Romanos,
godos y moros en la construcción de la morada
vitalhispana: reflexiones desde el multiculturalismo y la
interculturalidad
Manon
Larochelle (Université
de Montréal)
Chacun
d’entre nous devrait être encouragé à assumer sa propre
diversité, à
concevoir
son identité comme la somme de ses diverses appartenances, au
lieu
de la confondre avec une seule, érigée en appartenance suprême, et
en
instrument
d’exclusion, parfois en instrument de guerre. (Maalouf 1998:
183)
La
Península Ibérica siempre ha sido el cruce de muchos pueblos porque
estaba, hasta 1492, en el extremo oeste del mundo. Fueron numerosos
los intercambios comerciales con otras regiones y también varias las
invasiones, como la romana, germánica o árabe. El comercio, la
convivencia y los conflictos tansformaron en mayor o menor grado a
los
peninsulares.
En el período marcado por la unión del imperio de Aragón con el de
Castilla,
en
las personas de Isabel y Fernando, y la colonización de América, la
Península estaba en el
apogeo
de su propia afirmación. Pero desde la caída de su poder político
y la pérdida de sus
últimas
colonias en 1898, el imperio de España fue desestabilizado e intentó
buscar su
verdadera
esencia para ayudarse a comprender mejor quién era y qué le
ocurrió. La
Generación
del 98 estuvo muy preocupada por el tema. La Guerra Civil de
1936-1939, el
franquismo,
el post-franquismo y el actual movimiento de globalización siguen
alimentando
esas
cuestiones identitarias. Se han buscado lugares, paisajes,
tradiciones, lenguas, figuras y
características
típicamente “españoles”. Los pensadores no se han puesto de
acuerdo en lo
que
suele caracterizar al “español”, ni en los factores
determinantes en la construcción de su
identidad,
su manera de vivir y sus valores, tampoco en el momento de la
Historia a partir del
cual
se ha podido hablar del “español” y no del romano, germánico o
aragonés. Esa
“hispanidad”
es un concepto muy complejo. El pueblo español se ha forjado a lo
largo del
tiempo
y hay que preguntarse qué papel han jugado esos contactos con otras
civilizaciones
dentro
de ese proceso. A nosotros nos interesa sobre todo el caso de los
romanos, godos y
moros
frente a los españoles. (El caso de los judíos también sería muy
interesante, pero
necesitaríamos
incorporarlo en un estudio más amplio que éste por la complejidad
de la
cuestión).
Entonces ¿qué caracteriza al “español” y su morada (o
contextura) vital? ¿Es uno
español
por el simple hecho de haber nacido en la Península en cualquier
momento de la
Historia?
¿Cuándo nació el sentimiento de pertenencia a una sociedad dicha
“española”? ¿ya
existía
la “esencia” española antes de la invasión árabe en 711 o, al
contrario, sería que el
“español”
ha surgido por el hecho de estar en oposición al moro? ¿En qué
manera el contacto
con
el “otro” dentro de un contexto de dominación, de tolerancia o
de intercambio ha
favorecido
la construcción de esa identidad? Intentaremos analizar estas
preguntas. Nos
apoyaremos
particularmente en dos especialistas de la cuestión, a saber,
Américo Castro y
Claudio
Sánchez-Albornoz, quienes escribieron las últimas obras de
importancia relativas a
ese
tema en el siglo XX.
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