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24 ago 2015

Gijón, 1937.

Insisto: ¿Cómo es posible que no os interesáis por quienes nos han dado la vida.

En recuerdo de José Suárez Pérez, mi tío que con el tucu que le quedó al explotarle un cartucho de dinamita en la mina de Villabona en octubre de 1934, tres años tuvo que huir rehaciendo su vida en Castelsarrasain. Allí conoció a Micheline y formaron una familia con dos hijos. Muerto Franco vino todos los años a su. Asturias, a su Llanera. Del tiempo de quedar huérfano de padre hasta su marcha a Francia, me habló de mi padre y de mi abuela, así como de las circunstancias familiares y sociales de aquellos tenebrosos tiempos llenos de luces por mi abuela Laura.


Huida de civiles de Gijón (octubre 1937):
El bloqueo de los nacionales se endurecía y la intervención protectora de la Marina inglesa disminuía. La ciudad estaba sometida a constantes ataques aéreos y a severas medidas para mantener el orden civil. La ciudad perdió la protección del Císcar al ser hundido en el ataque aéreo del 19 de octubre. El Estado Mayor embarcó hacia Burdeos en el torpedero T-3. Otras personas buscaron cualquier medio de escape en remolcadores, barcazas y pesqueros. Unos 60 barcos trataron de burlar el bloqueo impuesto por el Cervera, el Velasco y otros buques nacionales. Cuando los refugiados llegaron a Burdeos, agotados, calados de agua y enfermos después de dos días de mareo, las autoridades francesas los aislaron hasta el 22 de octubre, fecha en que fueron desembarcados, vacunados y luego puestos bajo llave en vagones para ser llevados a la frontera catalana.

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