Estaba en Granada procurando conocer la mucarna y la interaición, como me refería Manzano de su obra escultórica en madera, cuando tome contacto con la nihilidad del individuo y, para todo ello, leí con preocupación crispante a Nechayev.
Esta noche he tenido que volver su pisada tras la frustrante vida que llevo con estos repugnantes seres reptantes malolientes seres que se dan en nombrar políticos; ignorantes reptantes. Ahora, cuando me disponía a tomar un café que me ayudara a tomar ánimo para afrontar la tarea quirúrgica que me espera, deslizo mi índice izquierdo sobre la tableta para leer lo que aconteció mientras mantuve bajadas las persisnas de mis ojos con el fin de restablecer el equilibrio emocional ayer perdido. Digo que, al pasar pantalla, o página si se quiere, no encuentro más que el buque El Cano transporta droga.
Es tal la mezquindad de la población española que sólo caben las manos y dejar en reposo los libros. Es claro que hay que restablecer la muerte lenta durante la vida bajo el sudor y el polvo y con el hierro candente en los tobillos y en las manos. Latigazos irregulares.
El Estado del Reino de España esta corrompido, naciole el corrupto e innoble que durante 40 años negó la educación posible para mantenerle en su ignorancia. Aquello que diose en llamar "transición" política ha sido, en realidad, un asumir el Estado de Hecho Déspota por Irracional, mudándose el nombre de la corrupta y yerma gentuza que impuso, con la complacencia de muchos, al jefe de estado a título de rey, bajo la tutela degenerada de quien, sin escrúpulos dijo "la calle es mis", hoy refrendada por la ley de su discípulo ministro de la gobernación.
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