IV. RAMÓN ÁLVAREZ-BUYLLA - Biblioteca Digital ILCE
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IV. RAMÓN ÁLVAREZ-BUYLLA
LOS hechos forman la savia de la ciencia. Sin ellos, el científico no puede surgir. Sin ellos, las teorías se convierten en vanas especulaciones. Pero cuando os encontréis experimentando, estudiando, observando, debéis tratar de profundizar, de llegar a la esencia misma de los hechos. No os convirtáis en simples detectores de fenómenos, tratad de penetrar en el misterio de su origen, buscad con persistencia las leyes que los gobiernan y, entonces, sed modestos. Conservad siempre el valor de decir —soy ignorante—. No dejéis que el orgullo se apodere de vosotros, pues éste os hará perder objetividad y os obligará a desechar consejos útiles y ayuda desinteresada. Recordad que la ciencia exige del hombre un esfuerzo máximo y una suprema pasión. Reclama toda vuestra existencia y aun si tuvierais dos vidas, éstas no serían suficientes. ¡Que vuestro trabajo y vuestras investigaciones constituyan por siempre vuestra pasión!I. P. PAVLOV
ÉSTA será la historia de Ramón Álvarez-Buylla que nació en Oviedo en 1919.
Ramón sigue activo y es profesor de fisiología en la Universidad de Colima. Su abuelo Arturo fue médico y su padre, también de nombre Arturo Álvarez-Buylla, fue uno de los iniciadores e impulsores de la aviación civil en España (algo que tuvo mucho que ver con que Ramón se formara como piloto al principio de la segunda Guerra Mundial). Desgraciadamente Arturo Álvarez-Buylla era alto comisionado de España en Marruecos en 1936 y fue fusilado. La muerte de su padre causó una huella perenne en Ramón. Siendo un adolescente fue enviado a la URSS, con otros jóvenes y niños huérfanos de la Guerra Civil. Estudió medicina en la entonces Unión Soviética, en las Universidades de Rostov y Turkmenia, donde obtuvo las más altas calificaciones. Uno de sus profesores fue Rashansky, un notable fisiólogo que tuvo mucha influencia en su formación. Cuenta que este hombre nunca dormía, pero en clase si lo hacía, amablemente vigilado por sus alumnos. En los años críticos 1943-1944, se presentó voluntario a la aviación, como piloto de caza, pero en vista de sus excelentes calificaciones y su juventud, fue enviado a los Urales, a una fábrica de camiones donde trabajó más de un año. Más tarde fue reclamado a Moscú donde hizo el doctorado en ciencias, con especialidad en fisiología, en la Academia de Ciencias Médicas. Allí tuvo la suerte de ser alumno de Anokhin (se pronuncia Anojin). Este fisiólogo de la escuela de Pavlov tuvo gran influencia occidental (lo cual allí y en aquel tiempo era un pecado). Nos cuenta Ramón que un día en Moscú fue llamado a un edificio burocrático lleno de puertas y pasillos, le hicieron sentarse en una sala desierta y, al cabo de un tiempo que le pareció larguísimo, apareció una señora de pelo canoso, peinada hacia atrás, que se sentó en una silla próxima a él y tras contemplarlo largo rato le dijo, hablando en español "¿Así es que tú eres Ramón Álvarez-Buylla?" Después de la respuesta afirmativa, le contó que iba a partir para México, donde le esperaban su madre y sus amigos. Para Ramón, que no había tenido noticias de ellos en mucho tiempo, esto le causó una considerable repercusión.
—Perdone señora —le contestó—, ¿con quién tengo el gusto?
—Soy Dolores Ibarruri y, como ya sabrá, me conocen como "La Pasionaria".
El viaje de la Unión Soviética a EUA, en un barco mixto de carga y pasaje por el Mar Negro, el Mediterráneo y el Atlántico, no fue sino una aventura más en la ya de por sí, azarosa vida de Ramón que tenía entonces 28 años edad. Alguien se enfermó en el barco, que carecía de servicios médicos, y Ramón que ya era médico lo atendió granjeándose el cariño y el respeto de la tripulación. En 1947 llegó a México y comenzó una labor de investigación y académica fructífera que dura hasta ahora. Es decir, ha trabajado sin parar en la fisiología del sistema nervioso durante 48 años, y a juzgar por su actividad presente va a seguir por un largo rato.
El trabajo de Ramón, desde que escribió su tesis doctoral en la Academia de Ciencias de Moscú bajo la dirección de P. K. Anokhin, y que versa acerca de las actividades aferentes del nervio depresor aórtico y su importancia en la regulación de la presión arterial y la respiración, se ha caracterizado por su enfoque integrativo. Según sus palabras "la base de la formación del médico, del fisiólogo, debe ser el estudio de las funciones en forma integral, es necesario enfocar el estudio no por órganos sino por funciones".
Figura 1.IV. Álvarez-Buylla, foto reciente, en la Universidad de Colima.
