Cuando conocí a Quirós, a finales de los años ochenta, conocí el significado de usura y el juicio que le había ganado a Emilio Botín.
En recuerdo de aquellos encuentros de la mano del abuelo de Noemí, hoy de IU, mientras conocía la apicultura en las reuniones habidas al lado de la cafetería La Mallorquina de Oviedo.
Os presento a Quirós Estremera, el último mohicano en guerra contra Botín
Si en España existieran tan solo una docena de personajes como Ignacio Quirós Extremera a bien seguro que los responsables del desorden producido por los banqueros en las finanzas y como consecuencia en la vida de los españoles estarían todos, incluidos los responsables del control y los políticos que los amparan, juzgados y entre rejas. En realidad, la presentación de Quirós Estremera la incluí en el audio de El Vórtice añadido al post anterior:http://www.ivoox.com/poder-financiero-made-in-spain-el-satan-der-audios-mp3_rf_2915073_1.html pero tan solo fueron unas pinceladas. Nuestro personaje se merece mucho más dado su extraordinario empeño en mantener una cruzada contra Emilio Botín y el Banco Santander. Tiene una moral de hierro, Quirós Estremera, lleva más de treinta años ejerciendo el más peculiar “derecho al pataleo”. Desde el mismo día que fue vilipendiado por el Banco Santander emprendió una cruzada de reconquista de sus propiedades, con un ímpetu que para si quisiera el mítico Don Pelayo. Durante estos años, que no son pocos, y esto es lo sorprendente del personaje asturiano por antonomasia, no ha decaído su ímpetu combativo, es más, como los buenos vinos el tiempo le ha dado solera. El bueno de Quirós Estremera se ha convertido en un personaje popular, sus reivindicaciones han tenido la categoría de espectaculares, si bien es cierto no ha conseguido ablandar la postura de su adversario: el Banco Santander. Pero de derrota en derrota va camino de la victoria. La imagen del banco se erosiona una y otra vez, y este activo, el de la solvencia moral también cuenta. Un banco no solo es dinero, sino también credibilidad y confianza. Las acciones del Banco de Santander, a bien seguro, no se deterioraran en las bolsas internacionales por el affaire Quirós Estremera. Pero mientras el problema siga enquistado y las recalcitrantes reclamaciones de este personaje sigan vivas, ira calando en los potenciales clientes porque nadie se cabrea el grado superlativo y durante tanto tiempo, si no le ampara una razón poderosa, la razón.
En 1998 conocí a nuestro personaje cuando dirigía La Banca y publicamos su sorprendente batalla, que por aquel entonces ya llevaba 15 años de guerra atómica. El artículo contenía un recuadro de opinión, tenía por títuloEl último mohicano y Quirós cuando nos vemos o me telefonea todavía me lo recuerda. Así concluía el artículo que tanto gustó al protagonista. “El Banco Santander esta en un error, ha creído que Quirós Estremera era el último mohicano, el ultimo de los clientes con patología reclamante y que el tiempo se cuidaría de extinguir. Se equivocan, Quirós Estrernera es asturiano, visigodo por naturaleza, su rebeldía no es contra los musulmanes, sino contra la injusticia, su batalla no es la de Covadonga sino la del Banco Santander. No es el último mohicano, es el espíritu de Don Pelayo”. Hoy la guerra atómica se extiende por más de treinta años, el tiempo que hace que fue expoliado. Quirós se las ha inventado todas, desde inserciones publicitarias, panfletos, pegatinas e invenciones varias como acciones de guerrilla en la Junta de Accionistas del Banco Santander. Siempre han tenido un tono jocoso como la inserción publicitaria en el periódico de Cantabria Alerta: de un espacio en el que, entre otras cosas, declaraba su descontento a través de unos contundentes eslóganes:
“prefiero verme encañonado por el arma de un atracador, a volver a firmar una póliza de crédito del Banco de Santander”. Quirós, además afirmaba estar“solo ante el peligro, y viéndose acosado por el siniestro Banco-Banda de Botín desde hace años y su homónima organización en el extranjero aún mas tenebrosa Botín`s Bank Gang International con serios problemas en USA”. Por ello, no paraba en hacer saber “las gravísimas consecuencias, ya conocidas por toda España de haber sido cliente y posteriormente victima de una póliza Credi-Muerte, con intereses variables superusurarios del 40 al 130%”. El billete insertado como publicidad terminaba señalando que “si desea un accidentado viaje de vacaciones y problemas con e1 FBI en USA y con la policía rusa, etc, adquiera dólares en el Banco de Santander, pera acto seguido compruébelos en el Banco de España, pues es muy posible que sean genuinamente falsos (al más puro estilo gangsteril), sobremanera si proceden de la Sucursal del Banco-Banda Botín de Laredo. También es digna de mención, por otros oscuros motivos, la sucursal de Castro Urdiales (Cantabria)”. Y corno colofón, en el lateral, un refrán “El que vida y familia quiera perder, que pida un crédito al Banco de Santander”. También en el mismo diarioAlerta insertó, durante varias semanas, como publicidad unas esquelas con la defunción del Banco Santander. Lo nunca visto.
