La hora del divino Morales.
Andrés Amorós
ABC, 22-10-15
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No cabe olvidar tampoco su origen extremeño, en una época en la que -según la frase de Rafael García Serrano- "los diosesnacían en Extremadura": la tierra de donde salieron tantos hombres que asombrsron al mundo. En pintura, eso suponía la cercanía a Sevilla (Pedro de Campaña) y a Portugal (escuela de Évira) y el ser precursor de Zurbarán. Gaya Nuño advirtió que Morales "prefirió lo seco, duro y rústico... quizás obedecía a las exigencias de clientela extremeña, gustosa de lo expresionista y austero".Pero también le encargó varias obras alguien tan refinado como el obispo San Juan de Ribera (amigo, por cierto, de Fray Luis de Granada).
El "Divino " Morales es un ejemplo más de la grandeza y la complejidad de aquella España, que no puede reducirse a tópicos manidos: la de Santa Teresa y Berruguete; San Juan de ka Cruz y Hernán Cortés, Fray Luis de León y Elcano, Ignacio de Loyila y Francisco de Vitoria, el Greco y Cabezón, Crrvantes y Tomás Luis de Vitoria...
La nación que, según J.H.Elliot, produjo "un nuevo tipo de civilización, que habría de constituir una aportación única a la tasición cultural europea". No sentir orgullo por aquella España es prueba indiscutible de ignorancia.
Nos emociona hoy Luis de Morales como un pintor sutil, misterioso, lleno de atractivos para la sendibilidad actual. Esta exposición del Museo del Prado va a marcar que ha llegado definitivamente su obra.
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