En 1989 Ramón cumplió 70 años y la revista Avance y Perspectiva, órgano de difusión del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del IPN publicó en su número de enero-marzo el perfil de investigador de Ramón. Lo escribió Pablo Rudomín uno de sus primeros alumnos en los años cincuenta y que años más tarde recibiría el Premio Príncipe de Asturias por sus contribuciones a la neurofisiología de la médula espinal de los mamíferos. Reproducimos aquí la intervención de Pablo en este homenaje a don Ramón:
En resumen, las investigaciones realizadas por Ramón Álvarez-Buylla y su inseparable Elena muestran que la insulina activa receptores vagales, lo que produce la liberación de una neurosecreción hipofisiaria-hipoglucemiante. La asociación de este reflejo con un estímulo condicionado puede, después de un número de suficientes repeticiones, producir una hipoglucemia condicionada que también se debe a la liberación de un factor hormonal. Estos efectos desaparecen al extirpar la hipófisis, pero pueden ser restaurados en parte al sustituir la hipófisis con tejido salival. Como consecuencia de este trasplante se recuperan muchas de las funciones hipofisiarias, entre ellas la hipoglucemia condicionada y la hipoglucemia refleja, producida por dosis bajas de insulina. El mecanismo por el cual se recupera la función hipofisiaria y el tipo de alteraciones que sufre el tejido trasplantado no han sido completamente caracterizados. Sin embargo, es importante señalar que, independientemente de la explicación que se dé a sus observaciones, la fenomenología descrita es clara. Más aún, según informes recientes, en España acaban de sustituir en un paciente con tumor hipofisiario la hipófisis por glándula salival. Los resultados obtenidos son realmente alentadores y creo que todavía oiremos hablar mucho de ellos.El próximo mes de junio, el día 19 para ser más precisos, Ramón Álvarez-Buylla cumplirá 70 años de edad y alrededor de 27 de haber ingresado como profesor al departamento de Fisiología del CINVESTAV. A la fecha se mantiene activo en el laboratorio y entusiasmado por la homeostasis de la glucosa. Es un entusiasmo contagioso, que le hace sobrellevar muchas de las dificultades inherentes al quehacer científico en México. Hace poco tuve que leer con detalle los trabajos que Ramón Álvarez-Buylla ha realizado a lo largo de su vida científica, la mayor parte de ellos en colaboración con su inseparable compañera Elena Roces de A-B. Sentí que sus contribuciones constituyen realmente una historia bella, no por todos conocida, y me pareció que valdría la pena publicarlas para que las jóvenes generaciones de fisiólogos sepan quién es tan ilustre personaje y puedan ubicar su contribución en un contexto más universal.Quiero expresar en estas líneas mi reconocimiento al que fue mi maestro, a quien me mostró el camino apasionado de la investigación científica, a quien me enseñó el compromiso con un ideal y una forma de vida.No es posible hablar de la obra de Ramón Álvarez-Buylla sin considerar el entorno social en que se desenvolvió, porque esto es lo que dio un aspecto singular a su ciencia. Nació en Oviedo, capital del antiguo Reino de Asturias. Hijo de una familia ilustre, fue allí donde se integró su personalidad republicana y humanista. La guerra civil le obligó a dejar España siendo muy joven, a los 20 años de edad inició sus estudios en la Universidad de Rostov, en la Unión Soviética. A los 24 años, en 1943, ingresa como candidato al doctorado, bajo la dirección del eminente científico P. K. Anokhin. Terminó sus estudios en 1946. Esos años fueron definitivos para la formación científica de Álvarez-Buylla, no sólo desde un punto de vista metodológico, sino conceptual. De allí se deriva el enfoque integrativo que ha caracterizado todo el trabajo que ha realizado durante su vida como investigador.Cuando inicia sus investigaciones ya se sabía cuáles eran los efectos producidos por la estimulación del cabo central del nervio depresor sobre la presión arterial y la respiración. Pero se conocía poco acerca de la naturaleza de la información transmitida por estas fibras nerviosas aferentes. Poco antes, en 1941, Bronk había registrado los potenciales de acción en las fibras aferentes del nervio de Hering y reportado la existencia de impulsos sincrónicos que aumentaban en número y frecuencia al elevarse la presión arterial, confirmando las observaciones iniciales de Heymans y Rijlant hechas en 1933. Según Bronk y Stella (1935), la composición química de la sangre no influía sobre los barorreceptores, que eran únicamente sensibles a la presión. Sin embargo Heymans y Rijlant (1933) sugirieron que el nervio de Hering además de conducir información sobre la presión arterial, también transmitía información sobre la composición química de la sangre.En su tesis doctoral, Álvarez-Buylla analiza los efectos que la estimulación del nervio depresor produce sobre la presión y la respiración y los correlaciona con la actividad aferente de ese nervio. Demuestra la existencia de actividad síncrona con el pulso y con el ritmo respiratorio. La estructura de la salva aferente contiene información tanto acerca de la presión sistólica como de la resistencia periférica. Quizá su contribución más importante de esa época es la demostración de la existencia de fibras aferentes quimiorreceptoras, cuya actividad se incrementa con la anoxia.En 1947 llega a México, a los 28 años de edad, y empieza a trabajar en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, en donde permanece hasta 1960. Es allí donde inicia lo que yo pienso que fueron sus contribuciones más importantes, tanto en la fisiología de receptores —pues fue uno de los primeros en registrar las respuestas locales de los corpúsculos de Pacini— como en el conocimiento de la homeostasis de la glucosa. Conviene recordar que en esa época había muy poca tradición científica en México. Arturo Rosenblueth había retornado de Harvard en 1945 y recién estaba incorporado al Departamento de Fisiología del Instituto Nacional de Cardiología. La Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN era sede de distinguidos científicos españoles, como Ignacio y Cándido Bolívar, Federico Bonet, Pedro Carrasco Formiguera y Dionisio Peláez, entre otros, los que contribuyeron notoriamente a elevar el nivel de la escuela. Pero había muy poca investigación, sobre todo en fisiología; se contaba con un presupuesto sumamente limitado y no había posiciones de tiempo completo para realizarla. Álvarez-Buylla empezó solo y él mismo tuvo que construir el equipo que requería para sus estudios electrofisiológicos: amplificadores, estimuladores y osciloscopios. En 1950 publica en los Anales de la Escuela de Ciencias Biológicas un trabajo realmente precursor en el campo. Registra la actividad eléctrica de fibras únicas de quimiorreceptores del nervio del seno carotideo del perro. Analiza con detalle los factores que controlan la actividad de estos receptores y estudia la correlación entre la actividad quimiorreceptora y la respiratoria.En 1951 publica dos trabajos más, uno en los Archivos del Instituto Nacional de Cardiología y el otro en el Acta Physiológica Latinoamericana, en los que profundiza el análisis de la actividad de los quimiorreceptores producida por la inyección de cianuro. Además correlaciona la actividad quimiorreceptora con el grado de saturación de oxígeno de la hemoglobina arterial.Desgraciadamente —como ocurrió con los estudios que hizo posteriormente —estas investigaciones fueron publicadas en revistas nacionales o latinoamericanas de escasa circulación internacional, por lo que sus contribuciones fueron poco accesibles a los investigadores de países anglosajones. Baste como ejemplo la revisión que Neil, autoridad en la materia, escribió en 1966 sobre quimiorreceptores, en ella no menciona el trabajo de Álvarez-Buylla a pesar de su importancia. La insistencia de Álvarez-Buylla de publicar en revistas latinoamericanas se debió, en parte, a un sentimiento de solidaridad con la ciencia del país y del continente que lo acogieron generosamente, y también en parte a la influencia de Rosenblueth que insistía en que se publicase en esas revistas, ya que suponía que el trabajo de calidad tarde o temprano sería leído por los investigadores del campo. Vista en retrospectiva, creo que ésta fue una posición demasiado utópica.Una de las contribuciones más interesantes y originales de Álvarez-Buylla, publicada junto con Ramírez de Arellano en 1953, es la generación de impulsos en el corpúsculo de Pacini. Muestra que la estimulación mecánica del corpúsculo produce una respuesta local que una vez alcanzado el umbral, puede generar potenciales de acción, en forma similar a como lo demostraron Katz en 1950 en el huso muscular y Gray y Malcom en el corpúsculo de Pacini. Estos trabajos fueron publicados cuando Álvarez-Buylla ya había terminado los experimentos correspondientes. En 1959 analiza, con Joaquín Remolina, el efecto de distintos tipos de estímulos sobre las respuestas locales en el corpúsculo de Pacini. Reporta, por primera vez, una respuesta local hiperpolarizante al aplicar estímulos locales muy lentos, probablemente resultado de un proceso de acomodación.El interés de Álvarez-Buylla en aclarar el papel que desempeñan los quimiorreceptores en el control circulatorio respiratorio se ha mantenido durante toda su vida profesional y es el que lo lleva a caracterizar los mecanismos compensatorios que entran en juego al activarse los quimiorreceptores por la falta de oxígeno o glucosa. Aborda este problema de diversas formas. Empieza analizando los cambios compensatorios que se producen en el organismo intacto por una serie de maniobras como la anoxia anoxémica producida por la inyección de pequeñas dosis de cianuro, la hiperglucemia y glucosuria producidas por la administración de adrenalina, o bien la hipoglucemia producida por la insulina.Supone que las alteraciones producidas tendrán dos componentes. Unos debidos a la acción directa de estas sustancias sobre los efectores y, otros, mediados por una acción refleja que tenderá a compensar las desviaciones respecto a un estado de equilibrio funcional. Con el objeto de identificar los componentes mediados por acciones reflejas, repite estas maniobras asociándolas al sonido de un timbre. Posteriormente examina el efecto del timbre solo (estímulo condicionado). Como hipótesis de trabajo supone que los componentes de las acciones producidas que sean condicionados por el estímulo condicionante, estarán mediadas por el sistema nervioso central.Cabe mencionar que ésta fue una forma muy original de utilizar los reflejos condicionados como un medio para esclarecer la contribución del sistema nervioso en el control de distintos parámetros funcionales.Los resultados obtenidos utilizando este paradigma experimental son realmente muy interesantes y a mí me tocó la fortuna de colaborar en uno de ellos. En el caso de la adrenalina, cuya inyección produce hiperglucemia y glucosuria, encontramos que sólo era posible condicionar la glucosuria, probablemente debido a una disminución refleja de la reabsorción tubular de la glucosa. Encuentra además, en 1958 y trabajando con Carrasco-Zanini, que es posible condicionar la hipoglucemia producida por la inyección de insulina. Estos son dos hallazgos fundamentales que ilustran la participación del sistema nervioso en la integración de funciones vegetativas. En su intento de identificar las vías reflejas que controlan la glucemia, Álvarez-Buylla se involucró en una aventura asombrosa, que aún no ha terminado y que, a juicio mío, constituye su aportación más grande a la fisiología.En estudios subsecuentes hechos en 1959 muestra que la hipoglucemia condicionada no se debe a un aumento de la insulina endógena, dado que el reflejo puede establecerse en animales totalmente pancreatectomizados.Posteriormente muestra que en animales espinales el reflejo hipoglucémico es semejante al producido en animales intactos. En 1961 informa que este reflejo desaparece al seccionar el vago abdominal y que la inyección de dosis pequeñas de insulina en el tronco celiaco produce hipoglucemia y aumenta la diferencia arteriovenosa de glucosa en las extremidades posteriores. Muestra además que este efecto desaparece al seccionar el vago abdominal. Estas investigaciones lo llevan a concluir que la inyección de insulina activa receptores vagales que transmiten información aferente al SNC, la que produce una hipoglucemia refleja con latencia muy breve. Las implicaciones teóricas de estos hallazgos son muy importantes ya que hacen patente que la insulina no actúa únicamente sobre el órgano efector, sino que además activa un reflejo paralelo cuyo papel en la homeostasis de la glucosa no es aún del todo conocido. En una serie de estudios publicados en 1961 intenta identificar las vías efectoras de este reflejo hipoglucemiante. Con la idea de que pudiese incluir un factor humoral, estudia los efectos de la hipofisectomía. Encuentra que la hipoglucemia condicionada (producida por la aplicación repetida de dosis bajas de insulina) no se obtiene en animales hipofisectomizados. Esta observación lleva a Álvarez-Buylla a postular la existencia de un factor hipoglucémico, probablemente de origen hipotalámico, que es liberado por la hipófisis. Es interesante señalar que en esa misma época (1953 a 1960) Ottaway demuestra, en forma independiente, la existencia de un factor hipoglucemiante en extractos de hipófisis anterior.Con el objeto de analizar la propuesta de que la hipófisis "es un almacén de neurosecreciones elaboradas en el hipotálamo anterior", Álvarez-Buylla y su esposa, en 1963, sustituyen la hipófisis extirpada por un fragmento de glándula parótida. Quince días después de la operación consiguen restablecer el reflejo condicionado hipoglucemiante producido con dosis bajas de insulina.Estudios posteriores muestran que al inyectar a una rata normal la sangre de una rata con hipoglucemia condicionada, disminuye la glucemia en la rata normal. Esta observación lleva a concluir que el factor hipoglucemiante es una neurosecreción.Durante esta serie de investigaciones Álvarez-Buylla se percató de un hecho de importancia fundamental: que el trasplante de la parótida en animales hipofisoprivos aumentaba en forma significativa la sobrevida de los animales, comparados con los hipofisectomizados sin trasplante. Con objeto de estudiar este proceso de recuperación de la función hipofisiaria después del trasplante, inicia una serie de estudios para determinar la recuperación de funciones endocrinas en animales hipofisoprivos después del trasplante. Así, encuentra que el aumento que la metopirona produce sobre la secreción de esteroides cetogénicos en animales normales, no se obtiene en animales hipofisectomizados, pero sí en perros hipofisectomizados con