La imagen de la arquitectura asturiana de los siglos VIII y IX en las crónicas de Alfonso III
Víctor Nieto Alcaide
Durante el reinado de Alfonso III (866-910) se redactaron varias crónicas a través de las cuales la monarquía asturiana emprende la continuación de una tradición historiográfica que había quedado interrumpida, según todos los indicios, desde la invasión musulmana (1). El estudio de las tres crónicas que forman el llamado «Ciclo de Alfonso III» (2), Crónica Albeldense, y Crónica de Alfonso III, en sus dos versiones «Rotense» y «A Sebastian», ha puesto de manifiesto como la intención que movió a su redacción fue demostrar que el reino asturiano era el legítimo continuador del visigodo de Toledo convirtiendo en lógicas y lícitas las pretensiones de Alfonso III por recuperarlo y dominar la Península (3). A través de ello, se propone un planteamiento ideológico tendente a justificar como Reconquista lo que, en realidad, era una conquista. Y esta idea, cuya justificación subyacente se desarrolla en las crónicas, se convierte en un principio que alcanza, en el marco expansionista de la política de este soberano, una importancia capital. [...]
(1) C. SÁNCHEZ ALBORNOZ, En torno a los orígenes del Feudalismo, Mendoza, 1942, II, pág. 100-101, ha supuesto la existencia de una crónica anterior perdida, escrita hacia el año 800; R. MENÉNDEZ PIDAL, «La historiografía medieval sobre Alfonso II», Estudios sobre la Monarquía Asturiana, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1971, pág. 12
(2) M. GÓMEZ MORENO, «Las primeras crónicas de la Reconquista. El ciclo de Alfonso III», Boletín de la Real Academia de la Historia, C, (1932), pág. 562-627.
(3) A. BARBERO y M. VIGIL, «La historiografía de la época de Alfonso III», La formación del Feudalismo en la Península Ibérica, Barcelona, Editorial Crítica, segunda edición, 1979, pág. 233.
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