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12 mar 2014

La mentira social



La Mentira
Andrés Flores Colombino, 2011

La mentira social

Por algo Abraham Lincoln decía: “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. Debemos reconocer que hay mentiras que han triunfado por mucho tiempo y para casi todos. Goebbels, el ministro de Propaganda del Gobierno nazi, afirmaba que “Una mentira repetida mil veces termina siendo verdad”.

Hay corrientes del pensamiento filosófico (axiológico) y religioso (mandamiento) que condenan la mentira como un pecado, como uno de los peores males de la humanidad. El mentiroso, mitómano, embustero, difamador, falsario, tanto por enfermedades de fondo o por defectos en la conformación de su sistema moral o ético, constituye un personaje sin duda nefasto y muchas veces cruel y criminal, que pudre la manzana o el grupo social, del más pequeño al más grande. Genera sufrimiento entre sus víctimas y malestar y desprecio cuando caen envueltos en los hilos de sus patrañas.
“La mentira tiene patas cortas”, dice el refrán popular. Es verdad, pero depende del entorno en que se lanza, quién y cómo lo hace. En los gobiernos autoritarios, los rumores mentirosos tienen más fuerza que las noticias publicadas en letras de molde por los medios masivos de comunicación. Por eso en estos sistemas tiránicos la paranoia y la desconfianza no late solo en los dictadores sino también en los sojuzgados. Y por eso es que la tiranía sólo genera mentira 

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