trasplante, aunque es menos sostenida. También encuentra que la captación de yodo radiactivo por la tiroides, que disminuye marcadamente en animales hipofisectomizados, no se reduce tanto en animales ipofisectomizados con trasplante.En 1968 muestra que los trasplantes de glándula salival o de suprarrenal restituyen el reflejo eosinopénico producido por la insulina, reflejo que se pierde con la hipofisectomía. En 1970 encuentra que el nivel plasmático de 11-hidroxicorticoesteroides disminuye en animales hipofisectomizados, pero significativamente menos en animales con trasplante de glándula salival. En estos estudios Álvarez-Buylla sugiere nuevamente que la glándula parótida, aunque no puede producir ACTH,actúa como almacén de otras áreas. Con objeto de tener una idea más clara del transporte de hormonas del hipotálamo a la hipófisis, Álvarez-Buylla analiza en 1973, durante su estancia en Inglaterra, el flujo axoplásmico con marcadores fluorescentes atribuidos a la neurofisina. Para ello hace una constricción del tallo pituitario y observa que el marcador se acumula en el sitio proximal a la constricción y está ausente distalmente a la misma. Este experimento demuestra con claridad el flujo de neurofisina de los cuerpos celulares en el hipotálamo a las terminaciones nerviosas en el lóbulo posterior de la hipófisis.El mecanismo por el cual el trasplante de glándula salival compensa las deficiencias hormonales producidas por la hipofisectomía no queda aclarado. Ávarez-Buylla sugiere que las células de la glándula salival se desdiferencian y que, por influencia de las hormonas hipotalámicas, adquieren las propiedades de las células hipofisiarias primitivas. Otra posibilidad es que el fragmento de parótida contenga un factor que promueva el crecimiento y diferenciación del tejido hipotalámico y que sea este efecto el que determine la restitución parcial de la función hipofisiaria.Conviene recordar que los primeros trabajos en los que se describe la existencia de un factor de crecimiento fueron publicados en 1954 por Levy-Montalcini, Hamburger y Cohen, y que en 1959 Cohen muestra por primera vez que la glándula salival es muy rica en este factor de crecimiento.La primera referencia publicada por Álvarez-Buylla acerca del trasplante de glándula salival en animales hipofisectomizados, fue hecha en 1963, y sólo recientemente los neurocientíficos se han percatado de la relevancia del factor promotor de crecimiento neuronal en la diferenciación y crecimiento neuronales y han aplicado estos conocimientos a problemas de regeneración en el sistema nervioso central.Con objeto de conocer más a fondo las alteraciones morfológicas que ocurren como consecuencia del trasplante, en 1973 Álvarez-Buylla publica junto con Isaac Costero, estudios que muestran que en 83% de los animales hipofisectomizados no quedan remanentes de hipófisis y que en el 17% restante queda entre 12 y 3% de tejido normal, lo que según ellos es insuficiente para aumentar la sobrevivencia de los animales. La parótida trasplantada tiene una rica vascularización y presenta cambios en la distribución celular y pérdida del ducto excretorio. Concluyen que el tejido trasplantado "muestra características de epitelio secretorio bien conservado y activo" y que las "neurosecreciones son llevadas por el sistema portal al trasplante".En 1979, junto con Víctor Tsutsumi, estudia las glándulas suprarrenales en perros normales, hipofisectomizados, e hipofisectomizados con trasplante. Encuentran que los niveles plasmáticos de cortisol disminuyen en los hipofisioprivos y aumentan con el trasplante. Aparentemente existe una correlación importante entre el comportamiento funcional de los perros con trasplante y el tejido trasplantado. En este trabajo mencionan estudios con microscopía electrónica y con inmunohistoquímica, pero a la fecha éstos no han sido publicados lo cual es una verdadera lástima.En 1980 Álvarez-Buylla deja el Centro de Investigación y Estudios Avanzados y pasa a ser jefe de la División de Investigaciones Básicas en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de la Secretaría de Salud. Se dedica a estudiar otros mecanismos que intervienen en la homeostasis de la glucosa. En 1981 muestra, con Bencosme, que en el gato anestesiado la inyección de insulina en el tronco celíaco disminuye la concentración de glucosa en la vena cava inferior, aumentando así la diferencia arteriovenosa de glucosa. Este efecto desaparece en animales con el vago abdominal seccionado. Finalmente, en 1986 analiza los efectos de la inyección de glucosa en la cisterna magna de gatos anestesiados. Esta maniobra produce glucosuria y natriuresis, efectos que se pierden al denervar el riñón, al vagotomizar o al adrenalectomizar.Creo sinceramente que la contribución de Álvarez-Buylla es de gran transcendencia científica y potencialidad clínica. Es preciso comprender que Ávarez-Buylla es poco conocido porque no siguió los cánones usuales de autopromoción, tan en boga hoy en el inundo científico anglosajón; como lo mencioné anteriormente, esto ocurrió por cuestión de principios. Es posible que en ambientes científicos más desarrollados él ya hubiese identificado el mecanismo por el cual el trasplante de glándula salival sustituye las funciones hipofisiarias. Quizá no lo hizo fundamentalmente por las limitaciones, en que la colaboración multidisciplinaria resulta difícil y cada innovación metodológica representa un esfuerzo considerable. En otro país, Álvarez-Buylla hubiese tenido más apoyo, más asistentes y hubiese publicado en revistas con mayor circulación. Pero él decidió vivir y trabajar en México. Si juzgamos la originalidad e implicaciones de sus ideas, la obra de Álvarez-Buylla es inapreciable y creo que los fisiólogos mexicanos deberíamos conocerla y apreciarla mejor. Creo que no importa tanto lo que se hace, sino cómo se hace, y Ramón Álvarez-Buylla es, sin duda alguna, uno de los grandes fisiólogos del mundo hispano. Ojalá tuviésemos más como él.
Figura 2.IV. Elena Roces y Ramón Álvarez-Buylla en su casa de Tlalpan en los años setenta.
Figura 3.IV. El matrimonio de Álvarez-Buylla-Roces, 1994, en laboratorio de la Universidad de Colima.
Esto escribió Pablo Rudomín en 1989. Pablo fue uno de sus primeros alumnos y, de muy buena gana, me permitió transcribir estas líneas. Pablo Rudomín recibió el Premio Príncipe de Asturias 1991, Ya hablaremos más de él.
Rebuscando en la biografía de Ramón Álvarez-Buylla nos encontramos con que, tres años después del homenaje que acabamos de transcribir, con motivo de sus 70 años, la revista del CINVESTAVAvances y Perspectivas (mayo-junio, de 1992) publica en sus "Perfiles de Investigación" el de don Ramón y esta vez son varios los investigadores que hablan de él. Trataré de evitar repeticiones, pero sí me parece que este perfil de nuestro amigo aporta algunos datos nuevos que creo acabarán por redondear su imagen. Veamos lo que nos cuentan algunos de sus compañeros, colaboradores y alumnos:
Una de ellos, Rebeca Reynoso, con maestría en ciencias educativas del CINVESTAV, le hizo una entrevista, de la cual extractamos algunos pasajes, por ser de una gran frescura y actualidad. Esta entrevista se realizó ya en la ciudad de Colima, en la provincia mexicana, donde Álvarez-Buylla es profesor ahora. En ella se revela la personalidad de este notable investigador; así como sus raíces. Veamos cómo cuenta su historia don Ramón, en 1992 a Rebeca.
