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16 oct 2013

Los Trastámara y Asturias.


Enrique II de Castilla es el primero de la dinastía Trastámara, venida de la rama principal de la dinastía Borgoña-Ivrea.
Hijo de Alfonso XI de León (casado con Maria de Portugal) y de Leonor de Guzmán (tataranieta de Alfonso IX de León).
Nació en el Alcázar de Sevilla.
Fue prohijado del Conde Rodrigo Álvarez de las Asturias. Heredó a la muerte de su padrino, el Condado de Noreña.  Su padre le concedió, posteriormente,  el Condado de Trastámara y los Señoríos de Lemos y Sarria (Galicia), las Villas de Cabrera y Ribera.

Gutierre Bernaldo de Quirós, fue prohijado del Conde Rodrigo Alvarez de Asturias  y del cual recibe, por donación, el Señorío de Villoria (Villa de Villoria con su jurisdicción y términos, del llamado "lugar de las Quintanas", o "Valle de Riomontan"). Señorío que ya pertenecía a la Familia de Quirós desde el Siglo XIV. Donación que se hace el 14 de septiembre de 1325 en Oviedo,  según acta del notario del Rey Juan Perez. Esta donación es confirmada por el Infante Don Enrique, Conde de Trastámara, el 16 de Mayo de 1351.
Dice el acta "a Gutierre Bernardo de Quirós, mi ahijado y encomendado en la casa y hacienda  de Arias González de Quirós, su padre, que finó en las guerras en servicio del Rey, para que tome estado conyugal con Doña Maria de Cifuentes, su deuda".

El Infante Enrique, Conde de Trastámara, concede el Condado de San Antolin de Sotillo a Gonzalo Bernaldo de Quirós y Cifuentes (+1378), Alférez Mayor del Rey , Señor de Villoria y de Valdecarzana, el 20 de Diciembre de 1354. Se le confirma legalmente por el Rey Juan I de Castilla, el 20 de Septiembre de de 1382.

En muestra de ser Hombre de Palabra, consiente morir desangrado tras cortarle las manos para arrebatarle el Pendón de Castilla asido contra su pecho vuelto a la tierra para protegerlo con su cuerpo y asido con sus dientes. Como Alférez Mayor de Castilla, fenecía en el caluroso anochecer del 
(4 de Agisti del 1385, en el campo de San Jorge, en las cercanías de la portuguesa ciudad Aljubarrota. No dio por perdida la batalla arrancada con la caballería al frente de la cual lució su pecho por la defensa de Castilla y de su Rey, al que le fue fiel hasta el ultimo aliento.  No por última vez, pues es ejemplo de un ideal, el sueño de una España, donde desde Vasconia a Andalucía, desde Galicia
a Cataluña y desde Asturias a Castilla y Ultramar, hiciesen un frente común a los retos de una Historia que les lleve a unirse a Francos, lombardos y Germanos, Balcanos y Normandos. Un sueño que se asoma con Alfonso II y Carlos I, allá en tiempos del Medievo.

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