Los ricos y pobres’, según decían los cristianos en el Siglo II.
“Así como la piedra redonda no puede convertirse en sillar si no es cortada y se saca algo de ella, tampoco los ricos pueden ser útiles al Señor si no se les recortan sus riquezas. Esto que acabo de decir lo puedes comprobar por ti mismo, ya que cuando eras rico eras inútil para las cosas del Señor: pero ahora que eres pobre, te has convertido en útil y de provecho para la vida.
El rico pese a que tenga mucho dinero, es pobre ante el Señor, ya que es esclavo de la riqueza: muy pocas veces hace acción de gracias y poca oración eleva al Señor o al menos la hace muy corta, sin intensidad y sin fuerza para elevarla hasta las alturas del cielo. Pero cuando el rico se mezcla con el pobre y le proporciona lo necesario, creemos que podrá encontrar en Dios la recompensa de lo que ha hecho para el pobre: ya que el pobre es rico en la oración y en acción de gracias, y sus peticiones tienen fuerza ante el Señor, entonces el rico atiende al pobre en todas las cosas sin reservas. Por su parte, el pobre, atendido por el rico, reza por él y da gracias a Dios por aquél de quien recibe beneficios. Y así es como el rico toma más interés por el pobre, ya que sabe que la oración del pobre es rica y aceptable ante Dios. De modo que el uno y el otro llevan la obra en común: el pobre coopera con su oración, la que el rico recibe del Señor. Es una gran obra, agradable a Dios. De esta forma los pobres rezando al Señor por los ricos dan sentido a su riqueza y a la vez los ricos, socorriendo a los pobres, alcanzan la plenitud en lo que faltaba a su alma. Así se hacen los unos por los otros colaboradores en la obra de la justicia. Por lo tanto, el que así obra ante el Señor no será por él abandonado, sino que restará inscrito en el libro de los vivos. Bienaventurados los que poseen y entienden que sus riquezas las tienen del Señor; porque quien entiende esto podrá cumplir el servicio que debe”.
Hola Augusto hoy dia de los difuntos, le quiero enviar un beso muy fuerte, a sus seres queridos que no se encuentran fìsicamente entre nosotros, porque nosotros los tenemos igualmente a nuestro lado , hablamos con ellos ,les consultamos nuestras cosas y les pedimos ayuda. Yo sigo llorando por mi padre, cada vez que voy a visitar su sepultura y lo llorarè hasta el dìa en que yo me reuna con èl, sin embargo hablo con èl en muchos momentos del dìa y le doy besos imaginarios en su mejilla pero yo los siento como reales , esque no existe amor màs grande, que el de unos padres por los hijos, es el único auténtico y el màs fuerte porque dura toda tu vida .Tengo cosas que contarle, pero no sé siquiera, sí llega lo que escribo, espero poder ir a hablar un rato con usted , cuando no esté demasiado ocupado, me encantaria, pero no me gusta molestar. Un abrazo muy fuerte
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