Soy español de nacimiento, asturiano. Mi padre era un hombre distinguidísimo, piloto, ingeniero de la única fábrica de aviones que tenía entonces España, y director de Aeronaútica Civil. Cuando Franco dio el golpe de Estado, momento en que mi padre era alto comisionado de España en Marruecos, nos tomó prisioneros a todos; la casa fue rodeada por una guardia mora franquista. Unos días después Franco le habló por teléfono a mi padre, para pedirle su colaboración como jefe de asistencia técnica de su flota de aviones. Y mi padre, que le hablaba de tú a Franco y que no le concedía ninguna calidad humana, se negó absolutamente. Franco le dio tres meses para pensarlo y, una vez que se cumplió el plazo, y ante la negativa rotunda de mi padre, que en paz descanse, lo mató, lo fusiló. Como consecuencia de este episodio, yo me alisté en el Ejército Republicano. Estaba haciendo locuras propias de los 16 años que tenía, cuando amigos de mi padre lograron meterme en unos cursos para la guerra contra gases —yo iba a salir de teniente en unos meses, sin correr ningún peligro— pero me di cuenta de que ésa era una artimaña. Me escapé inmediatamente y, siguiendo el ejemplo de mi padre, entré en la escuela de aviación para ser piloto de caza de la República y así fui a parar a la Unión Soviética. En Kirovavad, en el Caúcaso, tomé el curso completo de piloto de caza, con los aviones que los rusos vendían a la República Española (el pueblo los bautizó como los "chatos", que eran biplanos y los "moscas" estos monoplanos). En el momento en que estaba dispuesto a entrar en acción, se perdió la guerra civil y entonces me quedé en la Unión Soviética.Más tarde nos cuenta hechos que ya sabíamos, cómo estudió medicina, influido por la memoria de su abuelo, cómo fue a parar hasta Ashjabad, en Turkmenia, donde acabó su carrera con la calificación más alta; y como a pesar de que él insistía en volver a la aviación y luchar en la guerra (eran los violentos días de Leningrado y Stalingrado), en lugar de eso fue enviado a la Academia de Ciencias Médicas en Moscú. De esto nos dice: —Allí tuve la fortuna de entrar en el Instituto del profesor Piotor Kusmich Anokhin, extraordinario maestro, uno de los fisiólogos más brillantes de este siglo y a cuya escuela me honro en pertenecer.
Después Rebeca inquiere:
Usted llegó a México por motivos totalmente personales y sin saber lo que haría en el terreno profesional, es decir, como científico. ¿Cuales eran las condiciones para la actividad científica en el México de aquella época?
Álvarez-Buylla respira profundo y, dejando un poco de lado la especificidad de mi pregunta, me responde tan apasionadamente que de inmediato comprendo por qué el doctor Pablo Rudomin lo describió en alguna ocasión como el más romántico de los fisiólogos y el más fisiólogo de los románticos. Contesta Ramón a la pregunta y dice:
Mire, yo tengo la idea de que la ciencia ha sido la base del progreso de la humanidad. Hemos salido de la Edad de la Piedra y hemos llegado a la época actual, fundamentalmente por las contribuciones científicas, en las cuales se apoyan todas las líneas de desarrollo de la humanidad. Y a pesar de ser tan trascendente la ciencia, durante siglos los científicos han estado relegados y perseguidos, por obsesiones —entre otras las religiosas&151 lo cual ha truncado su desarrollo.Y hay que ver la brillantísima época de la Grecia antigua, con las contribuciones de los atenienses no sólo en la ciencia sino en las otras actividades de lo humano como el arte y la filosofía. Luego vienen siglos con obsesiones religiosas, con guerras santas: las santísimas cruzadas y "un peldaño ganarás para subir al cielo por cada siete infieles que mates". Es terrible que el humano use el método de la lucha, de la guerra, para resolver los problemas fruto del odio y de la incomprensión, y qué terrible que esté tan lejos de utilizar la colaboración y el diálogo para resolverlos. Estamos en el umbral del siglo XXI y seguimos por el camino de las confrontaciones violentas; las Naciones Unidas es una hermosa institución, un hermoso nombre, pero con una resultante trágica.
Es evidente que Ramón no contestó directamente la pregunta que se le hizo sobre el estado de la ciencia en México cuando él llegó. Pero para los que lo conocemos desde hace mucho tiempo esto no es una sorpresa.
Ramón trabajó en varios lugares en México desde los años cuarenta. Se inició en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas donde formó a dos de sus mejores alumnos, Pablo Rudomín y Mauricio Russek. Más tarde estuvo (como tantos médicos españoles ayudados por el doctor Ignacio Chávez) en el Instituto de Cardiología y luego en el CINVESTAV. Acerca de la fundación de este Centro en los años 60, recuerda que en esos años llegó a la presidencia Adolfo López Mateos, quien aprobó la creación del centro y designó a Arturo Rosenblueth como su presidente. Éste llamó a don Ramón, entre muchos otros excelentes científicos de la época, para formar parte de la empresa. Álvarez-Buylla fue siempre un enemigo irreconciliable de los puestos de administración. Lo primero que hizo fue lamentarse de que Rosenblueth hubiera aceptado la dirección del futuro Centro lo cual enojó a don Arturo, pero se le pasó y aceptó que Ramón se dedicara solamente a su laboratorio y ¡vaya si lo hizo! Una característica de su trabajo creador fue el ser un pionero de la construcción de equipo electrónico para experimentos de fisiología animal.
Cuando ingresó en su primer laboratorio no tenía equipo electrónico ni presupuesto para adquirirlo. Ramón, en colaboración con los ingenieros mexicanos Juan y Carlos Beckwith y Joaquín Remolina más tarde, empezó a diseñar y construir equipo. Entre 1947 y 1950 construyeron una cámara de reflejos condicionados de Pavlov; un osciloscopio de 2 pulgadas de diámetro, un estimulador para neurofisiología, dos amplificadores de bajo ruido, un electrocardiógrafo, un encefalógrafo y diversas fuentes de poder; reguladas.
Joaquín Remolina es uno de sus primeros alumnos y colaboradores. Recientemente entrevistó a don Ramón, ya instalado en la Universidad de Colima. Aprovechó la visita, además, para pedirle que hiciera algunos comentarios acerca de las ideas que le han servido de núcleo y guía en su actividad científica. Ramón respondió a Remolina, con su entusiasmo habitual; describió los antecedentes y sus líneas de trabajo, incluyendo las hipótesis que las originaron, en el siguiente orden: Anokhin: la información sancional; receptores del seno carotideo, regulación de la circulación; el corpúsculo de Pacini; fibras nerviosas; la cápsula; quimiorreceptores.
Las descripciones de Remolina tienen la frescura y la absoluta sensación de realidad que dan haber trabajado directamente durante muchos años en los temas que nos describe.
