La Familia en la Edad Media
Esta formada por el matrimonio, los hijos de estos, sobrinos, viudas y huérfanos de los anteriores, esclavos y familiares alejados del núcleo matrimonial. El señor, o primero de la familia era el esposo. Este era el que venía del linaje o, era el adoptado tras el matrimonio.
La ley salia ignora al individuo como tal, sólo se tiene en cuenta, o tiene valor, si forma parte de una familia, teniendo la consideración de esta por cuanto está bajo su protección. Protección que cubría al individuo bajo el sometimiento total, de cuerpo y alma, a la familia y, en particular, al señor al que esta estaba sometida.
La protección del individuo por parte de la familia era solidaria por cada uno de sus miembros. Solidaridad que comenzaba por negar la acusación recibida por el individuo, soportar económicamente al individuo y comprometer su vida y alma por el individuo de la familia a la cual pertenecía.
La renuncia a pertenecer a una familia sólo se puede hacer ante un tribunal, ante el cual y, con rito establecido, jura renunciar a los derechos de sucesión y beneficios individuales relacionados con su pertenencia a la familia, entre los que se encuentra al derecho a ser protegido por la familia. Dentro de estos derechos de protección es el derecho a ser vengado por ella.
La casa familiar cobija a todos los individuos de la familia, compartiendo todos los muebles, incluyendo la cama. La Iglesia actúa sobre este último privilegio, en cuanto a ser fuente de "lujuria", y favorece la emancipación de los individuos del núcleo primario constituido por matrimonio e hijos que seguirán compartiendo cama.
Bienes raíces, propios de la familia como colectivo, o "tierra salia"
La pureza "sexual" de las hijas es guardada por el padre.
Toda mujer tiene derecho a sucesión, a excepción de la tierra salia.
Cuando la hija contrae matrimonio, deja la protección del padre y pasa a ser protegida por el esposo.
El esposo compra la protección del padre o, los derechos de la esposa en la familia. El abono de la compra se realiza durante la ceremonia de los esponsales. No hay esponsales sino hay abono.
La ceremonia de esponsales no tiene porque coincidir con la ceremonia de matrimonio.
El acuerdo de esponsales y matrimonio se concertaba entre las dos familias, no entre los individuos.
Si el novio se casaba con una mujer diferente a la concertada por sus familias, debía pagar una multa.
La novia tenía que aceptar el acuerdo del señor de la familia, padre o no.
Si la novia tomaba a un hombre distinto al comprometido por la familia, era considerada adultera. Y, el hombre debía pagar el doble de lo comprometido entre las familias. Y, si el hombre tomado no pagaba, se le castraba.
Si un hombre se casaba con una mujer sin el consentimiento del señor, debería pagar por ella el triple de lo estipulado.
La ceremonia de esponsales finalizaba con un beso en la boca de los novios, como símbolo de unión de los cuerpos.
La esposa portaría un sello en su pulgar derecho como símbolo de ser administradora de sus propios bienes. El esposo portara un anillo en el anular izquierdo como símbolo de fidelidad.
El matrimonio se legitima tras consumarse en la noche de bodas.
Al día siguiente de la noche de bodas, el esposo entrega a la esposa un obsequio en agradecimiento a su virginidad que le permite descendencia legítima. Este obsequio recibe el nombre de "morgengabe". Si la esposa es viuda, esta se queda con un tercio del morgengabe, pasando el resto a la familia tras la muerte del esposado.
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