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28 ene 2015

El hombre tiene la razón del mando y la mujer la de la obediencia.


El concepto que sobre la relación existe entre el hombre y la mujer tienen los que se nombran como seguidores de Jesús de Nazaret crucificado por decir que era hijo del dios que eligió como hijo al pueblo de Israel y dentro de los cuales aquella parte, o secta que se dieron en nombrar como verdaderos, o católicos discípulos del crucificado.

Uno de estos que por su vida dedicada a propagar entre los hombres los saberes de Jesús de Nazaret, ha sido referido como sNto, es Agustín.

Dado que en días fríos como los de este tiempo, la tibieza de las palabras no animan a la convivencia entre los animales humanos, desarrobados como bestias, soy gustoso en traer a este diario la naturaleza de las relaciones entre los humanos de diferente género según Agustín.


LA BONDAD DEL MATRIMONIO
San Agustín
Traductor: Félix García, OSA Revisión: José Rodríguez Díez, OSA

CAPÍTULO I
Sociedad primigenia de varón y mujer

1. Dado que cada persona en concreto es una porción del género humano y la misma naturaleza humana es de condición sociable, síguese de ello una grande excelencia natural, como es el vínculo solidario de la amistad entre todos los hombres. Y esta es la razón por la que plugo a Dios el que de un hombre dimanaran todos los demás hombres, a fin de que se mantuviesen en la sociedad por ellos constituida no solo aunados por la semejanza de la naturaleza, sino también y principalmente por los lazos del parentesco. La primera alianza natural de la sociedad humana nos la dan, pues, el hombre y la mujer conyugados. A los cuales no los creó Dios por separado, uniéndolos luego como si fueran extraños, sino que creó a una del otro, significando así la virtud unitiva en el costado, de donde la mujer fue extraída y formada.

Y por el costado es, efectivamente, por donde se unen los que caminan juntos y mirando entrambos en la misma dirección.

Los hijos vienen inmediatamente a consolidar la eficacia de esta sociedad vincular como el único fruto honesto, resultante no de la fuerza unitiva del hombre y de la mujer, sino del comercio conyugal de entrambos, ya que podría darse otro tipo de unión, amistosa o fraterna, entre ellos sin ese comercio sexual, en la que que uno llevara la razón del mando, y la otra la razón de la obediencia.
 
(Nota.- La negrita es mía y no de la edición tomada)


Podría ser interesante saber sobre la naturaleza del vínculo entre hombre y mujer de las tres sectas de Abraham, judía, cristiana y mahometana. Para mi lo es y que antes de hablar me intereso sobre la materia. Probablemente porque mi abuela me recomendó que no hablara en politejo y mi pueblo me dijo que no esbabayara. Ningún ser que lo hiciere pudiere decir que lo pariere Puhria y Lughonia.

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