de "educación". "Sólo la educación nos hará libres" (José Martí).

Es frecuente leer y escuchar el término "religión", "civilización" y "cultura" como conceptos equivalentes, cuando no iguales. Estudiemos, leamos, escuchemos y reflexionemos sobre estos conceptos para luego hablar con el fin de "agrandar" nuestro espacio y nuestro tiempo. Hagamos posible transformar nuestro tiempo en nuestro espacio y, posteriormente transformemos nuestro tiempo en la primera transformación. Esto hará posible observar las aceleraciones y deceleraciones de nuestra concepción de aquello que nos ocupe. Observaremos que nuestra concepción de lo que nos ocupa pasará, como mínimo de dos valles a un pico, según el criterio de Nyquist.

¿Choque de civilizaciones?
por Samuel P. Huntington Foreign Affairs, en español, verano de 1993
SAMUEL P. HUNTINGTON es profesor titular de Ciencia de Gobierno de la Universidad de Eaton, y director del John M. Olin Institute for Strategic Studies de la Universidad de Harvard. Este artículo es producto del proyecto del Olin Institute relacionado con "Cambios en el entorno de seguridad e intereses nacionales estadounidenses". 
(Universidad Católica de Salta Subsede Buenos Aires)
 
EL PROXIMO PATRON DE CONFLICTO
LA POLITICA MUNDIAL entra en una nueva etapa, y los intelectuales no han vacilado en abundar sobre los posible aspectos que este cambio entraña: el fin de la historia, el regreso a las rivalidades tradicionales entre las naciones-estado o la declinación de la nación-estado a causa de las contradicciones entre tribalismo y globalismo. Cada una de estas versiones da cuenta de algunos aspectos de la nueva realidad, pero pasa por alto un elemento decisivo (e incluso central) de la política mundial de los próximos años.
La hipótesis de este artículo es que la principal fuente de conflicto en un nuevo mundo no será fundamentalmente ideológica ni económica. El carácter tanto de las grandes divisiones de la humanidad como de la fuente dominante de conflicto será cultural. Las naciones-estado seguirán siendo los agentes más poderosos en los asuntos mundiales, pero en los principales conflictos políticos internacionales se enfrentarán naciones o grupos de civilizaciones distintas; el choque de civilizaciones dominará la política mundial. Las líneas de ruptura entre las civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro.

El conflicto entre civilizaciones será la última fase de la evolución del conflicto en el mundo moderno. Durante siglo y medio, después de que con la Paz de Westfalia surgiera el sistema internacional moderno, los conflictos del mundo occidental fueron en su mayoría entre príncipes –empera- dores, monarcas absolutos o constitucionales– que intentaban ampliar sus burocracias, sus ejércitos, su fuerza económica mercantilista y, sobre todo, su territorio. De paso, crearon las naciones-estado y, a partir de la Revolución Francesa, las principales líneas de conflicto se sitúan entre naciones y no entre príncipes. En 1793, en palabras de R. R. Palmer, "terminaron las guerras de los reyes y comenzó la guerra de los pueblos". Este patrón decimonónico continuó hasta finalizada la Primera Guerra Mundial cuando, como resultado de la Revolución Rusa y la reacción en su contra, el conflicto entre naciones cedió paso al conflicto entre ideologías, primero entre el comunismo, el fascismo-nazismo y la democracia liberal, y luego entre el comunismo y la democracia liberal. Durante la Guerra Fría, este último conflicto encarnó en la lucha entre dos superpotencias, de las cuales ninguna era una nación-estado en el sentido europeo clásico, y en la cual ambas definían su identidad en función de su ideología.

Los conflictos entre príncipes, naciones-estado e ideologías tuvieron lugar sobre todo en el marco de la civilización occidental, fueron "guerras civiles occidentales", como las llamó William Lind. Esto es verdad tanto con respecto a la Guerra Fría como a las guerras mundiales del siglo XX y las guerras de los siglos XVII, XVIII y XIX. Con el fin de la Guerra Fría, la política internacional abandonó su fase occidental y su eje pasó a ser a la interacción entre la civilización occidental y la no occidental, o entre civilizaciones no occidentales. En la economía política de las civilizaciones, los pueblos y gobiernos no occidentales ya no son blanco de los propósitos de la historia del colonialismo occidental; ahora son, junto con los países occidentales, impulsores y conformadores de la historia [...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario