En los años 70 nos llamó la atención - al Dr. D. Alberto Andrés Fernández Serrats (Jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital General de Asturias y mi Maestro) y a mi, la alta incidencia de la disrafia de línea media "espina bífida a nivel de la charnela lumbo/sacra, L5/S1. Y, al igual que su forma aparente, o meningocélica. Al tener dos hermanas con esta malformación nos invitó a profundizar y encontramos que en el Valle de Aller era donde había una mayor representación, lo que movió al pediatra Germán Rodríguez a realizar la "tesis de Licenciatura" sobre estos hallazgos.
Posteriormente conseguimos obtener una relación de parentesco -cosanguinidad- entre todas ellas e incluso con otros individuos del "Valle del Caudal", limítrofe con el de Aller.
El hoy Doctor Germán Rodriguez García, natural de Carabanzo -"silla de montar" entre ambos valles, sigue interesado en desarrollar este trabajo de investigación. Y yo invitándole a que lo haga.
Nota técnica: el cráneo no se apoya sobre el Atlas, al igual que la columna vertebral no se apoya sobre el sacro, ni ninguna vértebra se apoya sobre otra. Por este motivo, el significado evolutivo de la relación, o trabajo entre el cráneo y la columna vertebral y, entre esta con la pelvis, es muy diferente al que tradicionalmente se le viene asignando y que en este artículo se sigue dando.
Dado que en otras ocasiones hablé de este trabajo y su significado evolutivo, no lo haré hoy.
La hiperlordosis lumbo/sacra y la cráneo/cervical, son manifestación del proceso evolutivo como la imaginación, la planificación, el parto y la marcha con braceo tan magnificamente representada en las estátuas de la isla de Pascua y en los estudios sobre los niveles del cona post-traumático del Doctor Pérez Dominguez.
La endogamia acabó con los neandartales.
- Los restos de El Sidrón ofrecen una pista sobre la extinción de la otra especie inteligente.
- Se ha demostrado la escasa diversidad genética tras documentar anomalías congénitas.
ABC, José Manuel Nieves, 29-09-15
Un estudio llevado a cabo por investigadores del CSIC en la cueva asturiana de El Sidrón indica que la endogamia (la práctica de contraer matrimonio personas de ascendencia común o naturales de un pequeño espacio geográfico) pudo ser un factor decisivo en la extinción de los neandartales, la otra especie inteligente que compartió con nosotros el continente europeo y que desapareció sin dejar rastro hace cerca de 30.000 años.
La investigación, que se publica en la revista PLOS ONE, defiende que los neandartales vivían en grupos pequeños, relativamente aislados y con una baja diversidad genética. "La endogamia, con la consecuente pérdida de diversidad genética fue, sin duda, uno de los factores que contribuyeron a la extinción de las especies. Se sabe, además, que por debajo de ciertos niveles de diversidad genética el proceso se hace irreversible, ya que disminuye la capacidad de reacción de la especie ante eventuales cambios ambientales", según afirma a este periódico el paleontólogo Antonio Rosas, que ha dirigido el estudio.
Los investigadores llegaron a esta conclusión tras analizar una serie de anomalías congénitas en la primera vértebra cervical, llamada atlas y que constituye el punto de apoyo del cráneo sobre la columna vertebral.
"El atlas -explica Rosas- forma un anillo de hueso donde descansa el cráneo, y puede presentar una gran variedad de anomalías congénitas en la parte anterior y posterior del anillo. Entre ellas, la más sencilla es la dehiscencia (falta de cierre) del arco posterior en la línea sagital medí".
En las poblaciones humanas actuales, esta clase de anomalía se presenta con una frecuencia muy baja, entre el 1% y el 4%. Por eso, las cifras de El Sidrón, donde se han hallado ya 13 individuos, resultan tan sorprendentes.
Anomalías congénitas
"De los tres atlas que tenemos en El Sidrón -asegura el investigador. ABC- dos presentan anomalías congénitas, lo cual supone una proporción muy superior a la tasa normal. Sabemos, por comparación con poblaciones humanas actuales y con otras especies de mamíferos, que esta clase de anomalías son muy poco frecuentes, y que suelen aparecer relacionadas con la endogamia".
"Si sumamos esta anomalía a otros indicadores de endogamia -afirma Rosas-, como la retención del canino de leche (que no se cae durante la infancia y permanece en edad adulta), las evidencias de que esa práctica pudo contribuir de forma decisiva a la extinción, cobra gran importancia".
Los datos resultan coherentes con otras investigaciones genéticas llevadas a cabo tanto en los 13 neandartales de El Sidrón, que indican que todos ellos estaban genéticamente muy próximos, como con lo que se sabe de los neandartales en general, "que vivían en grupos pequeños y con baja variedad genética. Esta causa, junto con otras, pudo ser uno de los desencadenantes de la extinción", afirma el paleoantropólogo Rosas.
La misma situación de endogamia también también puede darse en grupos humanos modernos, que vivan relativamente aislados en una isla o en Valles poco comunicados.
Para el investigador, "una especie, con baja diversidad genética está menos preparada para enfrentarse a un cambio climático brusco. Si a eso añadimos la llegada de un grupo nuevo al continente, los Homo sapiens, entonces la extinción se precipita".
A diferencia de los neandartales, nuestros antepasados directos vivían en grupos mayores y se relacionaban entre sí, lo que se traducía en una mayor variabilidad genética de la que existía entre los neandartales.
Consanguinidad
A pesar de que los neandartales lograron sobrevivir en Europa durante 350.000 años, "siempre han funcionado en grupos pequeños", asegura Antonio Rosas, quien aclara que "no es lo mismo endogamia que consanguinidad, extremo que se da en la misma familia. El grado máximo de endogamia es la consanguinidad".
Mientras que la consanguinidad puede tener efectos muy rápidos , la endogamia en un grupo pequeño y no necesariamente familiar va mucho más lenta. "Lo que hace -explica Rosas- es que las poblaciones estén cada vez más indefensas ante cualquier adversidad. Es como un virus oportunista que no te mata , pero te debilita hasta que te termina matando otra enfermedad. Es lo mismo, pero no en un individuo sino en una población. Se trata de un fenómeno evolutivo".
Cuando se donó la RIMA al HCAsturias no era una gracia, o donación. Tenía la intención de un Registro de Identidad e Identificación de la población de Asturias con el fin de identificarla con propósitos sociales a través de una estructura capaz de obtener información retrospectiva, actual y prospectiva de carácter pertinente.
La población asturiana hasta mediados del siglo XIX, desde entonces hasta 1934, de 1935 a 1939, de 1950 a 1955, de 1956 a 1971, de 1972 a ... (Hoy seria a 1995, 1996 a 2003, de 2004 a 2015,...), por razones obvias, íntimamente relacionadas con las de este artículo.
Hoy sigo un estudio, penoso de trabajo, para conocer la endogamia en dos concejos asturianos muy queridos y su consecuencia en la fertilidad y la genética cuando las dos poblaciones procuran procrear.
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