A la primera pregunta de Remolina, con respecto a las enseñanzas de Anokhin, Álvarez-Buylla nos revela cómo este investigador soviético amplió la teoría de los reflejos a los procesos de regulación, no sólo con la información unidireccional de los nervios aferentes sino a través de lo que llamó lainformación sancional, que realiza el sistema nervioso analizando las variaciones de la respuesta, en este caso de los receptores. Es decir; Anokhin y su discípulo don Ramón estaban postulando en 1945 lo que simultáneamente fue la base de la cibernética de Wiener; es decir los mecanismos de control y regulación mediante retroacción negativa y, también mediante esa sanción de la información que es en todo semejante al "control central de la transmisión aferente" que postularan Hagbarth y Hernández Peón y que consistía esencialmente en la modificación centrífuga de la excitabilidad de los receptores y los primeros relevos sinápticos de las vías sensoriales.
Ramón Álvarez-Buylla se inspiró con esta visita de Joaquín Remolina y continuó:
P.K Anokhin estudió esta información sancionada 9 en muchas actividades somáticas. Fui el primero en su Departamento (que hoy es Instituto) que aplicó este concepto de información sancional a las reacciones vegetativas de primera importancia, como la circulación sanguínea, la respiración para todas las células del cuerpo y, en particular, para las neuronas que son las más delicadas en lo tocante al equilibrio bioenergético.Interpreté como "información sancional" para la circulación sanguínea los mensajes que llegan al sistema nervioso central a través de los nervios aferentes de los receptores que están en el arco aórtico, donde se inicia la circulación de la sangre que se distribuye a todo el organismo. En estos mensajes se proporciona una información muy completa. No sólo del volumen sistólico y de la resistencia periférica que se va a ofrecer a la circulación por la resultante del tono de las diversas arteriolas, sino también en lo referente al contenido en la sangre arterial de los elementos fundamentales para la respiración de las células, tales como el oxígeno y, como estamos ahora comprobando, la glucosa.Esta información tan completa le permite al sistema nervioso la integración dinámica de respiración y circulación: maravillosa sinfonía funcional de todos sus elementos. La vigilancia constante de la aferentación sancional se mantiene durante toda la vida, desde la época prenatal. Existen otros receptores semejantes, los llamados receptores del seno carotideo, que son el origen de la información sancional para el control especial de la sangre arterial destinada a la circulación encefálica.
Continuó Álvarez-Buylla en esta entrevista describiendo las experiencias con estos receptores del seno carotideo, que ya conocemos. Más tarde, Remolina lo llevó a relatar sus experiencias con el corpúsculo de Pacini, en las que el mismo Remolina había participado junto con J. Ramírez de Arellano, E. Deutsch y E. F. Migliaro. La elección del corpúsculo de Pacini tuvo lugar para comprobar como un receptor traduce la presión en impulsos nerviosos. Esta estructura se ve a través del delgado tejido mesentérico como preciosos cuerpos ovoidales de casi un milímetro de largo, en cuyo interior se alcanza a percibir la terminación de la fibra nerviosa única; en su salida esta fibra hace un recorrido libre que puede ser de 20 o 30 milímetros, entre las dos hojas del mesenterio. Transcribimos la descripción del experimento, que creo puede ser de gran utilidad para los estudiantes de neurociencias, al recordarles la importancia de los métodos de la fisiología clásica, en esta época del desarrollo irrefrenable de la biología molecular. Son precisamente experimentos como los de Álvarez-Buylla los que permiten orientar a la bioquímica y la pesquisa molecular sobre las estructuras que deben ser estudiadas.
Hicimos una preparación montando el mesenterio sobre una placa de corcho pintada con negro mate. Esto nos permitía preparar la fibra única hasta su entrada al cuerpo ovoide que es el corpúsculo de Pacini. Registramos la respuesta eléctrica a la estimulación mecánica del corpúsculo. El estímulo mecánico se hacía con un fino talio de plástico acoplado a un electroimán que era activado con pulsos, eléctricos rectangulares de un estimulador Grass y conseguíamos así un estímulo que era sólo aproximadamente rectangular. El registro de su amplitud y curso temporal se hacía por medio de una celdilla fotoeléctrica a la que llegaba un haz de luz interrumpido en parte por los movimientos del tallito estimulador. En la pantalla de un osciloscopio de doble haz teníamos el registro de la actividad eléctrica de la fibra nerviosa y los movimientos del estímulo mecánico [...] registramos la iniciación de la respuesta nerviosa por la transducción en el receptor de la energía mecánica en espiga (potencial de acción). Encontramos que antes de iniciarse la espiga había una despolarización mucho más lenta. Los estímulos débiles, subumbrales, daban lugar solamente a la aparición de este respuesta lenta, no propagante, por lo que la llamamos al principio respuesta local. Al aumentar la intensidad del estímulo mecánico crecía la respuesta local, hasta conseguir la aparición de la espiga propagada en la fibra nerviosa, mismo que la recorría en toda su longitud. Al parecer fuimos los primeros en describir esta respuesta local del corpúsculo, a la que se llamó después potencial del receptor.
Así de sencillo ocurrió, al parecer, este descubrimietno básico del grupo de investigadores dirigido por Ramón Álvarez-Buylla.
En diciembre de 1996 envié un fax a Ramón Álvarez-Buylla actualmente investigador titular del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima. Le pedía me dijera las que consideraba 10 de sus más importantes publicaciones, así como una lista sucinta de los puestos que ha ocupado. También le sugerí escribiera unas cuartillas acerca de su obra científica y sus ideas acerca del porvenir de la fisiología. Me contestó enseguida y transcribo su respuesta, que, como veremos, incluye algunos aspectos ya tratados por sus alumnos y resulta de mucho interés verlos ratificados y ampliados por él.