La guerra atómica se remonta a junio de 1983, cuando Ignacio Quirós Estremera solicitó en la oficina principal del Banco Santander en Oviedo un préstamo por valor de seis millones y medio de pesetas con vencimiento a seis meses. Transcurrido este tiempo, el empresario no pudo abonar la cantidad requerida, por lo que el banco le aplicó unilateralmente, un mes mas tarde,un interés del 59,62%, cuando el índice pactado en el contrato con la entidad era de un 22%. Ante este abuso de la entidad, el solicitante del préstamo demandó a la entidad bancaria amparándose en la Ley de Represión de la Usura, enmarcada en la Ley de Enjuiciamiento Civil. La demanda, admitida a trámite por el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Oviedo, fue posteriormente desestimada, por lo que Quirós Estremera, representado por un abogado lucense, apeló ante la Audiencia Provincial y, posteriormente, ante el Tribunal Supremo, donde su reclamación no corrió mejor suerte. El banco alegaba que el incremento del interés aplicado a la deuda del empresario asturiano estaba motivado por la existencia de un impagado anterior que Quirós Estremera había contraído con la misma entidad, por lo que ésta le aplicaba el interés sobre las dos pólizas de préstamo. Este argumento se rebatía en la demanda presentada contra la entidad, en la que el empresario asegura que “el banco mintió e invento un trasvase de cuenta a cuenta, ante la evidencia de que había aplicado un interés abusivo; un trasvase que, por otra, parte, ni se hizo, como se probo, ni podía hacerse, como así se contemplaba en ambas pólizas, ya que no se pueden compensar saldos deudores”.
Mientras duraba todo el proceso de reclamación, la deuda de Quirós Estremera se había visto incrementada, en el plazo de tres años, en casi quince millones de pesetas, deuda que el Banco de Santander se resarció con el embargo y subasta de una finca de una hectárea y media de superficie denominada “Quinta del Real Agrado”, que el banco se adjudicó por un valor de 5.600.000 pesetas. El inmueble había sido tasado en 101.589.921 pesetas. Posteriormente, el banco sacó a subasta una valiosa antigüedad automovilística, un Panhard Levassoir fabricado en Paris en 1895, valorado en 18 millones de pesetas por los peritos del banco, y que formaba parte de una amplia colección de coches antiguos que el empresario había ido coleccionando durante años. El automóvil fue
adjudicado al banco por 1.050.000 pesetas, con lo que la deuda acumulada del empresario asturiano no se veía todavía rescindida. Por ello, la entidad procedió a ejecutar, en 1986, un paquete de diez automóviles antiguos, valorados en más de noventa millones de pesetas. La subasta pudo ser paralizada al presentarse la demanda por usura contra el Banco Santander. Según la opinión del reclamante, el banco y, especialmente, su presidente, Emilio Botín, tenía un especial interés por obtener las piezas de su colección de coches. Quirós Estremera aseguró que
“Botín tiene una gran afición por los coches de época”, lo que justificaría, según él, la persecución de la que se ve objeto. No obstante Quirós Estremera no desfallece en sus intentos de practicar una guerra de guerrillas y ha perfeccionado sus métodos, incluso dispone de una página web: http://www.quirosestremera.com/ que recomiendo que le echéis un vistazo.
La tenacidad es una virtud y Quirós Estremera como aguerrido asturiano no ceja en su empeño y se ha convertido en el detractor más perseverante de cuantos ha sufrido Botín. Con el tiempo nuestro personaje ha ido evolucionando sobre las acciones llevadas a cabo en los primeros donde se recorría pueblos y ciudades del norte de España colocando pegatinas en las puertas de las oficinas del Santander siempre con lemas divertidos: “Satan Satan, Botín Botín, cuendo entre en tu banco llegó mi fin” o grafismos con la Botín´s Bank Gang con el anagrama del banco en la culata de una ametralladora Thomson. A las llamas crematorias del logo del Santander le ha dedicado especial atención al relacionarla con una calavera. A Emilio Botín lo ha caracterizado de Satan con cuernos incluidos“nunca harto de arrebatar Vidas, Bienes y Dineros a Españoles y Extranjeros”. También las impresiones han sido en ingles.
Un día me llama por teléfono y me dice que ha encargado una silla de paralítico con un artilugio de un rotulo electrónico por el que corren letras y va situado sobre su cabeza. ¡La bomba! Tiene programada una turné por varias poblaciones con la silla parlanchina, incluido el Paseo de Pereda: la sede del banco en Santander. Más tarde combinó el show de la “silla” con una camioneta con unos cartetes. La cuestión era llamar la atención. Al ver que se desplazaba tan alegremente le comenté la posibilidad de desplazarse a Santander el día de la Junta de Accionistas y me preguntó cuantas acciones tenía que comprar, y le dije: los estatutos no fijan una cantidad concreta y le pregunté: ¿Por qué no compras una sola acción y podrás decir que eres “el principal (porque eres único) accionista unitario del Banco Santander? Dicho y hecho. Quirós Estremera se presentó a las puertas del Palacio de Congresos
de Santander el día de la Junta con una furgoneta totalmente rotulada con sus creaciones graficas y de su interior descendía muy ufano con “silla” y rotulo a toda pastilla para tomar la palabra y dirigirse a Emilio Botín. Su intervención como “paralítico financiero” supuso un verdadero escándalo a nivel mundial al saltar a You Tube y recabar citas en medios nacionales e internacionales, comoWall Street Journal.
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