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29 ene 2015

En el día de José Martí con agradecimiento.

El día 28 de Enero de 1853 nació, para no morir, José Martí.


Ayer hacia anotación de san Agustín, en materia "educativa" no racional que se impone a nuestros hijos y al resto de los ciudadanos.

Hoy hago anotación de Carlos, Pedro y Luis, en materia "educativa" racional que se proporcionó a nuestros hijos y a nosotros mismos en 2008.

En estos tiempos de elegir a quienes en nuestro nombre legislen la materia educativa, he sentido la necesidad de acudir a este texto que,entre los diferentes que editaron en su momento, elegí como más apropiado al fin que se procuraba: educar racionalmente al español, desde antes de ser concebido hasta después de ser puesto en espera de ser memorado. 

En mi opinión si se nos impone una Educación No Racional en los Lugares Públicos, hemos de proporcionarnos una Educación Racional en los Lugares Personales. Y, explorar las diferencias entre los dos modos de Educarnos.

La Educación Racional nos hará Libres, Racionales.
La Educación No Racional nos hará Esclavos, Ignorantes.

Educación para la ciudadanía.
Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho
Carlos Fernández Liria
Pedro Fernández Liria
Luis Alegre Zahonero
AKAL, 2007

Capítulo 5: Capitalismo y Socialismo.
El Estado de Derecho y la ilusión de ciudadanía bajo condiciones capitalistas.
1. Experimentos políticos en el siglo XX: más allá del derecho y la ciudadanía.

2. "O nos persuades o nos obedeces"
(pág. 174)
Como decíamos más arriba, da la impresión de que el número de experimentos que el ser humano se puede proponer enastar en el terreno de lo político es bastante pequeño. Más bien, parece que toda la inenarrable historia de la sociedad moderna viene a dar la razón a Kant cuando decía que "la idea de una constitución en consonancia con el derecho natural de los hombres, a saber, que quienes obedecen la ley deben ser simultáneamente colegisladores", lejos de ser una "vana quimera" constituye por el contrario "la norma eterna para cualquier constitución civil en general".
Se puede, sin duda, reflexionar o incluso denunciar el carácter abstracto, etéreo, formal o vacío de nuestros ordenamientos constitucionales y, en último término, de la propia Declaración de los Derechos Humanos. Puede parecer ocioso promulgar un derecho a la vivienda o al trabajo al mismo tiempo que no se reconoce el derecho de amparo respecto de esos derechos, de modo que nadie puede llevar a su gobierno a los tribunales por no ser capaz de proporcionarle un trabajo o una vivienda. Ahora bien, pese a su indiscutible abstracción y su aparente ociosidad, nuestros ordenamientos constitucionales definen el marco sobre el que se establece los regímenes políticos que conocemos como Democracias Parlamentarias. Y l cierto es que, hasta la fecha, no se ha inventado nada mejor y que, a la vista de cuanto ha acontecido a lo largo del siglo XX, no parece tampoco que pueda llegar a inventarse.

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