Querido Augusto,Gracias por tus faxes, aquí te mando unas letras referentes a mi trabajo reciente con los antecedentes. También incluyo ciertas consideraciones sobre la investigación en México y la enseñanza de la fisiología.Mis estudios de doctorado, que realicé en la ex Unión soviética bajo la dirección del gran científico Piotr Kusmich Anojin, fueron definitivos para mi formación científica, tanto desde el punto de vista metodológico, como conceptual, de ahí el enfoque integrativo que ha caracterizado mi trabajo de investigación.El concepto de "aferentación sancional" desarrollado por Anojin es muy trascendente, proporciona al sistema nervioso central (SNC) la valoración de una respuesta. Creo firmemente que el SNC está organizado en sistemas funcionales más que en mapas anatómicos. Anojin estudió la información sancional en muchas actividades somáticas, yo fui el primero en su Departamento en aplicar dicho concepto a reacciones vegetativas de primera importancia, como la respiración integrada para todas las células del organismo, y en particular para las neuronas, muy delicadas en este equilibrio bioenegético. La respiración es una función vital para todos los seres vivos, es la fuente de bioenergía proporcionada por la glucolisis. En los mamíferos, el SNC es el integrador fundamental, con la homeostasis de la glucosa y el oxígeno, como lo demostramos estableciendo reflejos condicionados.Analicé durante varios años la información sancional para la función respiratoria, estudiando los mensajes que llegan al SNC por los nervios depresores procedentes de los receptores del arco aórtico, punto de inicio de la circulación arterial. En estos mensajes se proporciona información, no sólo del volumen sistólico y resistencia periférica, sino también de los elementos fundamentales para la respiración celular, como el oxígeno, el pH y, ahora sabemos, la glucosa. El SNC integra en forma dinámica una maravillosa sinfonía funcional de todos estos elementos básicos de la respiración celular.Otros receptores semejantes, localizados en el seno carotideo, son el origen de la información sancional para el control especial de la sangre destinada a la circulación encefálica. Mi interés por aclarar el papel que desempeñan sus quimiorreceptores en el control respiratorio se ha mantenido hasta ahora. Hemos caracterizado los mecanismos compensatorios que entran en juego al activarse los quimiorreceptores por la deficiencia de glucosa. Hemos analizado los cambios, en el organismo intacto, que se ocasionan por la anoxia anoxémica producida con pequeñas dosis de cianuro, o por la hipoglucemia. Los recepetores, tanto aórticos como senocarotídeos, son neuronas sensibles a su propio equilibrio ADP-ATP. En respuesta a sus señales, el SNC mantiene el equilibrio dinámico de estos elementos básicos de la respiración, glucosa y oxígeno.El desarrollo de una técnica para aislar circulatoriamente la región del seno carotideo, con respecto al resto de la circulación sistémica, nos permitió estudiar recientemente, que cambios de la composición en su sangre arterial iniciaban las respuestas que registrábamos en el nervio del seno carotideo. Creo que lo más trascendente fue ver que estos receptores son sensibles no sólo a cambios en el O2 C2 y pH, sino también a cambios en la concentración de glucosa. La hipoglucemia estimula los receptores senocarotideos, dando lugar a señales que son las responsables del aumento en la glucemia sistémica, con aumento en la concentración de glucosa en el líquido cefalorraquideo (LCR) y aumento de la retención de glucosa por SNC. Demostramos la participación humoral de la neurohipófisis y adrenales en esta regulación refleja. En la actualidad realizamos estudios en dos direcciones: a) la vasopresina como posible neurosecreción efectora de estos reflejos; b) el mecanismo por medio del cual las neuronas son capaces de retener glucosa después de la estimulación de los quimiorreceptores del seno carotideo aislado. En colaboración con el doctor A. Huberman estamos estudiando una nueva neurosecreción presente en el LCR, importante en esta captación de glucosa por SNC.Con objeto de analizar experimentalmente la hipótesis (expuesta en uno de mis trabajos) que la hipófisis es un almacén de neurosecreciones elaboradas por SNC, sustituí la hipófisis extirpada por un fragmento de glándula parótida. Durante una serie de investigaciones, demostramos que el trasplante en animales hipofisoprivos aumenta mucho su sobrevida en comparación con la de los animales hipofisectomizados sin trasplante.Determinamos que hay una recuperación de funciones endocrinas después de este trasplante de la glándula salivar que incluye a los suprarrenales, la tiroides y las gónadas. En la actualidad estamos estudiando el mecanismo por el cual el trasplante de la glándula salivar compensa las deficiencias hormonales producidas por la hipofisectomía.Sugerimos que las células de la glándula salivar (que son del mismo origen embrionario que el epitelio faríngeo que da origen a la glándula pituitaria) se desdiferencian, y por la influencia de las hormonas hipotalámicas adquieren las propiedades de las células hipofisarias primativas.Durante la organogénesis de la hipófisis, ocurren una serie de diferenciaciones progresivas de las distintalas líneas celulares hipófisis-específicas, partiendo de un primordio común (bolsa de Rathke, epitelio faríngeo), después que el primordio ectodérmico de los lóbulos pituitarios anterior e intermedio se pone en contacto con el neuroectodermo. Las interacciones inductivas entre estos tejidos son imprescindibles para su diferenciación apropiada. Una vez conseguido esto, el epitelio de la bolsa de Rathke, prolifera y diferencia en líneas celulares específicas de la hipófisis que van a secretar péptidos críticos para la homeostasis, crecimiento y reproducción.Para ubicarnos en el porvenir de la fisiología en México, hay que hacer un poco de historia. La generosidad del gobierno mexicano, con el general Lázaro Cárdenas a la cabeza, hizo posible la emigración masiva de intelectuales españoles a este país entrañable, después de la mal llamada guerra civil española. Como mencionó don Ignacio Chávez en Salamanca, no sólo se abrieron para nosotros las fronteras sin papeles, sino las Universidades y los hogares mexicanos. En México estaba mi madre, y aquí llegué en 1947, una vez terminado mi doctorado en la ex Unión soviética.En aquellos años la actividad científica en México estaba poco desarrollada, dependía exclusivamente del apoyo del Estado y se llevaba a cabo fundamentalmente en la Universidad Nacional Autónoma de México y en el Instituto Politécnico Nacional, amén del Instituto Nacional de Cardiología, y otros Institutos de Salud, concentrados básicamente en el Distrito Federal. La mayoría de los intelectuales españoles emprendieron de inmediato una labor de investigación, siempre aunada a la enseñanza, y creo sinceramente que fortalecieron de manera importante el renacimiento de la ciencia en México.La visión extraordinaria del doctor Arturo Rosenblueth con la creación del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN, marcó un parteaguas en el desarrollo científico del país. Fue maravilloso, el Centro se convirtió en una incubadora de científicos y base importante de la