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24 ago 2015

Tiempos convulsos




Tiempos convulsos
ABC, Juan Antonio Sagardoy, 24-08-15
"Los Gobiernos, como garantes imparciales y eficaces del bien común, deberán arbitrar y moderar los intereses de unos y de otros para lograr una convivencia ordenada y libre, con horizontes de mejora. En unos tiempos como los actuales de gran zozobra laboral debe lucharse por la mejora de todos y no por la extensión del empobrecimiento"


Una de las condiciones vitales más angustiosas para el ser humano es la incertidumbre. Las personas necesitan de creencias, de horizontes, de cimientos vitales, de saber a ciencia cierta donde estamos y a donde vamos. La inseguridad, lo mismo en el campo jurídicovque en el humano es la mejor receta para el desasosiego y la consiguiente paralización de proyectos y planes. En el trrreno político, lss encuestas son un invento para dar la mayor dosis posible de certidumbre, ya sea para bien de unos o mal de otros, y en definitiva para que los ciudadanos sepan lo que se avecina. Luego viene la realidad que en muchas ocasiones deja en mal lugar a los encuestadores; pero al gin y al cabo es la hora de la verdad, de los números, de la mefición de ganadores y perdedores.

Hasta las recientes elecciones autonómicas y municipales, las cosas eran bastante previsibles en mor del bipartidismo. Ahora, en 2015 todo es nuevo y en cierto modo impredecible porque los mismos mensajes de buena parte de los que se han aupado al poder son genéricos, difusos y llenos de conceptos que tienen o pueden tener significados dispares. Así, el gobernar con cercanía al pueblo, con audiencia al ciudadano, ayudando a los necesitados, abriendo las puertas de las instituciones, con transparencia, en contra de los poderes económicos imperantes, y un largo etc, puede ser mucho o puede ser nada. De ahí que haya de esperar a los hechos, a la realización del prograna de Gobierno. Y hoy por hoy lo que imoera es la incertidumbre: el ver y esperar. Pero en general, ya se puede concluir -que además de la lucha contra el cáncer de la corrupción, que esperemos acabe con éxito- lo que va a preocupar a los nuevos gobernantes en estos "tiempos nuevos" es lo social más que lo económico. Nada se puede objetar a tal propósito, como es evidente, pero es importante recordar que no todo lo socialmente deseable e económicamente posible. Lo dije en 1980 y tiene ahora plena virtualidad. Hay que lograr un equilibrio fecundo entre la eficiencia social y la eficiencia económica. Es fundamental, pues tan alejado debe de estar de lo que suponga injusticia social como de lo que suponga pobreza económica y hoy, la globalización y la complejidad de los mecanismos institucionales de la Unión Europea exigen una peeparación y unos conocimientos de los políticos que superan con mucho a los "buenísmos" y "voluntarismos". Ahí tenemos el ejemplo griego en lo negativo y el nuestro, junto a Portugal e Irlanda, en lo positivo. Robin Hood fue un personaje admirable en sus intenciones pero de duración corta en sus efectos prácticos.
[...]
Juan Antonio Sagardoy es Miembro Numerario de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación

Nota.- Una parte de las afirmaciones de carácter "científico" que se hacen en este artículo no se corresponden con el concepto de las mismas, por lo que haré lo posible por aclararlas en una nota específica. Otras consideraciones sociológicas, políticas y económicas no se ajustan en su significado a las que sus autores dieron y que, por ello, llevan a confundirme como lector.

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