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2. Fisiología de la bomba muscular (5-6)
2.1. Ventilación.
La función
principal de la bomba muscular respiratoria es la renovación del
aire alveolar para que mantenga constantemente la composición
adecuada para el intercambio por difusión de los gases: oxigeno a
una presión parcial de alrededor de 110 mm de Hg y anhídrido
carbónico a 40 mm Hg. Para ello es necesario que la cantidad de
aire alveolar renovado (lo que denominamos ventilación),
se adapte a las necesidades del organismo en cada momento. La
contracción de sus músculos crea un gradiente de presión de
sentido alternativo entre la boca y los alveolos pulmonares, que
permite la entrada (inspiración) y ulterior
salida (espiración) de un volumen de aire
que denominamos "corriente" o "de
vaivén" ("tidal"). El proceso
se repite 12-20 veces por minuto (frecuencia
respiratoria).
Los músculos inspiratorios actúan aumentando el volumen de la
caja torácica, con lo que disminuye proporcionalmente la presión,
que se hace inferior a la bucal (presión atmosférica), generando
un flujo de aire hacia los alveolos. Durante la inspiración
tranquila, en reposo, la mayor parte del volumen corriente es
generado por el diafragma, ayudado por los intercostales internos
y escalenos por una parte y los llamados músculos de la vía
aérea superior (constructor faringeo, geniogloso) por otra. Estos
tres grupos musculares se activan de forma sincronizada: en primer
lugar se contrae el diafragma, cuyo descenso aumenta la presión
negativa intrapleural; a continuación, los músculos de la pared
torácica elevan ligeramente las costillas y expanden el tórax,
al mismo tiempo que estabilizan la pared para equilibrar el efecto
de la presión negativa generada por el diafragma; en tercer
lugar, la activación de los músculos superiores mantienen
abierta la vía aérea alta.
Cuando se
necesita mayor esfuerzo inspiratorio, se reclutan los llamados
"músculos accesorios" de la
respiración: esterno-cleido-mastoideos, subclavios, pectorales
mayor y menor, serrato anterior, trapecio y dorsal ancho. Todos
estos músculos, que permanecen inactivos en la respiración
tranquila en sujetos normales, poseen un punto de inserción
extratorácica y otro en la parrilla costal. Por ello, cuando se
anclan en la inserción extratorácica, su contracción estira la
parrilla costal y aumenta el volumen de la caja. La constatación
de la actividad de estos músculos tiene gran importancia clínica
y se pone de manifiesto por algunos signos, como depresión de la
fosa supraesternal y supraclavicular inspiratoria (tiraje) y la
actitud de apoyar los brazos en una mesa o similar actividad de
estos músculos
La espiración se
realiza en condiciones normales de reposo de forma pasiva, con
escasa contracción muscular, gracias a la energía potencial
almacenada en todos los elementos elásticos que constituyen la
bomba respiratoria, que fueron separados de su posición de reposo
durante la inspiración y tienden a volver a ella. Ello provoca
una disminución del volumen de la caja torácica, con el
consiguiente aumento de la presión por encima de la atmosférica,
que genera el flujo espiratorio. Cuando el retroceso elástico no
es suficiente para el vaciamiento pulmonar, la ayuda más
importante la brindan los músculos de la prensa abdominal. El
reclutamiento de estos músculos tiene un efecto positivo
adicional, ya que el aumento de la presión abdominal, tiende a
elevar el diafragma y compensar el descenso de su cúpula
secundaria a la hiperinsuflación.
La repetición continuada de la ventilación
permite que se renueve el aire contenido en el espacio ocupado por
los alveolos y mantenga una composición constante. Para que se
adapte a las necesidades de cada momento, existe un complejo
sistema de regulación que se inicia en un impulso
respiratorio central, originado en una agrupación
neuronal situada en el bulbo (centro respiratorio), cuyos axones
constituyen vías descendentes que llegan a las motoneuronas del
asta anterior de la médula, desde donde parten los nervios
periféricos. Sobre el centro influyen otros estímulos
procedentes de centros protuberanciales, responsables de la
ritmicidad de la ventilación y de la corteza cerebral. La
intensidad y frecuencia de respuesta del impulso central se adapta
a las demandas por un mecanismo fundamentalmente de carácter
humoral: cuando unas células especializadas (quimioreceptores)
detectan elevación de CO2, disminución
de O2 o descenso del pH, aumenta la
frecuencia e intensidad de los impulsos y por tanto, la fuerza de
la contracción muscular y el volumen de aire renovado.
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2. 2.
FUNCIONES NO VENTILATORIAS:
Además de la renovación del aire alveolar, la bomba muscular
respiratoria participa en otra función transcendental, la tos,
cuyo fin es proteger la vía aérea y mantener permeable su luz.
La tos se inicia en un estímulo reflejo que provoca una
inspiración máxima, seguida del cierre de la glotis. A
continuación se produce una espiración forzada, que provoca una
gran elevación de la presión intratorácica, tras lo cual se
abre súbitamente la glotis, saliendo el aire a gran velocidad y
arrastrando en su salida secreciones o cuerpos extraños que
puedan dificultar el paso u obstruir las vías aéreas.(FIGURA
2 ). Otras funciones no ventilatorias de la bomba muscular
son: el suspiro (inspiración profunda y
prolongada seguida inmediatamente de una espiración mas corta y
fuerte), al que se ha atribuido un cierto papel para garantizar la
ventilación de territorios pulmonares que quedan excluidos en la
ventilación normal; el estornudo
(contracción espasmódica de los músculos espiratorios tras una
inspiración profunda, con salida explosiva del aire por boca y
nariz) y otros de expresividad tan diversa como el bostezo,
sollozo, risa, y llanto.
La ventilación es responsabilidad fundamental
de las fibras I, mientras que la tos depende sobre todo de las de
tipo II. Las primeras son más resistentes a la fatiga, lo que
explica que la dificultad para lograr una tos eficaz sea una de
las primeras manifestaciones de la insuficiencia muscular.
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21 jul 2014
Cómo trabaja el músculo
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