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12 oct 2015
Contemplando... la flor vi que se caía mi estrella.
La flor, que habia trabajado con tanta precisión, dijo bostezando:
- ¡Ah, perdóname... estoy toda despeinada...!
El principito no pudo contener su admiración:
-¡Qué hermosa eres!
-¿Verdad? -respondió dulcemente la flor-. He nacido al mismo tiempo que el sol. El principito adivinó exactamente que ella no era muy modesta ciertamente, pero ¡era tan conmovedora!
- Me parece que ya es hora de desayunar -aladió la flor- ; si tuvieras la bondad de pensar un poco en mi...
Yvel principito, muy confuso, habiendo ido a buscar una regadera la roció abundantemente con agua fresca.
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