investigación científica en México, apoyando la creación de laboratorios en Universidades de provincia.Hoy en día, la infraestructura científica, con el apoyo del CONACYT, ha progresado, y aunque dista mucho de los niveles deseados existen más centros e institutos de investigación, tanto en el D.F., como en el resto de la República, con programas de posgrado para formar profesores-investigadores sólidos que elevarán el nivel académico superior en México.El problema de la formación de profesores de fisiología, y pienso que ocurre lo mismo en las otras especialidades, es crítico y debe afrontarse con mayor atingencia si queremos alcanzar, algún día, los niveles de los países más evolucionados. Siempre he pensado que la ciencia es y ha sido la base del progreso de la humanidad. Hemos llegado al umbral del siglo XXI por las contribuciones científicas sobre las que se apoyan todas las líneas del desarrollo. Con todo esto quiero señalar la importancia de que un país sea fructífero en producción científica, y la gran trascendencia que tiene el que haya profesorado e instituciones donde no sólo se busque la formación de nuevas generaciones de científicos y académicos, sino se hagan contribuciones originales en ciencia.A medida que la medicina moderna se ha venido haciendo cada vez más científica, como consecuencia de profundizar en la fisiología, es preciso reconocer que ésta es de la mayor importancia para la formación del médico. La fisiología, es decir, el estudio de las funciones, debe integrar materias como bioquímica, embriología, histología, etc., en los primeros años de la carrera de medicina. En ese sentido, tendríamos que empezar por escribir nuevos textos de fisiología, no por órganos, sino por funciones. Hemos llegado a un nivel en el desarrollo en que es fundamental y necesario comprender que lo esencial es la función.Los progresos de los departamentos de fisiología dependen de que sus laboratorios sean el campo primordial para la enseñanza y formación de nuevos maestros. Ya Claudio Bernard asentó: "es imposible llegar a las grandes verdades científicas sin antes haber pasado por el aprendizaje práctico estricto." Urge fomentar el espíritu de investigador experimental, urge formar maestros con capacidad de plantear experimentos. Veo con preocupación la desaparición paulatina de los trabajos de laboratorio en las escuelas de medicina y biología. Me refiero a la necesidad de exponer a los alumnos a experimentos de verdad, en los que se analice lo que pueda observarse, y en los que se esté abierto a interpretaciones novedosas, aunque no aparezcan en los libros; experimentos en los que se discuta y aprenda a reconocer verdades y errores.Dado que lo que hace a la ciencia es el método y no el objeto, la fisiología debe basarse en el ejercicio del método científico. El currículum de pregrado o posgrado en cualquier escuela de medicina debe surgir de una evaluación crítica y realista para asumir responsabilidades ante los estudiantes. La educación médica debe orientarse a proporcionar las herramientas del método científico tan necesarias en la investigación. Un curso de fisiología no puede ser un desfile de luminarias eruditas, sino una experiencia formativa en donde el profesor y el alumno juntos, diseñen, vivan y evalúen los experimentos.
Figura 4.IV. Álvarez-Buylla diseca una rata.
Figura 5.IV. Ramón Álvarez-Buylla y el profesor Houssay en el VII Congreso Latinoamericano de Ciencias Fisiológicas efectuado en Centro Médico, México, 1967.
DIEZ PUBLICACIONES DEL DOCTOR RAMÓN ÁLVAREZ-BUYLLA
Álvarez-Buylla, R. "Análisis oscilográfico de los impulsos en el nervio depresor". Fisiol. J. URSS, 34: 583-590, 1948.
Álvarez-Buylla, R. "Estudio de la actividad quimiorreceptora del seno carotideo". Ciencia, 12: 129-140, 1952.
Álvarez-Buylla, R. y J. Ramírez de Arellano. "Local responses in pacinian corpuscles.". Amer. J. Physiol., 172: 237-244, 1953.
Álvarez-Buylla, R. y J. Carrasco-Zanini. "Aconditioned Reflex which Reproduces the Hypoglycemic Effect of Insulin". Acta Physiol. Latinoamer., 10: 153-158, 1960.
Álvarez-Buylla, R. y E. R. de Álvarez-Buylla. "Regulation of Hypoglycemia in Hypophysectomized Dogs With Glandular Transplants in the sella turcica". Acta Physiol. Latinoamer., 13: 306-312, 1963.
Álvarez-Buylla, R., R. Mandoki y E. R. de Álvarez-Buylla. "Survival Comparison betwen Totally Hypophysectomized Dogs and Dogs with a Transplant of Salivatory Gland in the Place of the Extirpated Hypophysis". Acta Physiol. Latinoamer., 20: 20-23, 1970.
Álvarez-Buylla, R., B. C. Livett, L. O. Uttental, D. B. Hope y S. H. Milton. "Inmunochemical evidence for theTransport of Neurophysin in the Hypotalamo-Neurohypophysial System of the Dog". Z. Zellforsch., 137: 435-450, 1973.
Álvarez-Buylla, R. y E. R. de Álvarez-Buylla. "Hypoglycemic Conditioned Reflex in Rats. Preliminary study of its Mechanism". J Comp. Physiol., 88: 155-160, 1975.
Álvarez-Buylla, R. y V. Tsutsumi. "Adrenocortical Activity in Hypophysectomized Dogs with Parotid Gland Transplants in Direc Contact with the Basal Hypothalamus". Acta Endocrinol, 92: 710-719, 1979.
Álvarez-Buylla, R., E. E. de Álvarez-Buylla, H. Mendoza y A. Álvarez-Buylla. "Pituitary and Adrenals are Required for Hyperglycemic Reflex Initiated by Stimulation of CBR with Cyanide". Am. J. Physiol.,272 (en impresión), 1997.
Puestos desempeñados por Ramón Alvarez-Buylla.
1940-1941. Ayudante de la cátedra de histología en la Universidad de Rostov, URSS, profesor K. A. Laurov.
1942-1943. Internado en el Hospital General de Ashjabad, Turkmenia, URSS. Departamento de Medicina Interna. Auxiliar de la cátedra terapéutica del hospital.
1945. Profesor visitante en fisiología, Universidad de Rostov, URSS. Profesor visitante en fisiología del sistema nervioso, Academia de Ciencias de Leningrado, URSS.
1945-1946. Delegado por el Departamento de Fisiología del Sistema Nervioso a la Academia de Ciencias Médicas de Moscú.
1947-1948. Jefe del Laboratorio "A". Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN. México, D.F
1948-1950. Profesor de enseñanza técnica superior. Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, IPN.
1951-1953. Jefe del Laboratorio de Fisiología, investigador científico "C". Escuela nacional de Ciencias Biológicas, IPN.
195-1955. Profesor asociado de fisiología. Instituto Nacional de Cardiología, México, D.F.
1955-1957. Jefe del Laboratorio de Fisiología, profesor "A", investigador científico, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas.
1957-1960. Jefe de Laboratorio de Fisiología, profesor "B", investigador científico. Escuelas Profesionales. Escuela Nacional de Ciencias Biológicas.
1958-1961. Jefe de los Laboratorios de Investigación del Instituto Nacional de Neumología, México, D.F.
1961-1980. Profesor titular, Departamento de Fisiología y Biofísica, Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, IPN, México, D.F.
1980-1989. Jefe de la División de Investigación Básica, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, SSA.
1984-1990. Investigador titular "C", Secretaría de Salud, México, D.F.
1984-1990. Profesor de asignatura "A", UNAM, México, D.F.
1991 a la fecha, investigador titular, Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas, Universidad de Colima.
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