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12 oct 2015

La vejez como oportunidad para tener hijos.

Mi madre (1918-1976)
Mi padre (1917-2012)

La vejez como oportunidad
Victoria Camps

No es la vejez uno de los temas más queridos de la bioética. Es, tal vez, demasiado cotidiano para llame la atención como problena o como objeto de investigación. Todos tenemos personas cercanas que viven difícilmente la ancuanidad: con dependencias, demencias, soledad, incomprensión, escasez económica. A los mayores deben atenderlos sus familiares si no están tan enfermos que requieren ser hospitalizados. Es un problema privado, no público; no es una cuestión de interés común.

Desde un punto de vista ético debe preocuparnos, por supuesto, esa inatención y despreocupación de las políticas y administraciones públicas pir la suerte y la calidad de vida de nuestros mayores. Pero lo que hay que hacer para cambiar la situación tiene muchos frentes, comenzando por la asistencia social y sanitaria y acabando por la educación. Es de este último frente del que quisiera hablar. Nos han educado , mejor o peor, para vivir la vida característica de un ser adulto con todas sus facultades en juego. No nos han educado para enfrentarnos a la decadencia y a las limitaciobes que trae consigo el paso de los años. Cada cual puede abordar su vejez de dos maneras: iéndola solo como un problema, causa de angustias y de desesperación, o viéndola como la oportunidad de vivir de otra forna, de sacar el máximo partido de kas propias capacidades.

Para explicar lo que quiero decir, pondréuno frente al otro dos textos que me parecen paradigmáticos para ka comprensión actual de la vejez. El primero es de Norberto Bobbio, un eminente filósofo del Derecho que, al cumplir los ochenta años, escribió uno de los textos más desgarradores de la literatura sobre la vejez, con el ciceroniano título De senectute. El segundo pertenece a una científica igualnente prestigiosa, premio Nobel de Medicina en 1986, Rita Levi Montalcini, la cual escribe, a una edad cercaba a la de Bobbio, un libro rebosante de esperanza titulado El as en la manga. La simple comparación de los títulos de ambas publicaciones dice ya mucho del mensaje lacónico y depresivo del primer libro frente al aliento optimista del segundo.
Leemos en el De senectute de Bobbio:La sabiduría oara un viajo consiste en aceptar resignadamente los propiis límites. Pero para aceptarlos, hay que conocerlos. Para conocerlos, hay que buscar alguna razón que los justifique

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