Moral y Política
Albert Camus
....
¿POR QUÉ ESPAÑA?
(RESPUESTA A Gabriel Marcel)
(Combat, diciembre de 1948).
Sólo responderá aquí a dos pasajes del artículo que usted dedicó a El estado de sitio, en Les
littéraires. De ningún modo quiero contestar a las críticas que usted, u otros, le hicieron a esa
pieza en tanto obra teatral. Cuando alguien se arriesga a presentar un espectáculo o a publicar
un libro, se expone a ser criticado y debe aceptar la censura de su tiempo. Es preciso,
entonces, callar, aunque se tenga algo que decir.
Sin embargo, usted ha rebasado sus privilegios de crítico al asombrarse de que una pieza sobre
la tiranía totalitaria hubiera sido situada en España, cuando usted la vería mejor en los países
del Este. Y me concede definitivamente la palabra al escribir que hay en ella falta de coraje y de
honestidad. Es cierto que usted es demasiado bueno al pensar que no soy responsable de esa
elección (traduzcamos: es el malvado Barrault, ya tan cubierto de crímenes). La desgracia es
que el drama transcurre en España porque yo lo decidí, y decidí solo, tras reflexión, que
transcurriera, en efecto, allí. Debo, entonces, hacer caer sobre mí sus acusaciones de
oportunismo y deshonestidad. No se extrañará de que, en tales condiciones, me sienta obligado
a responder.
Probablemente, por otra parte, no me defendería de esas acusaciones (¿ante quiñen
justificarse eso, hoy?), si usted no hubiera tocado un tema tan grave como el de España. En
verdad, no tengo ninguna necesidad de decir que no busqué adular a nadie al escribir El estado
de sitio. Quise atacar de frente un tipo de sociedad política que se ha organizado, o se organiza,
a derecha y a izquierda, sobre el modelo totalitario. Ningún espectador de buena fe puede
dudar de que esta obra toma el partido del individuo, de la carne en lo que ella tiene de noble,
del amor terrenal, en fin, contra las abstracciones y los terrores del Estado totalitario, ya sea
ruso, alemán o español. Graves doctores meditan a diario sobre la decadencia de nuestra
sociedad buscándole profundas razones. Esas razones existen, sin duda. Pero para los más
simples de nosotros, el mal de la época se define por sus efectos, no por sus causas. Se llama
Estado, policía o burocrático. Su proliferación en todos los países, ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario