Mi madre, con un tumor cerebral (meningioma del tercio externo del ala menor del esfenoides) es operada el 23-12-75.
El postoperatorio ha sido tormentoso, dubitativo, sin planificación alguna. Decepcionante para mi, ser observador del desastre metodológico postoperatorio. La técnica quirúrgica había sido exquisita, sin embargo, la asistencia médica preparatoria y postoperatoria grosera.
Muere el 26-01-76 con la asistencia médica proporcionada por mi: hace muerte tras haberle hecho intubación oro/traqueal por mi parte, mientras el médico responsable le decía a la enfermera que llamara urgentemente al anestesista. No se sonrojó ante mi al manifestar que no sabía asistir en primarios auxilios a su paciente.
Le bajé los párpados, le di un beso en la mejilla y le dije: siento haberte decepcionado al confiarte a "estos médicos"
Este momento de la vida de quien me había nacido condicionó mi futura vida personal y profesional.
Dejé la Medicina Interna y solicité al Gerente del Hospital General de Asturias (Dr José Sanchís) el poder tener una estancia de tres meses en el Servicio de Neurocirugía con el fin de estudiar: la hipertensión intracraneal y la metodología de asistencia a la persona que se ha de operar y tras ser operada.
El Dr Sanchís me recomendó no hacerlo. Le reiteré, no puedo quedar con la duda. Hablé con el Dr Serrats y me admitió por ese corto tiempo.
En el mes de Mayo les dije a ambos que había apreciado que en Neurocirugía había mucho que hacer, sentar bases firmes de Fisica y de Metodología Científica. Aceptaron que continuara. Se lo agradezco, ha sido una vida personal plena de satisfacciones.
He sido obsesivo en la preparación del paciente antes de toda cirugía, durante la cirugía (me referían las enfermeras mi manía con la "neutro colocación") y tras la cirugía. Los resultados han sido reducción en los tiempos de cirugía y de postcirugía y, principalmente la reducción drástica de las lesiones derivadas de las condiciones generales del paciente. He de anotar el esfuerzo de gigante hecho por la Dra Pilar Flórez en la consecución de esta evolución; gracias Piflo.
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