El Consejo de Ministros aprobó ayer el esperado Real Decreto de prescripción enfermera. Era una reclamación histórica con la que la Enfermería buscaba respaldo legal para recomendar con libertad medicamentos sin receta y otros que sí lo necesitan, como son los medicamentos contra la diabetes o la tensión arterial o las vacunas.Algunas de estas prácticas ya se realizan de forma rutinaria en hospitales y centros sanitarios, pero los enfermeros reclamaban un respaldo legal para hacerlo. Esa reclamación no gustaba a los médicos que consideran «un grave riesgo» para los pacientes que los enfermeros puedan recetar.
Médicos y enfermeros han presionado al Ministerio de Sanidad en los últimos meses para defender sus intereses. Finalmente el Gobierno ha aprobado el nuevo marco legal, con un texto que solo ha satisfecho a los facultativos. En la práctica, deja al personal de Enfermería sin autonomía para recetar. El Real Decreto establece que la responsabilidad del diagnóstico, tratamiento y prescripción corresponde al médico. Por lo que la capacidad de prescribir fármacos sujetos a receta sigue siendo de los médicos, odontólogos y podólogos, como preveía la Ley de Garantías de 2006.
La Organización Médico Colegial (OMC), que agrupa a todos los médicos felicitó ayer al Gobierno por una redacción «que recoge las propuestas de la profesión médica» y que «protege la salud, seguridad y eficacia del tratamiento de los pacientes».
Amenaza de huelga
Por el contrario, Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Enfermería de España, aseguró a ABC sentirse «traicionado» por el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, y anunció que recurrirá en el Tribunal Supremo el Real Decreto. También amenazó con una «huelga competencial» que paralizará la sanidad, «salvo que se contraten a miles de médicos para supervisar cada acto de la enfermería», advirtió.
El Real Decreto autoriza al personal de enfermería a indicar, usar y autorizar, de forma autónoma fármacos que no requieren receta «mediante una orden de dispensación». La facultad para hacerlo con fármacos sujetos a prescripción solo podrán hacerlo si un facultativo lo supervisa. El médico deberá controlar todo el proceso: recetarlo previamente, diagnosticar y comprobar la eficacia del tratamiento. No será tampoco cualquier medicamento, habrá un listado y guías de práctica clínica que deberán elaborar médicos y enfermeros.
González Jurado asegura que el texto final no se corresponde con el texto redactado por Sanidad al que habían dado el visto bueno tanto ellos como las comunidades autónomas en el marco del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y el Consejo de Estado. «Hemos vuelto al punto de partida, para esto no necesitábamos ningún Real Decreto. Estamos como empezamos», asegura.
Además, entiende que vulnera la reforma de la Ley del Medicamento que se aprobó por unanimidad en el Congreso de los Diputados en diciembre de 2009 para habilitar nuevas competencias a los enfermeros, de ahí que estén estudiando acudir al Tribunal Supremo para solicitar la suspensión cautelar o la nulidad del Real Decreto.
Más garantías
Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial, defiende a Sanidad por haber cambiado la redacción definitiva del texto. «Los medicamentos no son inocuos y causan cada año 3.500 muertes. El médico es la persona indicada para recetar. Sería irresponsable dejarlo en manos de otros profesionales.
Tras el Consejo de Ministros, Alfonso Alonso también dejó claro que la prescripción corresponde «siempre» al médico. «Se han introducido las garantías para que esto sea así. Y, por tanto, creo que se ha llegado a un punto razonable de regulación que va a dar seguridad al trabajo que habitualmente realizan las enfermeras en España y al que realizan los profesionales de la Medicina que tienen esa responsabilidad de prescribir», argumentó.
Una reclamación histórica sin resolver
N. R. C MADRID
¿Quién puede recetar en España?
Solo los médicos, odontólogos y podólogos pueden prescribir un medicamento que necesita receta. La Ley del Medicamento de 2009 incluyó un artículo en el que se pide al Gobierno la regulación de la prescripción de la Enfermería.
¿Por qué quieren prescribir los enfermeros?
Porque en la práctica ya lo están haciendo sin cobertura legal al vacunar (un medicamento que requiere receta médica) a niños y adultos o al recomendar tratamientos cuando por ejemplo un paciente necesita un calmante y no hay un médico disponible.
¿Qué es lo que cambia el nuevo Real Decreto?
En la práctica poco. Proporciona cobertura legal a los enfermeros que recomienden un paracetamol y otros fármacos sin receta, pero no da autonomía a los enfermeros para hacerlo con medicinas y productos que necesiten receta. El nuevo texto deja claro que la prescripción es solo competencia de médicos, odontólogos y podólogos. «Prescribe quien diagnostica», dejó claro ayer el ministro de Sanidad. Para que los enfermeros usen con sus pacientes un medicamento sujeto a receta debe venir previamente con la prescripción y el diagnóstico de un médico. El facultativo debe siempre vigilar todo el proceso, incluido el comprobar la eficacia del tratamiento.
¿Cualquier enfermero podrá dar estos fármacos con la indicación del médico?
No, se van exigir cursos de formación. Ya lo han hecho 140.000 enfermeros y aún hay 274.000 más que deberán acreditarse. Estos cursos son de 180 horas. Los enfermeros que no hayan adquirido las competencias para la indicación de medicamentos a la entrada en vigor de este Real Decreto, dispondrán de un plazo máximo de cinco años para poder adquirirlas.
¿A quien satisface la regulación del Gobierno?
De momento, solo a los médicos. La Organización Médica Colegial ha aplaudido el texto del Gobierno, pero el presidente de los enfermeros ha declarado la «guerra» al Ministerio de Sanidad. Ha anunciado un recurso ante el Supremo y una huelga competencial que podría provocar el caos en los hospitales y centros de salud si todos los enfermeros la siguen.
¿En qué consiste una huelga competencial?
En cumplir a rajatabla la nueva reglamentación y organizar un pequeño caos sanitario. En plena campaña de vacunación de la gripe pueden negarse a vacunar si los pacientes no llegan con una receta médica. O podrían obligar a tener la presencia de un médico en las visitas domiciliarias donde se tratan úlceras por presión y llamar al médico si un paciente ingresado en mitad de la noche tiene dolor y necesita un calmante, aunque lo tenga pautado.
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