Mi compañera tiene un glioblastoma multiforme. Me llenó de zozobra.
Me marché del Hospital sin decir nada.
Era media mañana.
Pronto me di cuenta que la paz no era posible. Pasé el día en Valdediós.
Al anochecer regresé a casa.
Dos días más tarde regresé al Hospital. No me he atrevido a dejar la práctica médica.
Nunca he hablado de Sobrado con nadie. Lo anoté.
Gracias Sobrado por ayudarme a ser como soy y las ganas de seguir trabajando.
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